Pensamiento profundo N°26

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"Si no puedes levantarte solo utiliza tu mejor apoyador"

Simone

Está claro que en las guerras siempre existe paz al final, eso nos hace pensar que aún que estemos en la situación más terrible y sofocante de nuestras vidas siempre existirá algo en el final que nos tranquilizara.

Según el diccionario y las personas, eso exactamente se le llama fé .. tener fé al final del camino y un supuesto ser en nuestros corazones que nos reconfortan en los peores estados. Puede que exista en nuestros cuerpos, puede que sea una completa farsa tener o creer en algunas dogmas para sentirnos vivos. Pero la completa verdad es que nadie lo sabe.

Y soy de las personas que no creen en esas palabras, porque tener fé, esperanzas o tranquilidad jamás estuvo en mi vida, por mi cabeza siempre pensé que era una persona corriente con una vida habitual y unas pérdidas por delante, pero literalmente nunca me imaginé que estaba destruida en todos los sentidos de la palabra.. sentimentalmente, de salud o aún peor.. de memoria.

Memorias olvidadas que para mí entendimiento eso es algo increíblemente
doloroso, olvidar tus recuerdos y momentos de tu existencia por unos actuales que incluso eran mentiras. Mentiras que lamentablemente pensé que eran verdad.

Enterarme de mis propios recuerdos que inclusive me lo tuvieron que decir, eso me hace sentir humillada, vulnerable a los ojos de cualquiera, para mí persona era una chica dotada que sabía cada historia a nivel continental.. pero para que sirve tener sabiduría sí ni siquiera sabes tú propia historia.

Pero como no puedo arrepentirme o atrasar el tiempo, tendré que levantarme y seguir hasta donde pueda llegar.

Hace unas horas atrás tuve que tomar un poco de agua y gracias a eso me conduje al gigante jardín que tiene la estructura inmensa de los hermanos Roman donde fue la última vez que estuve con Edgar pero en este momento solo me apoyo del aire.

Sentada acompañada solo con mis apotegmas miestras observo el ocaso anaranjado que se oculta lentamente.

—¿Pensando verdad?.

(Bueno creo que no muy sola al final)

—Tu que crees.- le digo a Edgar con tan solo un susurro.

Siento que se instala a un costado de mi y unos segundos puedo presenciar la pesadez de su mirada.

—Fue duro ¿No?

No le respondo y sigo observando el atardecer.

—O sea, sobre que tienes una hermanita.

Mi cabeza se baja de repente y mis ojos inchados de tanto plañir con la soledad se vuelven a cristalizar.

—Por cierto, me agrada mucho Aghata, es muy agradable.

Rápidamente volteo mi cabezas a un lado para mirarlo.

—¿La conoces?-mis labios empiezan a temblar sin poder controlarlo.

Sonríe y asiente.

—Pero te diré un secreto, ustedes se parecen un montón.. porque son iguales de odiosas.

Le golpeó ligeramente el hombro para que deje de ser tan patán por una sola vez pero al menos me hizo sonreír.. siempre lo hace.

Dirijo otra vez mis ojos al ocaso pero lo que comenta después me hace paralizar por completo.

—¿La quisieras ver?

Mi cerebro se detiene y las gotas acumuladas en mis iris salen con suavidad.

¿Que sí quisiera verla? ¡Ho por todos los cielos! ... Por supuesto.

The cunning girl (la chica astuta)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora