El ruido en el exterior le avisó que una lluvia vertiginosa se daba presencia en las calles de la ciudad; con la luz de la luna iluminando cada rincón y cada callejuela. Truenos y relámpagos hacían presencia fuera de su casa y parecía un espectáculo de luces.
Isabel se asomó a la ventana, grandes gotas de lluvia golpeaban el pavimento, caían sobre las ventanas de su casa, y de algunas casas vecinas.
Era cuestión de minutos para que su esposo llegara. Dentro de su mente se iba fraguando un plan, una idea que daba vueltas y vueltas y, cuya ocurrencia, definiría su futuro.
Había un espejo en medio del pasillo que daba a la sala de estar, ella se detuvo y comprobó cómo se encontraba: su rostro ovalado y nacarado llevaba una fina capa de maquillaje, bajo sus ojos verde oliva se alcanzaba a notar una sombra negra, casi violácea; aquella mancha era el recuerdo de lo tormentoso que era vivir junto a aquel hombre, no podía entender cómo tenía un carácter tan fuerte y, a la vez, ser un hombre dulce cuando se lo proponía. Tal vez, esa era la razón por la que aguantó tanto sufrimiento y tanta denigración a su ser. Era una mujer amable, trabajadora y que lo complacía en casi todo, pero llegaban momentos en los que él perdía los estribos y ella no podía entender que un hombre tan guapo fuese un... Monstruo. Era un gran hombre la mayor parte del tiempo, pero cuando enloquecía, se convertía en una persona completamente diferente.
Tocó su mejilla de forma casi mecánica, como si una fuerza que no podía controlar le pidiese confirmar si esa mancha era real; el dolor se había ido, pero quedaba el resquicio de aquel golpe recibido hacía un par de horas y, a pesar del maquillaje, se notaba la leve inflamación. Los ojos le escocieron al recordar aquel terrible suceso. Inhaló aire con fuerza y lo soltó lentamente, no le daría el gusto de verla llorar una vez más, haría como si ese triste suceso no hubiese ocurrido, así como hacía cada vez que sucedía.
Y es que se volvía casi frecuente que se volviera un hombre violento, su trabajo lo estresaba y, seguramente, fuese por la temporada de trabajo; una temporada que requería de todo su empeño. Sin embargo, en casa el ambiente no era del todo tranquilo, se aburría por la programación de la televisión; le enojaba las noticias y cómo la humanidad se volvía cada vez más egoísta con sus allegados y con el medio ambiente; no soportaba comer lo mismo dos veces en la misma semana; se indignaba cuando él quería sexo y ella no se lo ofrecía por encontrarse cansada o indispuesta. Isabel no podía enumerar todas las cosas que volvían a su esposo tan irritable y, de algo estaba segura: era una mujer sumamente paciente, y lo era porque lo amaba; lo amaba a pesar de todo. Sabía que si tuviesen hijos la cosa sería mucho más complicada y, al pensar en esa cuestión, sentía que esa era una razón perfecta para llorar, no por él, sino por no tener la capacidad de procrear.
—Mi estúpido útero marchito —dijo en voz alta, y luego se miró al espejo para darse cuenta de que su pensamiento se había convertido en palabras que salían de su boca.
Sacudió su cabeza para dejar de pensar en todas aquellas veces en las que las circunstancias de la vida la envolvieron en esa esfera de sufrimiento; sin dejar de ver al espejo, peinó su melena con los dedos y regresó a la cocina.
Sacó varios alimentos de la nevera y otros tantos más de la alacena. Era el momento justo para preparar algo rápido, cosa que él llegara y encontrara comida caliente en la mesa luego de un día pesado. No había nada preparado porque sus vecinos la invitaron a almorzar aquella tarde.
Pero el plan...
«¿Acaso seré tan valiente?», se preguntó internamente.
Tomó un cuchillo para pelar y trocear unas papas, sin dejar de pensar en lo que haría tan pronto llegara, debía estar todo fríamente calculado.
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Ignoto (antología - en proceso)
DiversosUna nueva antología de relatos ha arribado a las tierras naranjas. ¿Qué tipo de relatos traerá? Adéntrate para descubrirlo. __________________ Relatos originales, prohibida su copia y/o adaptación sin autorización del autor. Di no al plagio. imag...