—¿Qué mierda te dijo? —gruñó.
Me tensé por completo ante su reacción molesta pero no podía dejar de mirarlo. Cerré los ojos con fuerza y pregunté:
—¿Cómo eras antes del accidente, Minho?
Cuando lo miré, pude ver como su mandíbula se tensaba, sus ojos perdidos en la nada lucían angustiados, sus puños estaban apretados y estaba más pálido de lo normal.
Por un momento me sentí la peor persona del mundo; él parecía tan nervioso que quise retractarme por haber preguntado.
—No era una buena persona, sungie—dijo con la voz enronquecida. Cerró los ojos apretándolos con fuerza y mi corazón se estrujó con fuerza dentro de mi pecho. —. Era un imbécil. ¿Es éso lo que te dijo Ryujin?
Me quedé completamente mudo al escucharlo de aquella forma. Parecía tan afectado, tan arrepentido, tan dolido. Me aclaré la garganta intentando formular una oración coherente pero era imposible.
—Bonito, por el amor de Dios, háblame. Odio no saber que estás pensando; ni siquiera puedo ver tu rostro para descifrarlo. —suplicó.
Mi corazón se hundió de nuevo dentro de mi pecho. —Dijo que habías ido a buscarla a su casa ayer —murmuré.
Una risa ronca salió del pecho de Minho una risa sin humor.
—¿Y le creíste? —dijo. —, ayer estuve toda la tarde aquí, contigo, ¿Recuerdas?, estuvimos en tu sillón, besándonos, ¿Crees que podría besarte y tocarte como lo hice después de haber ido con otra mujer?, no soy un animal. Me importas.
Noté la amargura en el tono de su voz, y me sentí completamente estúpido al darme cuenta de que Minho jamás haría algo así. ¿En qué demonios estaba pensando?, ¿Cómo podía haber dudado de él si nunca me había fallado?, pero entonces, ¿Por qué Ryujin mentiría?
—Dijo que habías sido un mujeriego antes. Que habías jugado con los sentimientos de ella y otras personas al mismo tiempo y yo..., yo sólo... —no podía continuar hablando. Era demasiado doloroso.
—Lo era —admitió. —. Era un pendejo con las personas que me rodeaban. Tomaba mucho, fumaba, me besaba con cuanta mujer u hombre se me ponía enfrente, juzgaba a las personas por la forma en la que lucían y no me siento orgulloso de contártelo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y pude mirarlo debatirse internamente. Lucía dolido, enojado, frustrado, desesperado... Yo lo estaba orillando a sentirse de ésa forma y no se sentía nada bien. Ése había sido el Minho de hacía mucho tiempo y yo lo había juzgado por ello.
—M-Minho... —comencé.
—Ésa persona murió el día que comprendí que había cosas más importantes que un pantalón de marca o una mujer con un cuerpo espectacular. Que tenía algo más por lo cual preocuparme, el hecho de no ver me cambió la vida para bien y para mal. Jisung, ya no soy ésa persona. —la voz de Minho se quebró y pude notar como sus ojos se llenaban de lágrimas. Mi corazón terminó por partirse en ése instante y deshice la distancia que nos separaba para abrazarlo.
Sus manos colgaron unos segundos en sus costados pero luego envolvió sus brazos en mi cintura. No pude evitar que las lágrimas calientes rodaran por mis mejillas y olvidé por completo que estaba completamente sudado y oloroso.
Hundió la cabeza en mi cabello aspirando y comencé a reír entre lágrimas mientras decía —Huelo horrible, no hagas éso.
Él rió conmigo diciendo —¿Si te digo que hueles delicioso, me tomarías por loco?
—Te tomaría por extraño. —admití.
—No dudes de mi —murmuró con la voz enronquecida. —. No te atrevas a dudar de mi que te necesito como a nadie.
—Lo lamento tanto —sollocé. Las lágrimas comenzaron a caer nuevamente por mi rostro.
Él me abrazó con fuerza y dijo —Necesito que confíes en mi. Necesito que me digas qué sucede, necesito que creas en mi y en lo que siento por ti o si no, ésto no va a funcionar.
Yo asentí sin poder hablar.
Él se alejó de mi y besó mis labios. ¡Dios!, ¡Cómo extrañaba el sabor de sus labios!, tenía apenas un día sin besarlo y me sorprendía lo mucho que podía extrañarlo.
—No te rindas a mi ahora. Por favor, no lo hagas —suplicó contra mis labios. Sonaba tan dolido y asustado. Mi pecho volvió a hundirse en mi pecho. Lo había herido. Tenía que solucionarlo.
Lo besé.
Lo besé con urgencia mientras intentaba hacerle sentir que no me iba a ir a ningún lado si él me quería aquí. Mis labios danzaban al compás de los suyos y mi lengua se encontraba con la suya en una danza enteramente sabrosa y mi cuerpo se estremeció en reacción. Me parecían abrumadoras las sensaciones que los besos de Minho me provocaban. Nunca había sido buena expresando mis sentimientos con palabras, pero iba a demostrarle lo mucho que me importaba con acciones.
—Desearía ser bueno con las palabras y decirte las más hermosas del mundo para hacerte entender que no me voy a ir de tu lado, que me importas demasiado, que confío y creo en ti, que sé que no hay nada en éste mundo mejor que tus labios contra los míos y que..., que te quiero, minnie. Te quiero —dije contra sus labios.
De pronto mi tímido "Te quiero" se sentía tan poco. Tan poco en comparación a lo que sentía por él...
—Ésas... —besó mis labios tímidamente —, son las palabras perfectas. Las únicas que quería escuchar. Prométeme que me vas a contar todo de ahora en adelante.
—Quiero saber porqué Ryujin me mentía.
minho suspiró y una mueca de incomodidad surcó su rostro. —Cuando tuve mi accidente, ella y yo todavía éramos novios —comenzó. —, ella no aceptaba mi condición, habló con los doctores buscando una solución a mi problema y la única era una operación de alto riesgo para disminuir la inflamación de mi cerebro que bloquea mi capacidad de visión. Estaba yendo demasiado lejos; yo no quería esa operación. Podría morir o quedar peor de lo que estoy.
<<Discutimos mucho por éso, no soportaba la idea de que Ryujin me tuviera lástima por no aceptar que sería ciego para toda mi vida y terminamos. Estuvo buscándome mucho tiempo, pero siempre insistía en lo mismo. No dudo ni un poco que lo haya hecho por alejarte de mi. No quiero ser yo el que hable mal de ella, pero no debes confiar en nada de lo que ella te diga; no es de fiar y se le da bien mentir.
Yo asentí lentamente. No podía creer que había estado a punto de terminar mi relación por las intrigas de una chica a la que no conocía en lo absoluto. A la que había juzgado por su rostro bonito y voz angelical. No cabía duda de que las personas nunca son lo que parecen
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Funen a Ryujin de la historia
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aunque no pueda verte |minsung|
FanfictionDespués de aquel accidente automovilístico, Lee minho había pasado de ser un chico fuerte, altanero, arrogante y decidido, a ser un pobre diablo enfadado con el mundo. Un chico huraño y solitario que parecía que lo único que quería hacer era morir...