aunque no pueda verte |minsung|

capitulo 29

Jeongin había quedado de pasar a mi casa aquella mañana temprano para ir a casa de Minho y emprender camino hacia el parque acuático donde nos reuniríamos con nuestros amigos más cercanos.

Yo nunca había sido un buen nadador, pero me encantaba estar dentro del agua. Jeongin y yo habíamos ido a conseguir trajes de baño un día anterior al paseo y estaba muy conforme con mi compra.

Cuando jeongin llegó, sólo me despedí de mi mamá con un beso y anuncié que llegaría hasta al día siguiente, ya que me quedaría en casa de mi mejor amigo a dormir. Jeongin lucía tan radiante como siempre. Estaba manejando el Jeep de hyunjin y fruncí el ceño.

-¿Y hyunjin? -pregunté.

Tenía entendido que iría con nosotros.

-No me lo vas a creer -comenzó a decir el mientras me abría la puerta del copiloto-, está en casa de minho.

-¡¿Qué!? -dije asombrado.

Su relación no había mejorado mucho y era realmente extraño que estuvieran juntos más de diez minutos.

-Al parecer, Minho está dispuesto a hacer las pases o algo así, creo que anoche hablaron por teléfono y quedaron de verse para almorzar en casa de Minho, por éso dejó el Jeep en mi casa y tomó el autobús para ir a su casa. Hyunjin tiene un complejo tan sobreprotector conmigo que prefiere caminar a hacer que yo vaya en autobús a tu casa -se quejó.

Sonreí emocionado. Esperaba realmente que las cosas entre ellos mejoraran.

Cuando llegamos casa de minho, apenas bajé del auto cuando los vimos salir. Su sonrisa era radiante. Amaba verlo sonreír de ésa manera.

Llevaba unos jeans, una playera blanca de cuello "V" cubría su pecho y utilizaba sandalias. Era extraño verlo de ésa forma tan informal pero sonreí al verlo caminar tomando el hombro de hyunjin. El bastón blanco se asomaba de su bolsillo de la bermuda.

-Hola, amor -dijo minho mientras me rodeaba con un brazo y besaba mis labios.

-¡Si, si!, ¡Mucho amor!, ¡Quiero llegar con mi chico! -se quejó hyunjin al ver como nos deteníamos por besarnos.

Minho comenzó a reír y dijo -Ve con tu chico, yo estoy aquí con mi chico.

El castaño rodó los ojos y subió la pequeña maleta de minho y la suya al Jeep antes de obligarnos a subir. Jeongin había elegido la música durante todo el trayecto y yo estaba feliz porque teníamos los mismos gustos.

Al llegar, nuestros amigos ya habían instalado todo lo necesario para asar carne a la brasas. Hyunjin y minho habían comprado un cartón de latas de cerveza.

-Ni una sola, Hyunjin Vas a conducir -le advirtió jeongin.

-Lo prometo, bebé. Ni una sola -dijo él guiñándole un ojo.

Yo reí ante sus gestos cariñosos antes de mirar hacia atrás de mi dispuesto a pedirle a Minho que me abrazara.

Me congelé al instante al verlo.

Se acababa de quitar la playera dejando ver su abdomen firme y fuerte. Sus músculos se estiraban y contraían al compás de su respiración y me quedé embelesado mirándolo. Se quitó el pantalón y se quedó solo en bermudas dejando ver parte de sus piernas fuertes.

-¿Jisung? -dijo buscándome.

Me acerqué a él sintiendo mi corazón golpeando con fuerza contra mi pecho. Enredé mis brazos a su alrededor sintiendo la calidez de su piel y me estremecí por completo.

-Te quiero solo en bermudas, ahora -susurró contra mi oído causándome escalofríos.

Sus labios rozaron mi mejilla y la comisura de mi boca mientras sonreía con malicia por lo que causaba en mi.

Tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y caminamos juntos hasta donde todos mis amigos se encontraban. Los presenté a Minho y todos lo saludaron amablemente. Él ya conocía a algunos por aquella vez que habíamos ido todos juntos al café. Aquella noche en la que nos besamos por primera vez, así que pude notar como se relajaba.

Al cabo de media hora, me armé de valor y me quité la playera quedando únicamente en bermudas.

Minho deslizó su mano discretamente por mi torso, inspeccionándome y una sonrisa lasciva surcó su rostro.

-Daría lo que fuera por verte - susurró contra mi oído y me ruboricé.

Lo tomé de la mano y nos encaminé hasta la piscina. Agua fría era lo que necesitaba para calmar la sensación de calor de mi cuerpo.

Estuvimos dentro de la piscina por horas jugando, besándonos, abrazándonos con fuerza.

Minho tarareaba canciones a mi oído mientras acariciaba la piel de mi espalda debajo del agua.

Todo era tan abrumador y tan electrizante que me costaba trabajo pensar.

-Ven -murmuró contra mi oído mientras tiraba de mi fuera de la piscina.

-¿Qué sucede? -dije mientras estilaba el agua de mi cabello.

-Vamos a buscar un baño -susurró.

Mis ojos se abrieron con sorpresa.

-M-min-tartamudeé sorprendido.

Él solo sonrió inocentemente y caminamos a paso veloz.

Mi corazón golpeaba con fuerza contra mi pecho y, ¡Demonios!, Quería esto. Quería lo que sea que viniera de él