☾ IV. Revelaciones reciprocas ☽

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Ocultar el corte de Steven no fue difícil, simplemente se colocó aquella playera que solía usar para andar por la casa y fingió que no le dolía hacer algunos movimientos, ocultar la pelea y curarse si. Aunque aprovechó la ausencia de cualquier hombre en la casa para pretender que nada había pasado. Para una chica que llevaba dos años sola era fácil pretender que nada le dolía, faltaba, sentía o necesitaba. Tampoco era nuevo fingir que no había estado en una pelea, eran cosas que solía ocultarle a su padre. 

Había pasado dos meses sin las respuestas que Marc le había prometido, usualmente escapaba con sigilo durante la noche y no la dejaba realizarle ninguna pregunta. Había decidido creerle después de ver la película que le había dicho y buscar algo de información al respecto en internet, principalmente en YouTube para que su roomie no notara nada extraño, también al notar que Steven no sospechaba nada sobre su herida o verlo actuar como si fuera culpable de algo.

Pasaba de la media noche cuando Steven se había rendido ante el sueño pero Luna estaba despierta y esperando que Marc hiciera acto de presencia. Mentiría si dijera que no tenía miedo de enfrentarlo, una cosa era defenderse de un completo desconocido pero era totalmente diferente saber que podía dañar a su primer amigo en años, pero, aun así, lo que más miedo le provocaba eran las armas con forma de luna que ya la habían herido una vez.

Aquel día se había sentido sumamente valiente pero esa valentía había desaparecido con el tiempo, las preguntas y las respuestas.

El sueño empezaba a vencerla pero si era necesario pasaría toda la noche en vela con tal de hablar con Marc de nuevo, si quisiera dormir podría hacerlo en la mañana mientras Steven estuviera en el trabajo. Bajó de la cama en búsqueda de un café, una bebida energizante o cualquier cosa que pudiera despertarla pero lo primero que vio al bajar fue aquel traje blanco contra el que luchó la otra vez mirando fijamente a la nada. 

▬Quiero respuestas, Marc ▬el mencionado se giró para verla y, en lugar de escapar como pensaba que lo haría, provocó que las vendas que envolvían su cuerpo se desvanecieran.

▬Aquí no es un buen lugar para hablar, vamos a fuera ▬se encaminó a la puerta y la abrió, demostrando que no bromeaba con salir ▬. Vamos, te sigo.

°  °  °

Luna regresó sobre sus pasos y tomó un objeto de debajo de la almohada, algo que Marc no pudo apreciar pero por lo visto Khonsu si pues su risa resonó con fuerza en el lugar. Ese pajarraco y esa niña iban a matarlo pero no podía deshacerse de ninguno de los dos. La niña volvió a acercarse a él, cerrando uno de los lados de las esposas sobre su muñeca para luego colocarse el otro extremo en la propia.

▬Cuando respondas todas mis preguntas te dejo ir ▬agarró la llave de las esposas y la colocó dentro del top deportivo que siempre utilizaba para dormir ▬, mientras tanto te vas a quedar conmigo.

▬Con lo irritante que suele ser es una buena forma de obligar a alguien a hablar.

▬Parece que vamos a estar esposados un largo rato ▬la niña asintió mientras le daba un tirón a las esposas para obligarlo a avanzar. Iba a ser una madrugada muy larga.

°  °  °

Ver como su avatar era obligado a caminar por una adolescente de la mitad de su tamaño era hilarante y posiblemente lo mejor de los últimos cincuenta años. Ambos caminaban por las frías calles de Londres, iluminados únicamente por las farolas y la luz de la luna de una forma tan hermosa que cualquiera que los viera pensaría que eran una familia unida que buscaba una distracción.

O un par de dementes que decidían caminar en medio de la noche, la opinión dependía de como romantizaran sus vidas y las ajenas.

Marc no era únicamente un medio para un fin, o al menos eso se decía Khonshu a si mismo, si no que era aquella compañía que tenía dentro del mundo mortal después de ser desterrado por los dioses. Él era un dios con todas las letras pero solía sentirse solo en un mundo que ya no creía en ellos, sin la presencia de Marc no estaba seguro de que tanto apego tendría a ese mundo como para poner cartas en el asunto de la liberación de Ammit.

Los secretos de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora