Channel Dagger, la chica de olor a chocolate con vainilla, la deseada chica inglesa de la facultad de derecho y justicia en la universidad de Nueva York. La chica amable, con un vocabulario impresionante y para nada tonta... Ella no sabe nada de él...
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Han pasado tres meses desde que Hunter se fue.
Tres meses en los que cada día ha sido mejor que el anterior o, todo lo contrario.
Trixie se fue poco después de él, volvió a viajar por el mundo creando fama y viviendo la vida loca, me llama seguido, pero no como me gustaría.
He comenzado una extraña amistad con Kelly y Cole, después de todo con este último somos compañeros, y con la primera, pues... Resultó ser que ella era la chica de la que Luke me hablaba, es extraño verlos juntos, más aún cuando mi mejor amigo viaja seguido entre Londres y Nueva York.
En cuanto a mí, no hay mucho que contar, he terminado los exámenes finales y hoy comienza el receso por las fiestas, mi época favorita del año. Volveré a Londres para poder estar con mi familia y Kelly se irá conmigo, ya que este fin de semana por fin podrá conocer a los padres de Luke.
–¡Estoy muy emocionada! ¿Cómo son ellos? Luke me ha dicho que no me preocupe, pero es mi primera vez conociendo a los padres de alguien.
Le sonrío y vuelvo a mi maleta, –Mis tíos son las personas más geniales de este mundo, los adorarás y seguro que ellos a ti. Debes hacerle caso a Luke, no te preocupes.
–Soy demasiado ansiosa, ¡No puedo esperar!
–Calma, antes de que te dé un desmayo.
Ella ríe por mis palabras y me besa la mejilla antes de dejar su maleta en el suelo. –Iré a ver a Luckie, no me esperes para cenar.
Y eso era otra novedad.
Kelly es mi roomie.
–También saldré, quedé con Cole para ver unos asuntos de la universidad.
–Chica, deja eso, ¡Estamos de vacaciones!
Niego con la cabeza y la veo salir por la puerta del apartamento. Es una muy buena amiga.
Para cuando terminó de empacar, recibo un mensaje de Cole avisando que ya está por el centro, quedamos de juntarnos cerca de su nuevo trabajo ya que solo tiene una hora de colación antes del turno de la noche.
–¡Cole! -le llamo en cuanto lo veo, él se voltea y frunzo mi ceño al verlo vestido como un mafioso en lugar de un garzón. –¿Qué mierda traes puesto?
–¿Mi uniforme de trabajo?
–¿Estas de mafioso o que coña?
Él entornó sus ojos y me tomó del brazo, –Trabajo en un casino, ¿qué esperabas?
–No sé, algo más, como en las pelis.
Ante mi contestación solo se dedica a reír, mientras me arrastra dentro de un fino restaurante italiano. Un muy fino restaurante italiano.
–¿Qué hacemos aquí?
–Celebrar tu cumpleaños -sonríe guiñándome un ojo antes de pedir una mesa.
