Capítulo 3

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*Historia creada y escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico y digital en Amazon. También se encuentra disponible en Patreon en formado digital. 💖 Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar este y otros libros completos, así como capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

Capítulo 3. Un respiro

La daga helada de Namjoon se encontraba sobre la mesa de noche, aún guardada como una reliquia en la caja de terciopelo que su amigo una vez le regaló. Jungkook la tomó en su mano con pesar y tras observarla y pasar unos dedos por la fina hoja, se armó en el dormitorio antes de su salida de casa. Llevaba dos estacas elementales encima, y creyó que debía haber perdido su puñal de plata en el palacio de Bucheon. Pero la daga supliría aquel vacío extra de su cinturón con honor.

«No puedo olvidar que, aunque esté en Busan, sigo de servicio —se dijo—. Debo ir preparado».

Después de comprobar que llevaba dinero de sobra, razonó que, salir al atardecer era algo necesario para desconectar de todo. Y era probable que Busan fuese una ciudad realmente tranquila, aunque de ningún modo podía arriesgarse después de lo que les había sucedido hacía sólo un par de días.

—Listo —emitió Jungkook regresando al salón, y guardándose el teléfono móvil en el bolsillo—. Me hice con un teléfono, por cierto.

—Estaría bien que intercambiásemos números, ¿tienes Instagram? —comentó Yoongi, viéndose acompañado de la salida de los chicos de su apartamento.

—Huh, no.

—Oh. Ah... ¿vale? —suspiró rascándose la nuca—. Casi había olvidado que convivo con un par de magos. Los magos no usan Instagram, ¿cuál es vuestra aplicación?

—¿Magos? —Jungkook estuvo a punto de tropezarse consigo mismo.

Le dirigió una mirada atónita, esperando que fuera una broma.

—Y-Yoongi, ya te dije que no somos magos... —le recordó Taehyung apretando los labios—. Pensé que lo había dejado claro.

—¿Cuándo me he perdido esa conversación? —dudó Jungkook, seguido en un parpadeo.

Yoongi pulsó el botón del ascensor después de bloquear la puerta de su apartamento.

—Cuando estabas despertando tras el encantamiento del colgante que llevas puesto —solucionó con una rápida respuesta—. Después de que hiciera «esa magia».

—Vaya, así que has olvidado comentarme que lo ha visto... —farfulló el pelinegro en dirección a Taehyung—. Eso era un dato importante.

—Oops —pronunció el moroi cuando el ascensor llegó hasta ellos.

Los tres subieron al elevador, y salieron del edificio poco después, acompañados de un agradable atardecer de principios de otoño. Taehyung se protegió con la capucha de la sudadera de los tenues rayos solares que se ponían en el horizonte. Y a pesar de que la luz solar le marease un poco, agarró genuinamente la mano de Jungkook mientras caminaron.

Sus dedos de entrelazaron con naturalidad en la calle más comercial de Busan, y Jungkook percibió la leve crispación de su compañero cuando se vieron rodeados de humanos. Había muchísima gente paseando a la caída de la tarde, y era un lugar más que concurrido. Taehyung jamás había caminado entre tantos humanos, más que en un par de ocasiones cuando visitó algún exquisito restaurante con sus padres siendo muy pequeño. Y viéndose rodeado de tanta gente, percibió sus distintos olores, perfumes intensos de un grupo de jóvenes muy arreglados, el sudor de un tipo que parecía haber salido del gimnasio, el fuerte olor corporal de otro desconocido, las conversaciones que no dirigían sus ojos a él, sus ropas casuales y desiguales.

Tik Tak Tear [Vol. 2] ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora