𝐕𝐈. MUSTAFAR Y UN HASTA PRONTO

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HACE MUCHO TIEMPO EN UNA GALAXIA MUY, MUY LEJANA...


19 ABY. Gran Purga Jedi
DUELO EN MUSTAFAR

Durante el viaje, sintió náuseas abarrotando su esófago. No supo cuántas veces tuvo que tomar aire para sentirse mejor, fingiendo estar en excelentes condiciones cuando ciertamente quería morirse. El trayecto resultó incómodo, pues todos los presentes estaban ocupados en sus propios asuntos, aunque terminaban siendo iguales. Padmé permaneció sollozando en todo momento, sin poder contenerse.

Cuando llegaron, pudo sentir la impetuosa oscuridad.

Enseguida Padmé, que tenía los labios hinchados por tanto llorar, salió primero de la nave, limpiándose aquellas lágrimas con brusquedad. Asteria habría preferido no mirar cuando esposo y esposa se fundieron inevitablemente en un abrazo colmado por absoluto amor. Fuera, temblando cual pajarito herido, la senadora recibía caricias dulces, agradecida por hallarlo sano y salvo.

— Anakin, mi Anakin... —ella seguía asustada.

— No pasa nada, querida mía. —fue un —fue un maldito hipócrita tomándola amorosamente del mentón, observándola con amor—. Debes saber que nadie puede hacernos daño. Somos invencibles. Todas mis pesadillas terminarán reducidas a malos sueños.

— Estaremos bien, lo sé. —Padmé se limpió una lágrima—. Pero amor mío, me dijeron cosas horribles sobre ti. No creí nada.

— ¿Contarte cosas malas sobre mí? ¿Quién se atrevería? —sonrió, y aquellos ojos cargaban absoluta malicia alumbrándolos—. Todos están muertos o morirán en cuestión de tiempo.

La senadora ignoró tales insinuaciones, separándose del abrazo para observarlo delicadamente; los temblores se detuvieron, aunque, muy en su interior, sentía una inexplicable sensación temerosa. Entonces, sin evitar sentirse acobardada por su marido, musitó:

— Asteria regresó al apartamento diciendo que los clones intentaron matarla cumpliendo órdenes desconocidas. Luego, Obi-Wan estuvo contándome que caíste en el lado oscuro. Dijeron que mataste jedis, incluyendo a los pobres niños inocentes...

Padmé estuvo aguardando por una reacción común, envuelta entre sus brazos. Sin embargo, absoluta preocupación manifestó su expresión cuando Anakin jamás negó tales gravísimas acusaciones. «Sabes que yo nunca haría eso», pensó que diría, pero nada abandonó sus hermosos labios, sino que obtuvo una mirada furiosa.

Entonces, observando esos ojos arder en furia incomprensible, como si toda la bondad del alma estuviese ardiendo en un volcán interior, supo que todo era cierto. Anakin había asesinado a todos esos niños. Los mató sin misericordia alguna. Quizás, por algún motivo desconocido, ordenó también que asesinaran a los jedi. Nuevamente sintiendo su cuerpo estremecerse producto del pánico, preguntó:

— Tú... ¿me traicionaste con Asteria?  

 ¿me traicionaste con Asteria?  

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HEARTBEAT | Anakin SkywalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora