CAPÍTULO 3: Horchata fría

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El sonido del timbre me despierta. Pruebo a ignorarlo, quizás es imaginación mía o algun vecino despistado... Doy un gruñido al oírlo sonar varias veces más y me levanto de mala gana. Ni mamá ni Kia estàn en casa así que voy hacia la puerta con mi mano de discapacitado. Una micro fractura, algo que volverá mi mano más fuerte, si sana. O eso dice el doctor.

Un Jack alterado entra en mi casa y se dirige a la cocina tras soltar un simple "hola tío". Lo sigo para verlo atracar mi nevera como si fuera suya.

És algo que suele hacer cuando algo lo atormenta o está muy estresado. Pero al verlo tomar la botella de horchata de dos litros me doy cuenta de que quizás és algo realmente serio.

Jack detesta la horchata fría. Él la toma a temperatura ambiente (un crimen, en mi opinión). Pero se está tomando la horchata fría directamente del frasco. Le debe haber pasado algo realmente serio.

— Desembucha ya antes de que té de algo.

— Necesito los consejos de tu madre, tío.

Eso és lo que pasa cuando tu madre entabla una relación de amistad con tus amigos. Pero no me quejo, ella da muy buenos consejos.

— Ella no está. Té tendrás que conformar conmigo.

De nuevo, Jack toma un trago de horchata fría antes de cerrar la nevera y sentarse en las sillas de la cocina.

— Me acosté con Jasemine, ella ahora me ignora y Emma me està ostigando para que salga con ella.

Pero que cojones...

— Vale, quizás si debas esperar a mi madre.

— Joder Nathan, ayudame. Que debo hacer?

Sentía una presión encima y los ojos de corderito degollado que me estaba poniendo Jack no ayudaban.

— Necesito más detalles Jack.

— En la fiesta del viernes, Jasmine estaba demasiado bonita con su pelo ondulado, sus botas, su falda, su top... Mierda, és preciosa tío. Y el culazo que le daba esa falda era otro mundo. Pero todo en ella era perfecto. Así que una cosa llevo a otra y acabamos en una de las habitaciones. Nath, té juro que fue mi mejor polvo que jamásme haya hechado. La forma en la que ella...

Levanto las manos antes de que continúe.

— Basta, no necesito tantos detalles. Ves un poco al grano.

— Vale, el caso es que después de hacerlo, no sé, quizás se sintió avergonzada... No lo sé tío, simplemente se puso la ropa y se fue. No la volví a ver en toda la fiesta. Te juro que la busqué por todas partes, pero ya no estaba. Entonces noté que Emma se me pegaba más de lo normal, sus miradas, sus toqueteos... hasta que me pidió de ir juntos al baño. Yo lo atribuí todo al alcohol, así que la rechace y la llevé a su casa. Pero ayer me llegó un mensaje de diez líneas donde me pedía que yo diera el primer paso para formalizar nuestra relación. ¿QUÉ RELACIÓN, TÍO? En ningún momento he tratado de mantener ningún tipo de relación más allá de la amistad. Dios, no se que hacer.

Ambos nos quedamos en silencio. Yo procesando la información y él tragando horchata fría.

— Le has contestado al mensaje?

— Hace un día que tengo apagado el teléfono. Necesito a tu madre o incluso a Kia para que me ayuden... — Entonces su mirada parece notar las muñequeras y las vendas en mis manos — que té ha pasado?

suspiro, estoy cansado de explicar la misma historia tantas veces.

— Lo mío no es tan emocionante como lo tuya. Sara lo volvió a hacer. Volvimos a discutir y ella se fue con otro. Pero està vez no le di al tipo, los puñetazos fueron a un árbol.

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