PRÓLOGO

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Prólogo

¡Hola! Antes de empezar, quiero pedirles que cuando terminen de leer el prólogo, no ignoren la nota final. Es algo muy importante. Por favor, léanla. Ahora, disfruten la lectura.

LONDRES, 1873

El joven William Herondale caminaba sigilosamente por el estrecho camino del abandonado cementerio Cross Bones. Este lugar no era visitado por ningún ser viviente, ni mucho menos por un cazador de sombras como él que podía ver y escuchar a los espectros y sus lamentosos chillidos; chillidos que hacían que la piel del joven se erizara continuamente.

A pesar de eso, el joven Will trató de parecer impasible y siguió caminando por el fangoso sendero. De pronto, vio que uno de los huesudos y aterradores fantasmas lo observaba fijamente. Pero Will no supo quién era o porqué le observaba, ya que la vieja Molly se materializó dándole un buen susto al Cazador.

"¡Molly! ¡Vaya, que hermosa aparición la que haces! Mira lo bella que hoy estas" comentó juguetonamente el joven Will.

"¡Vaya cazador de sombras! Pero si es el guapo William Herondale. ¿A qué debo tu visita? ¿Vienes a burlarte de la vieja Molly?"

"¡Esa no es mi intención, vieja. Vine a negociar contigo, si me lo permites por supuesto" la fantasmal vieja lo miró con desconfianza.

"¿Cómo sé que no es una trampa y que no me llevarás a prisión?" Will rio amargamente.

"Créeme vieja. Tú no eres de importancia para la Clave. Ellos tienen asuntos más importantes ahora. Sin trucos. Lo prometo, vieja. Además, te pagaré bien".

"Está bien ¿qué quieres?" preguntó resignada la vieja Mol.

"Un saquito de ojos de hada, pulverizados"

"¿Para qué quiere un cazador de sombras como tú algo como eso?"

"Solo dámelos" dijo el joven cazador con tono cansino. Todo esto ya lo veía venir. Magnus le había advertido con anterioridad sobre ella. El joven Will trató de mantener su cordura y después le enseñó la bolsa que él tenía en de su abrigo. Dentro de esta desgastada bolsa, habían anillos de compromiso sonando como campanillas. Los ojos de Mol brillaron más de lo habitual, y materializó una de sus delgadas y azules manos para poder de esa manera arrancar la bolsa de las manos del joven Nephilim. Después, ella le dio su parte del trato. La bolsa viscosa apestaba a sangre de hada, y un poco de ésta cayó en su abrigo y sus guantes. El joven cazador de sombras hizo un gesto repulsivo pero al ver que Molly se iba, él la detuvo.

"Eso no era todo, Mol"

"A ver, dime" comentó dudosa la pálida y huesuda vieja.

"Las pócimas de amor..."

"¿Pócimas de amor?" preguntó ella incrédula. "¿Para William Herondale? No creo que necesites una, Nephilim".

"No quiero una de amor, vieja. Quiero... Lo contrario"

"¿Pócima de odio? Hay miles de maneras para romper el corazón de una dama. No necesita ayuda con eso la pobrecita." dicho esto, la vieja Mol desapareció.

"No es para ella" dijo él en un susurro apenas audible. "Es para mí".

El viento silbaba suavemente en medio del silencio, y el joven cazador estaba dispuesto a partir; pero de la nada, aparece otro espectro feo, huesudo y con un gran hoyo en su estómago. Ésta se le acercó. Era una mujer casi calva y le faltaban algunos dientes. Will retrocedió como reflejo de auto protección e iba a sacar su espada cuando se fijó que era el otro espíritu que le había estado observando antes de ver a Mol.

¿Un Herondale mundano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora