Middle of The Night - Un invierno Diferente

2

Ya han pasado dos semanas desde mi llegada a los Estados Unidos y puedo decir que me hice amante de las hamburguesas de este lugar, creo que logro entender el porqué son considerados uno de los países con mayor taza de obesidad en sus habitantes y si los culpo, digo, quién los manda a cocinar tan delicioso la comida "sana" si les queda bien pero la comida chatarra es mucho mejor.

La aventura de esta semana es lograr encontrar un secundario - instituto - colegio como sea que le digan ustedes. Pese al proceso de admisión que mi madre comenzó a realizar mucho antes de llegar a Los Ángeles ha sido complejo dar con un colegio que me quiera admitir, dado que su prioridad de cupo es principalmente americanos y posterior a ello ven la lista de espera para personas en mi situación es decir que vienen de otros países a estudiar.

- sabes que puedo hacerlo el otro año... - comencé a decirle a mi madre muy temprano por la mañana del viernes mientras estábamos en la mesa desayunando.

- y sabes que puedo traerte profesores particulares. - me respondió totalmente confiada.

- ¿Cuál es el afán? no me quieren recibir y no es como que me decepcione la idea de no estudiar...- me quede en silencio unos segundos y mi madre me miro de forma muy seria a lo que agregue inmediatamente. - al menos no este año puedo repetir el curso cuando el proceso de admisión normal se abra.

Mi madre por un momento se quedo pensando en mis ultimas palabras ya que no era mala idea esperar un poco hasta el proceso de admisión normal. Considerando que mis notas no son malas ni tampoco las mejores pero sirven para dar ingreso a cualquier instituto y otro detalle es que si hago otro año en mi no se nota la diferencia de edad ya que esta dentro del rango adecuado para que un joven hermoso como yo se logre graduar a sus diez y seis, diez y siete años.

Después del desayuno mi querida superiora me rapto al auto bajo la excusa de ir a ver una ultima opción de colegio esto tras una serie de mensajes spam que le llego a su celular ofreciendo un cupo para diferentes cursos y como Dios me quiere y soy su ser humano favorito, había un lugar disponible para el grado al cual yo debería estar cursando. A todo esto tampoco era un proceso de ingreso ajeno o que no correspondiera y atribuir a ello la falta de institutos disponibles, no eso no era, porque de hecho el año escolar en el mundo americano y coreano es similar, dan inicio en septiembre con la llegada del otoño y en mi caso yo llegue a fines de la temporada de vacaciones de verano y muchas escuelas están cerradas pero esta en particular había abierto sus puertas para un segundo proceso de admisión.

Aquí me tienen con un folder en mano que contiene todos mis documentos educacionales, notas, reportes de profesores de mi comportamiento y un certificado de ingles que me acredita el manejo del idioma para ingresar sin problema a un centro de educación de este país. El calor se estaba haciendo presente en el holding del instituto y para nuestra mala suerte habían otros jóvenes en la misma situación así que el nerviosismo se comenzó a hacer mas presente, por ende para pasar el nerviosismo y por curiosidad me asome un instante a una pequeña ventanilla que daba al interior del lugar y si era grande, tanto que pude sentir como mi boca se abría formando una pequeña O de lo impactado que estaba.

- si quieres puedes dar un recorrido junto a los demás muchachos.- escuche una voz masculina muy suave en mi oído derecho que me reventó la burbuja en la que estaba y con sus palabras mire a los demás muchachos que también me quedaron viendo a lo que todos asentimos.

- ¿Podemos ir solos?¿no nos vamos a perder? - pregunte un poco dudoso.

- iré por ustedes de notar su prolongada ausencia. - me dejo callado.

- ¿Cuál es su nombre? - volví a preguntar.

- Soy el profesor Smith.

No supe que más comentar paso siguiente, nos abrieron las puertas que daban acceso al interior del instituto y junto a los seis muchachos restantes nos hicimos un grupo para ir todos juntos. Luego de un par de segundos de haberlos mirado por completo para identificarlos en caso de cualquier cosa caí en cuenta que todos teníamos un rasgo en común, los ojos.