Capítulo 7.

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Hechos. (recomiendo escuchar la canción de la multi

Hace tres días durante una fiesta donde Hinata y Takemichi irían solo para pasar un rato juntos, la mente perturbada de Haruchiyo Sanzu comenzó a maquinar un plan con los 20mg de heroína que traía en su mochila

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Hace tres días durante una fiesta donde Hinata y Takemichi irían solo para pasar un rato juntos, la mente perturbada de Haruchiyo Sanzu comenzó a maquinar un plan con los 20mg de heroína que traía en su mochila.

Lo suficiente para causarle una reacción a una persona.

Sedujo a Hanagaki con bailes y tragos, también usó palabras bonitas y falsas promesas y como alguien necesitado de afecto y bajo la influencia del alcohol, Takemichi cayó fácil.
El rubio lo guió a su hogar, sus padres no estarían esa noche pues unos familiares les habían invitado a quedarse, familiares que Takemichi no toleraba.

Fue fácil inyectarle la dosis, el cerebro de Takemichi estaba adormilado por las bebidas y el extasis de ser follado mientras lo inyectaban.
Sanzu mentiría si dijera que no disfrutó estar con Hanagaki.

Disfrutó de amarrarlo, ejercer la fuerza y humillarle horriblemente, quizá Hanagaki estaba igual de enfermo que él y tenía esa fantasía de ser humillado y rebajado a nada. Le golpeó, mordió y llegado a cierto punto de la noche incluso podría decirse que lo violó.

A Takemichi ya no le estaba gustando ese juego, sintió que su vida comenzó a pender de un hilo y todo comenzó a sentirse doloroso, las estocadas ya no eran placenteras, los insultos comenzaron a sentirse personales y su cuerpo comenzó a sentirse extraño.

Le faltaba el aire y todo comenzaba a verse borroso.

Tenía miedo, quería que Sanzu parará y no importaba que tanto gritará ni lo que hiciera para soltarse al pelirosa parecía exitarle más.

En un momento de lucidez logró atinar al blanco y sus ojos se llenaron de lágrimas porque sabía que después de esto no iba a terminar nada bien.

Estaba muriendo y saber que no podía hacer nada para remediarlo le hizo entrar en pánico.

Su vida se recurría entre sus manos.

—Mikey no te va a amar nunca. - soltó con dificultades.

Fue suficiente para endurecer a Haruchiyo y desenbocó en un espantoso arranque de celos.
Las sonrosadas manos de Haruchiyo tomaron la almohada del moribundo Hanagaki y le asfixió. Hundió el rostro del rubio bajo la almohada con tanta ira y rencor que aún si el cuerpo dejó de moverse, Haruchiyo no dejó de hacer presión, hiperventilando intentando controlarse.

La rata de Hanagaki dejó de respirar.

Tenía vía libre a Manjiro.

Podía ser feliz.

Hanagaki murió, él lo mató.

Podía vivir felizmente así ¿verdad?

Podía vivir felizmente así ¿verdad?

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