-Mi abuela solía decir que cuando el aire crece es por un mal presagio- Jay estaba sentada en su habitación, ambas mucamas mecían a sus niñas, Louis estaba recostado en su cama, ahora que no podían hacer gran cosa, solía pasar el tiempo encerrado con su madre; no era que no les agradara salir a caminar, pero en la primera semana que llevaban ahí, se lo había recorrido casi todo, en un intento desesperado por no volver a casa a toparse con el rizado, ahora sólo no abandonaba su habitación casi para nada.
-No creo en esas cosas-dijo desde la cama el pintor
-Nunca subestimes los dichos de una mujer mayor, Louis...después de todo ellas llevan en el mundo mucho más tiempo que tú y yo.- Jay había sido una madre joven, con apenas dieciocho años sus padres le habían desposado con el padre de sus ahora cinco hijos, quizá ella nunca lo admitiría en voz alta pero siempre había sentido una conexión especial con el castaño, después de todo fue su primer hijo y a una muy corta edad, prácticamente crecieron juntos
-¿Dónde están las niñas?
-Jugando en su recámara, señor-dijo una de las muchachas- han encontrado algunas muñecas
-¿Muñecas? Pero si nadie en ésta casa ha jugado jamás con muñecas...
-Han dicho que las encontraron en el ático
Su madre se alzó de hombros, quizá alguien se habría metido a jugar dentro en el tiempo que ellos la tenían sin habitar, después de todo la casa permanecía sola gran parte del año, por otro lado a Louis se le hizo extraño, pasados diez minutos se levantó con el pretexto de ir al baño, salió de la habitación de su madre y entró en la de las niñas, ninguna de ellas estaba ahí, prácticamente corrió escaleras abajo y de pronto...
-¡No!-Escuchó el grito de Lottie, temiendo lo peor siguió su voz, lo que vio lo dejó perplejo, las dos pequeñas reían, cada una con un pastelillo en la mano, se acercó lentamente, tratando de no hacer tanto ruido.
-Pero sólo he pedido una mordida-escuchó la voz del rizado
-Eso dijiste la última vez y te comiste la mitad-contestó la niña entre rizas
-Puedes tomar del mío Harry- dijo Felicité poniendo el pastelillo sobre las manos del rizado
-Gracias-sonrió el chico para después tomar una pequeña mordida, con los labios aún batidos de crema dejó un beso en la mejilla de la pequeña- Por eso tú eres mi favorita-dijo deliberadamente- pero no le digas a Lottie.
-Hey, te escuché-dijo la más pequeña enojada- vale, puedes comer una mordida del mío también- el ojiverde sonrió, tomando otra pequeña mordida, ahora del pastel de Lottie- por eso tú eres mi favorita-dijo el chico repitiendo el gesto que con la anterior- pero no le digas a Fizzy...
-Me acabas de decir lo mismo a mí-dijo la niña como si acabara de descubrirlo en una mentira- dilo ya, Harry... ¿quién es tu favorita?
-Yo no tengo favoritas-dijo el rizado sonriendo- las quiero a ambas por igual
-Eso no es cierto-le contestaron las dos al mismo tiempo- mamá siempre dice lo mismo, pero nosotras sabemos que su favorito es Louis
-Bien... yo no puedo hablar por su madre, pero... les aseguro que a las dos las quiero igual
De repente el rizado se tiró al suelo, sobresaltando a ambas niñas y a Louis, quién seguía mirando la escena sin saber como reaccionar.
-Harry... ¿qué te ha pasado?-dijeron ambas niñas preocupadas, se acercaron al chico que parecía inconsciente en el suelo.
-¿Crees que esté muerto?-pregunto Lottie a la más grande con preocupación
Felicité acercó su cara al pecho del rizado, la más pequeñita hizo lo mismo, acercándose lo suficiente como para posar sus orejas en el pecho de Harry, tratando de escuchar su corazón, de repente el chico las tomó a ambas y comenzó a hacerles cosquillas
-¡Basta! ¡Basta, Harry!-reían ambas pequeñas
-¡Felicité, Charlotte!-gritó finalmente Louis, acercándose a la escena- ¡¿Qué creen que están haciendo?!
El soldado las soltó de inmediato, ambas niñas asustadas al ver a su hermano mayor enojado, se pusieron detrás del más alto.
-¡Mamá les ha dado una orden! ¡Yo les he dado una orden!
-No les grites-dijo el rizado con voz seria
-¡¿Y tú?! ¡¿Qué pretendes al estar con ellas, enfermo?!
-No estábamos haciendo nada malo, Lou... Harry no es una mala persona
-¡¿Qué no es una mala persona, dices?! ¡Su gente es la culpable de que hayamos tenido que dejar nuestro hogar, si papá no regresa a casa es por SU culpa! ¡¿Qué no entienden eso, niñitas estúpidas?!
Ambas niñas comenzaron a sollozar, eso fue todo lo que el rizado logró soportar, lo siguiente que Louis sintió fue su cara estampar contra el suelo, el ojiverde le había propinado un golpe en la mandíbula, su boca ahora sangraba.
-Esa no es manera de hablarle a unas señoritas, ahora te vas a levantar y te disculparás con ellas
Las niñas lloraban asustadas, su viejo compañero de juegos ahora no estaba, en su lugar había quedado aquél soldado tan extraño que habían visto entrar a casa hacía tanto tiempo.
-¡Yo dije... levántate-dijo pateándolo en las costillas- y discúlpate con ellas!
Louis se puso de pie, justo en el momento en que Jay salía alarmada de la casa, el grito de su hijo la había hecho salir de la habitación de inmediato, ahora lo encontraba así.
-¡¿Qué está sucediendo?!-dijo asustada- ¡Louis!
-Nein- gritó Harry- él me insultó, no lo dejaré hasta que se disculpe
-¡¿Es eso cierto Louis?!
-Yo...-el ojiazul miró a sus dos hermanas, muertas de miedo detrás del rizado pero no era a él a quién veían con miedo, suspiró- es cierto, yo le he insultado y... me disculpo por eso... ahora muévete... estás asustando a mis hermanas.
El rizado se movió de en medio, colocándose detrás de Jay, los dos pares de ojitos llorosos buscaron su mirada, él les dio una media sonrisa y les hizo una seña que no dijeran nada. Louis trató de abrazarlas, pero ninguna de las dos se dejó, simplemente huyeron y se refugiaron en la falda de su madre, aún llorando.
-Ve adentro-indicó a Jay, la castaña asintió y se llevó a sus hijas para dentro de la casa- No volverás a verlas jamás, puedes quedarte con la casa y todo lo que hay en ella... nosotros nos iremos antes del anochecer.-después de decir eso, entró en la casa siguiendo a su madre.
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Amor en tiempo de guerra
FanfictionSe sitúa durante la Segunda Guerra Mundial, Harry Styles es un general Nazi de alto rango, su batallón toma París a su mando y se establecen en Auvers-Sur-Oise, un pequeño pueblo francés cerca de la ciudad, ahí conoce a Louis un pintor que no logra...