I.

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Las guerras suelen sacar lo peor de las personas, o al menos eso era lo que su padre le había enseñado a Louis desde niño, el gran general Tomlinson sirvió fielmente a su país durante la gran guerra, su madre suele decir que las historias que se contaban sobre él no le hacían justicia, después de todo ninguna historia es suficiente para describir las hazañas de un héroe.

-No entiendo por qué tenemos que irnos-dijo una vez más a su madre ése día a la hora de la cena

-Porque París ya no es seguro, Louis, se corren rumores en la ciudad, los Nazis están avanzando y vienen sobre de nosotros, en el campo estaremos mejor... además encontrarás más paisajes que pintar ahí

-Pero no quiero irme-se levantó exaltado de la mesa- prefiero morir antes que ver a un Nazi de mierda comiendo en el lugar de mi padre

-¡Louis!-exclamó su madre alarmada- no hables así frente a tus hermanas, nos iremos al campo y esa es mi última palabra

El castaño se levantó de la mesa sin siquiera haber tocado su plato y salió enojado del comedor, corrió escaleras abajo y tomó su abrigo del perchero de la puerta, estaba seguro que llevaba aún algunos francos en las bolsas del pantalón, caminó hasta aquella casa que conocía tan bien y tocó la puerta, una niña de unos quizá siete años le abrió.

-Angelique ¿quién es?-se escuchó la voz de su madre detrás de ella

-Es Louis mamá-contestó la niña- Pasa- añadió haciéndose a un lado para dejar la entrada libre al castaño, éste se limpió los pies antes de entrar.

-Lo siento yo sé que no es una hora apropiada para llegar pero...- el castaño dejó la frase en el aire al notar el tembloroso estado de la mujer frente a él.- ¿Qué ha pasado?

-Llegó esto-dijo tendiéndole un sobre que el chico reconoció al instante

-E-es imposible...él...él aún no tiene la edad para...

-Se los están llevando a todos- dijo la mujer entre lágrimas- ha llegado ésta mañana, yo no... ni siquiera sé cómo decirle a Angelique, se volverá loca

-¿Dónde está él?

-No ha salido de su habitación desde que se lo entregaron

-¿Puedo?

-Adelante

Louis subió las escaleras, habían tres habitaciones aparte del baño, tocó en la primera puerta sin recibir respuesta.

-Mort aux ennemis de la république- dijo contra la puerta, inmediatamente se abrió y unos brazos lo envolvieron.

-¿Ya hablaste con ella?-susurró el joven en su oído

-Me dijo lo del reclutamiento-contestó Louis pegándolo más a su cuerpo

Se separaron y el castaño logró entrar a la habitación, Grégoire era su mejor amigo desde que tenía memoria, habían asistido juntos al instituto y desde niños eran inseparables, una vez que la puerta se cerró Louis volvió a abalanzarse a sus brazos, ésta vez uniendo sus bocas y perdiéndose en el beso. Era un joven alto, como mínimo le sacaba una cabeza a pesar de ser un año menor que él, se separaron por la falta de oxígeno y ambos pudieron notar las lágrimas cayendo por la cara del otro.

-M-me iré contigo-le dijo Louis- subiré al tren y me iré contigo

-No puedes hacer eso-sonrió el más alto con tristeza- a pesar que me gustaría que fueras conmigo no puedes hacerlo

Volvió a abrazarlo dejando salir sus lágrimas contra su pecho.

-Mi madre sigue insistiendo con que nos vayamos al campo, dice que es más seguro

Amor en tiempo de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora