•Capitulo 49: "Landon y Hope.... El vejestorio de Klaus"

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HERA

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HERA

Desperté un tanto confundida.

Mis ojos se abrieron con lentitud y me sentía un poco mareada, la habitación daba vueltas y mis ojos se sentían pesados. Cerré los ojos, mi cabeza comenzó a latir en la zona frontal, ocasionando que gimiera.

—     Dios mío —dije. Me agarre con suavidad mi cabeza y comencé a masajear mi cuero cabelludo, esperando que el dolor se desvaneciera.

—     Buenos días, bella durmiente.

Mis ojos se volvieron a abrir y tarde unos segundos en acostumbrarme a la luz del sol proveniente de las ventanas. Freya estaba sentada en una silla frente mío, con una sonrisa en el rostro. Sus ojos me estudiaron y la mire confundida.

—     ¿Qué paso? —mi garganta estaba rasposa, por lo que mis palabras salieron un poco roncas. Carraspee un poco, Freya se levanto del asiento y camino hacia la mesita de noche.

De ahí, agarro una jarra de agua y la echo en un vaso. Le di una mirada de agradecimiento cuando dejo el vaso en mis manos y como si nunca hubiera disfrutado de un vaso de agua, la bebí desesperada.

—     Te desmayaste —conto. 

—     ¿Qué? —comencé a buscar en mi memoria y recordé. Estaba a punto de llegar a casa cuando el temblor ocurrió y después... negro. Y oh, la bebida cambio de color —. ¿Es posible que el agua de Nueva Orleans tenga alucinógenos?

—     ¿Qué? —ahora fue el turno de Freya de preguntar, confundida por mi pregunta.

—     Lo pregunto por qué una vez en el colegio mis amigos me invitaron a una fiesta y consumí hongos. Imagine a un unicornio frente mío que bailaba Jazz. No sé, es pregunta—me encogí de hombros como si mi historia fue realmente común, y como siempre, Freya rodo los ojos.

Seguramente, cansada de mis estupideces. No la culpaba, a veces yo también me odiaba.

—     No fue eso —negó y suspiro.

Vi la indecisión en sus ojos azules, como si no estuviera segura de contarme. Sus labios se abrieron y carraspeo un poco, encontrando las palabras que decir. Sus ojos recorrieron toda la habitación, indecisa.

—     No sé como decírtelo.

—     Dímelo, con confianza.

—     Hera, esto es totalmente serio —camino hasta acercarse a la cama, se sentó y tomo mi mano. La acaricio con suavidad —. Bueno, la cuestión es que...

Y definitivamente, no estaba lista para sus siguientes palabras.









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BUSCANDO A HOPE; Klaus Mikaelson | The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora