• Capítulo treinta y seis •

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Punto de vista de __________*

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Punto de vista de __________*

Despierto agitado, siento como mi cabello está pegado a mi frente debido al sudor, me aferro con fuerza al brazo de Daryl, que me envuelve en un abrazo tratando de calmar mi respiración arrítmica.

—¿Estás bien? —preguntó el Arquero, yo después de un suspiro respondo:

—Sí, solo... tuve un mal sueño, es todo —expliqué retomando el aire.

—Hey, hey. Tranquilo —susurro en mi oído mientras intensificaba su agarre—. Estás conmigo, y estamos juntos entonces no podemos estar mejor.

Inspiré finalmente con tranquilidad al oír sus palabras, el pareció darse cuenta así que dejó un pequeño beso en mi sien.

—Hey tú —llamé por él—, te quiero.

—Te quiero más —afirmó el.

—Si tu lo dices —reí ligeramente y procedí a levantarme de la cama—. ¿Huevo y pan tostado? —pregunté a la par que me deslizaba dentro de una de sus playeras que me quedaba un poco (muy) grande.

—Y café con...

—Una de azúcar, sin leche —dije terminando la oración con el al unísono.

—Bien dicho.

Seguí mi rumbo mientras bajaba por las escaleras de la casa que compartíamos con Dianne y Klein.

Al llegar a la cocina me escurrí sobre la barra para tomar la cafetera y llenarla con agua del grifo, encendí la máquina dejando que rápidamente calentara el agua y la hiciera hervir.

Me acomodé enfrente de la ventana que daba hacía la calle principal, mientras batía 4 huevos perdí el enfoque al notar a Rick llegar a la casa de nuestra ahora vecina, Jessie.

Podía notar que su lenguaje corporal lo delataba de estar un poco nervioso, daba ligeros pasos de lado a lado, y bueno, Jessie tampoco pudo borrar la sonrisa de su boca todo el tiempo que el ex sheriff estuvo conversando con ella.

—¿Espiando a tus vecinos? Creí que ya habías superado esa etapa —burló Dianne entrando a la cocina, rodé los ojos al escuchar de quién provenía esa molesta pero adorable voz.

—Maldita sea, Dianne. Te he dicho que eso sólo paso tres veces, me recuperé... además, ellos decidieron tener una conversación justamente enfrente de mi ventana. Yo sólo estaba cocinando, casualmente... prestando un poco de atención —reproché.

Last Chance  ( EN EDICIÓN )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora