Humanidad

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Ahí estábamos, frente a frente, sobre esta roca, con un mar de lava rodeándonos. Lo único que pensaba era en ¿Quién era él?, y ¿Qué quiere de mí?. Agarro valor y sostengo fuerte con mi mano la katana que me dejo Kazuto alzándola y apuntándola hacia el enigmático señor que tenía enfrente.

- ¿Quién es usted?. Pregunto con seguridad, para que no note lo temeroso que estoy.

Empieza a caminar hacia mí - Ah, verdad, ¿Dónde están mis modales?. No me he presentado aun, soy al que recurres en momentos de desesperación, soy tu guerra, soy tu verdad, soy tu orgullo, algunos me conocen por mi ira, pero, solo soy un vendedor de opciones fáciles. Te puedo prometer el paraíso sin que tengas que servirme de rodillas, hay libros que hablan sobre mí, represento a los débiles y destrozó a los fuertes.

Cuando llega hacia mí, baja la katana y, colocando su mano sobre mi hombro izquierdo, termina su presentación. -Soy el Pastor del fuego.

Atemorizado por su presentación, me quedo paralizado, pero, no me puedo quedar así, tengo que saber por qué estoy aquí.

- ¿Qué hago aquí?, ¿Es una especie de jueg...?. - Siento un impacto en mi pecho y siento que me apago lentamente.

Al ver hacia mi pecho, el señor me clavo su mano en el pecho, y en consecuencia, desgarrando mi corazón, sacándolo de mí. Quita su brazo de mi hombro izquierdo y se lleva mi corazón, caigo desplomado en el suelo y lo último que escucho es:

- Ya estás preparado para la prueba. - Dice riéndose, mientras me mira sosteniendo mi corazón con su mano izquierda, acercándoselo a su boca y procede a darle un mordisco.

Se abre un portal debajo de mí y procedo a caer en un vacío sin fin, todo estaba oscuro. No me puedo mover, solo tengo los ojos abiertos y puedo escuchar claramente.

- ¿Te crees capaz de salvar a la humanidad de sí misma?. Iluso. - Escucho la voz del Pastor del fuego mientras voy cayendo.

- La humanidad está condenada a morir, y no por mí, sino por ustedes mismos.

Mi mirada está hacia al frente y lo que siento es como se me incrustan unas cosas afiladas en el cuerpo traspasándome, no puedo gritar, no puedo moverme, pero, el dolor es insoportable, siento que una me atravesó la cabeza.

- ¿Acaso yo invente eso?, ¡No, fueron ustedes mismos!. Han originado miles de formas de acabarse entre ustedes. ¿En qué estaban pensando?.

Empece a ver una especie de película que se reproducía enfrente de mí, era mi peor pesadilla, masacres, asesinatos, torturas. Empezó a surgir un olor a podredumbre insoportable y cuando asesinaban a una persona enfrente, salpicaba la sangre y me nublaba un poco la vista.

- ¡Claro!, no todos son iguales, unos sufren y otros, hacen sufrir.

Lo que me atravesaba todo el cuerpo desaparece y sigo cayendo en ese extraño vacío, mientras veo pasar la historia de sufrimiento de la humanidad.

- Esos amigos tuyos, tienen un corazón muy grande, te han seguido todo este camino sin dudar, ¿eh?. Que bueno que les di otra oportunidad, así que tranquilo, los volverás a ver.

Me quedé más paralizado de lo que estaba, eso significa que...

- Sí, murieron, pero ya están vivos, gracias a mí. Lo sé, de nada, no cuesta nada agradecer en tus pensamientos.

-¿Me puedes escuchar?. - Le pregunto en mis pensamientos.

-No, imbécil. - Me responde desde el plano astral en el que este ese desgraciado.

De repente, caigo en un campo, hay un sol hermoso y, había flores y árboles por todos lados, también una especie de casas al estilo japonés, muy bonitas, pero antiguas, hechas de madera y las paredes como de papel se podría decir. Puedo empezar a mover mis piernas y brazos, en conjunto todo el cuerpo, el hoyo en mi pecho desapareció y no tenía ninguno orificio por las estacas de donde caí. Me levanto y empiezo a caminar por el entorno, observo flores blancas como la nieve y el pasto de un color verde brillante, después de ver tantas atrocidades, esto me trae paz. Al observar bien una de las casas que había, se notaba una pareja y en un llegado momento, sale uno y logro reconocerlo, es Kazuto, se veia un poco más joven, cargaba su cabello castaño, pero esta vez más largo y vestía de un tipo de traje azul como esos típicos de los japoneses, la pregunta es, ¿Qué hace aquí?, ¿Quizás es donde vivía con su esposa?.

El Asesino de Cielos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora