El Asesino de Cielos Azules

100 18 12
                                    

No podía creer lo que estaba observando, una especie de vaquero que cayó del cielo de una constelación extraña en pleno día soleado, sin una sola nube, solo el gran cielo azul; también, surge esta especie de zorro del suelo, creo que me volví loco aunque puedo notar que los que me sostienen no lo conocen, y la situación está como tensa en esta calle que es angosta, solo tiene entrada y salida. Ellos están empezando a sacar algo parecido a unas pistolas, también antiguas. Solo estamos estos extranjeros que me tienen de rehén y el vaquero con su mascota rara.

El vaquero se dirige a ellos de manera seria, sin titubear, aun cuando está en desventaja y apuntando con su fusil dice

- Dejen al muchacho y suelten sus armas- lo que los extranjeros ahora en un idioma que sí entiendo le responden en tono de burla

- ¿Qué nos vas a hacer yanqui estúpido? El chico está destinado a mor...- tres de los extranjeros caen abatidos al suelo por el fusil del vaquero y los otros quedaron fríos, congelados, no sabían cómo reaccionar.

Ahí es cuando uno de ellos me apunta con una pistola antigua en la sien y me di cuenta de qué pistola se trataba, era una Nambu que es una pistola Japonesa, cargarla más bien es un suicidio de lo mal fabricada que es, sí, me la paso viendo documentales sobre la segunda guerra mundial.

Los demás siguen apuntándole al vaquero, pero están temblorosos, se les nota el miedo en la mirada y le dicen.

- Vamos a cumplir lo que vinimos a hacer- ahí es cuando agarro la pistola, la aparto de mi cabeza lo más rápido posible y la presiono por un costado y logro herir a uno de ellos a nivel del hombro y le grito al vaquero con la esperanza que sea bueno.

- ¡Ahora!- agarró la pistola del herido y el vaquero empezó a disparar y el zorro activó una especie de escudo raro, de verdad no sé si me quede dormido, pero creo que estoy lo suficientemente jodido para ponerme a cuestionar mi salud mental en este preciso momento, así que empezamos a abatir uno por uno, caían como moscas, hasta que no quedara ni uno.

Después de semejante enfrentamiento, decidí revisar a ver si no había quedado como un colador de espagueti y el vaquero me dice en tono amigable.

-¿Te encuentras bien?.

Yo le respondo en tono sarcástico- "estoy de maravilla" nunca he estado mejor.

Nos alarmamos porque vemos que uno de ellos sobrevivió y estaba herido en el suelo y le pregunto al vaquero, algo que yo todavía no había hecho porque la verdad esta situación es muy surrealista, y el vaquero le responde en tono serio.

- El asesino de cielos azules, y le puedes decir a tu jefe cuando llegues al otro lado que es un imbécil.- El vaquero le dispara a quemarropa en el corazón.

Yo solo me quedé observando y el zorro se me acerca y me dice una frase, si yo también estoy como tú, el zorro empezó a hablar, ya de verdad tengo que ir al psiquiatra.

- Si nos vas a acompañar, bien. Pero si no nos vas a acompañar, prepárate para sufrir.

Así que yo de manera amigable le respondí - ¡Claro que si!, que más me queda-

- Sabia respuesta, ¡oíste Joel! Este chico es inteligente.

El vaquero asiente con la cabeza y le responde viéndome con mirada de orgullo- Tal cual como nos informaron.

Todo confundido les pregunto.

-¿Quién les informó sobre mí? ¿Acaso soy de importancia?, porque yo de verdad apenas tengo 18 y, para lo que tengo entendido, no soy de importancia internacional.

Los dos individuos se ven riéndose como si yo no supiera de qué carajo estaba hablando

- No es a nivel internacional, es algo más complicado, pronto lo entenderás, chico- me dicen los dos de manera jocosa.

Joel añade apresuradamente.- Deberíamos irnos ya, nos deben estar esperando en tu casa.

Pregunto de manera extrañada- ¿Mi casa?, ¿qué tiene que ver mi casa?, y ¿quién está en mi casa?.

Joel me responde- Nuestro equipo, hay que prepararnos para lo que está por venir.

Así que empezamos a caminar hasta mi casa, estaba como a tres cuadras del sitio donde estábamos. De camino, algo llama mi atención, no logro ver bien, pero, trato de enfocar un poco mejor mi vista 20/20 y logro ver que mi amigo Christopher viene en sentido contrario y noto que él también trata de enfocar, él me reconoce, pero se extraña, y creo que la razón es obvia, que ande con un señor mayor, como de 40 años vestido como en el lejano oeste y un zorro, que aquí por lo menos a lo que yo conozco aquí no hay zorros, así que cruzamos caminos y él se detiene a saludar.

- ¿Qué tal todo? ¿Ellos quiénes son?.

Ah lo que yo le respondo de manera relajada. - Todo está de maravilla, gracias por preguntar, lo necesitaba, bueno, ellos son unos nuevos amigos que hice de camino después de la clase.- Le respondo con una sonrisa en la cara, para que no se dé cuenta de que algo pasa.

- Cool, sabes, voy de camino al centro comercial a comprar unos repuestos para el teléfono, que se me volvió a dañar, pero no al nivel del tuyo, de verdad qué risa lo de hoy, así que, nos vemos pron... - Alguien con un acento sureño como el del vaquero interrumpe a Christopher, en tono déspota y burlona, dijo.

- ¡Así que aquí estás!, ¿cómo era que te llamaban? ¿El marica de cielos azules?.

Joel se le queda viendo fijamente y el otro con una manera burlona le dice- Me llegó tu mensaje, así que ven y dímelo de frente.

Joel se aleja de nosotros acercándose a él sin decir nada, su mirada tan fría como el hielo, pero peligrosa como la de una Víbora y firme como un tronco, y se detiene a 20 pasos de él en esa calle solitaria que solo estábamos el zorro parlanchín, mi amigo y yo, y más adelante ellos dos que se veían como si David y Goliat fueran a pelear; y cuando Joel se detiene le dice

- Imbécil.

El otro le responde - Recuerda que este imbécil fue uno de los que te dejo como un colador la anterior vez.

Joel le responde de manera tranquila- Eso ya lo veremos.

El Asesino de Cielos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora