Corazón Ardiente

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Me acerco a una gran velocidad al suelo en la caída, mientras caigo, puedo observar como un avión caza con la bandera de Estados Unidos le arroja una bomba de napalm al titán de árboles, creo que no están de nuestro lado. El Titán empieza a gritar de dolor, no me imagino el sufrimiento que debe estar pasando Diana.

- Deberías apurarte, Creo que necesitan tu ayuda. - Escucho una voz al lado mío, cuando volteo era el Pastor del Fuego.

- ¿Qué coño?, ¡¿Qué haces aquí?!. - Le pregunto

- No te preocupes al caer, te van a atajar, hasta la vista, iluso. - Surge un portal debajo de él y se va.

No se a que se refiere con eso, pero supongo que me va a doler. Miro hacia el suelo y veo que empiezan a crecer unos árboles, con muchas ramas, hasta que llego al primero, con mi único brazo, trato de protegerme la cara y me empiezo a golpear con las ramas de los árboles, eso ayudaba a amortiguar la caída, hubiera preferido caer de golpe al suelo, solo es sufrir un segundo y ya. Así seguí golpeándome hasta llegar al suelo, con todo el cuerpo golpeado.

Al llegar al suelo, al abrir los ojos, después de semejante contacto con la naturaleza, puedo apreciar que estoy en una especie de círculo de árboles con los que me golpee y puedo ver a Diana agachada al lado haciéndome cariños en la cabeza.

- ¿Estás bien?.- Me pregunta ella preocupada. - ¿Dónde estabas?.

- Sí, tranquila Diana, muchas gracias por amortiguar la caída, dolio, pero, es mejor que morir. Te diría donde estaba, pero yo tampoco sé que era ese lugar.- Le respondo mientras me levanto poco a poco.

-Me alegra que estés vivo. - Me dice alegre, mientras me ayuda a levantarme del suelo.

Cuando me levanto, me halaga por la nueva chaqueta que cargaba, le agradezco el halago. Ella ve mi brazo izquierdo y ve que la manga me queda colgando, así que agarra una rama delgada como un alfiler de un arbol, se acerca, dobla la manga y coloca el alfiler de madera.

- Listo, ahora si estás muy elegante. - Me dice viéndome de arriba abajo.

- Gracias, tú también estás hermosa. - Le digo tímidamente mientras la veo a los ojos.

Puedo notar que se sonroja un poco al decirle eso, en ese instante ella intenta decirme algo, pero, Anders se asoma desde afuera de los árboles e interrumpe:

- No es por aguafiestas, pero, estamos en medio de un campo de batalla, después hay tiempo para que hablen.

Los dos asentimos y procedemos a salir del círculo de árboles, el panorama era un caos, negocios y edificios en llamas, restos del titan calcinado atravesando un edificio de la calle de adelante, estábamos en una especie de callejuela que tenía una calle horizontal en frente. Joel estaba a cubierto en el lado derecho de la calle, detrás de un auto azul destruido junto a Maria Pila y al cuidador nuevo llamado Aaron, Desmond y Thic Quang Duc estaban a cubierto más adelante en el techo de la entrada de una casa del lado izquierdo del final de la calle en la que estabamos, atendiendo a unas personas con heridas de bala y quemaduras. No había presencia del cuidador de los minerales, ni el del fuego, tampoco de la chica sangre. Volteo hacia arriba para ver el cielo y seguía rojo.

Corrimos hacia donde estaban Joel y los demás, al llegar al lugar, de la calle que estaba en frente de nosotros, empezaron a caer unas bombas de napalm, incendiando toda esa calle, fue un ataque relámpago. Personas incendiándose aparecieron corriendo en esa calle, huyendo con lo ultimo que les quedaba de vida, gritos invadían la ciudad, era lo único que se escuchaba.

- ¿Qué está pasando?. - Le pregunto a Joel y a Anders

- La factura de la guerra. - Me responde Maria.

El Asesino de Cielos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora