ANIMALOS

CAPÍTULO 3. "Insomnio"

La noche apenas empezaba a llegar y todos en el pueblo ya empezaban a apagar sus luces para poder dormir tranquilos, a excepción de Pol-ki, el todavía se encontraba acostado en su cama con la luz apagada, pero aún despierto.
Ya era la 4 noche sin poder dormir, eso le estaba afectando mucho, ya ojeras en sus ojos y no se podía concentrar en sus actividades cotidianas.

Recostado en su cama se dijo a sí mismo que hoy dormiría, así que salió de su cama y fue a abrir el refrigerador para poderse servir un vaso de leche fría, al esperar por que le diera un poco de sueño, se puso a ver la televisión, pero no podía dormir, así que fue a calentar la leche para poder cerrar los ojos.
Al tomársela se intento de relajar, pero aún así no podía dormir.

Se volvió a acostar en su cama, e intentó de contar ovejas para distraerse, al comenzar lo primero que pensó fue en Margarita, ya que le debía dinero, además de que ella era una oveja, eso le causó un poco de risa, pero aún no podía dormir.
Se decidió salir a la calle para despejar su mente y poderle pagar a Margarita su dinero.
La noche se encontraba muy oscura y levemente iluminada por el resplandor de las estrellas y uno que otro poste de luz a punto de apagarse, hacia corrientes de frío, pero esto no le importaba en absoluto.
Siguió caminando hasta que vio a lo lejos un figura sentada, tenía una apariencia muy familiar, pero a la vez desconocida, como Pol-ki no tenía miedo se fue acercando muy lentamente hacia aquella figura. Cada vez más sentía en sus venas un peligro que no lograba comprender. Una voz le llamó por su nombre (la sombra le hizo señas para que se acercara), ahí Pol-ki reconoció a al, individuo de la sombra.

Pol-ki: Rita, ¿eres tu?. Dijo esto con una voz que tiritiaba por el frío.

Rita: Asi es, ¿que haces caminando tan noche?

Pol-ki: Lo mismo me pregunto, ¿que haces aquí sentada en medio de la nada a altas horas de la madrugada?, no ves que en la noche pueden pasar muchos peligros, y más para alguien tan pequeña y delicada como tu.

Rita: Oye, me se cuidar sola, aunque no lo creas, yo soy muy fuerte, y referente a tu pregunta, simplemente me le escape a Linda, no tenía ganas de dormir. Entonces ¿me contestaras mi pregunta?.

Pol-ki: ¿Qué pregunta?. Dijo esto con nervios, ya que le daba pena decir que no podía dormir por más que lo intentaba.

Rita: Pues la que te dije, ¿que haces caminado tan noche?

Pol-ki: aaaaah, eso, mira la verdad es que voy a entregarle un dinero pendiente a Margarita.

Rita: Y no te pudiste a ver esperado hasta el día siguiente.

Pol-ki: Si, pero la verdad es que ya son varias las noches que no puedo dormir, específicamente 4 y por mas que lo intente no puedo pegar el ojo, intente con más cobijas, tomando leche fría o caliente, contando ovejas y nada.

Rita: Me lo hubieras dicho, yo tengo una solución a tu problema, dijo esto con un tono burlón y una enorme sonrisa en su rostro.

Pol-ki: ¡Enserio!, ¿harías eso por mi?

Rita: Si, para que están los amigos si no es para ayudarse. Diciendo esto de su bolsillo, sacó un largo pero delgado frasco con pequeñitas pastillas de colores adentro.

Pol-ki: ¿Qué es eso?, Pol-ki estaba sorprendido, pues nunca había visto nada parecido.

Rita: Yo los llamo dulces, mira ten, tomate dos y dormirás como un bebé.

Pol-ki: Muchas gracias Rita, eres muy linda por ayudarme.

Rita: No me agradescas, ahora vete con Margarita, creo que te esta esperando.
Pol-ki dio la vuelta y se fue de ahí, obviamente no fue a casa de Margarita, si no que fue directo a su cama y ahí se comió los "dulces" que Rita le había dado.
Cerro los ojos intentando relajarse, pero al abrirlos se dio cuenta que estaba en una nube. ¡UNA NUBE! como es eso posible. El no lo podía creer, pero no le dio importancia así que se acomodo en su nube y cerró los ojos, de repente la nube desapareció y Pol-ki cayó, pero su caída era lenta y al finalizar terminó en una silla.
Enfrente de él había una mesa con un plato, se desprendía un olor muy agradable, Pol-ki fue a buscar de donde provenía el olor, hasta que llegó un a un cuarto con una estufa. Lentamente se acercó a la estufa, y lo que se estaba cocinando era un pedazo de tocino. A Pol-ki se le antojo el pedazo de tocino y metió a su mano  al aceite hirviendo.
Pol-ki se despertó de golpe, se dio cuenta de que todo era un sueño, pero tenía mucha hambre. Se levantó, fue a  su cocina, abrió el refrigerador y sacó una bolsa de salchichas para desayunar.