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Montse

¿Qué estarás haciendo aquí, Chase?

Es la pregunta que me hice en todo mi entrenamiento, no voy a negar que cuando lo vi antes de entrar a la pista de hielo, mi corazón se aceleró que pensé, no podría hacer bien mi rutina artística. Pero para mi sorpresa, salió mejor de lo que esperaba, es como si él hubiera sido mi amuleto de la suerte.

Patino hacia la entrada donde me esperan Kat y Sabrina, la primera me abraza mientras la segunda me mira fijamente con una expresión de seriedad que me genera un poco de miedo.

— Hoy no hubo tantas fallas, Montserrat pero hay que seguir trabajando en esos giros. Aún no son perfectos.

Mi mejor amiga se aleja de mí y mira a Sabrina con enojo.

— Sabes perfectamente que Montse lo hizo de maravilla, hasta personas vinieron a verla e inclusive, le aplaudieron y todo. Deja de ser tan exagerada —. Kat mira a Sabrina con odio pero no quiero peleas.

— Kat — suspiro cuando mi amiga voltea a verme con indignación —, me falta perfeccionar mis giros, hay algunas fallas.

Mi mejor amiga se rinde y decide contestar su celular.

— Muy bien, Montserrat — Sabrina me evalúa, da un giro mirando mi anatomía y cuando está nuevamente frente mío, veo en sus ojos lo que no me gusta.

Decepción.

Desde que tengo uso de razón, no me gusta decepcionar a las personas, por eso me he dedicado a ser perfecta o demostrar eso, odio que me miren y me puedan juzgar; es también por ello que Kat es mi única amiga en la universidad, sin mencionar que considero a las hermanitas de Chase mis amigas.

— ¿Hay algo mal en mí, entrenadora? — Sabrina alza sus cejas y antes de hablar, veo que hace una mueca.

— Todo en ti está mal, Montserrat. Tus caderas son muy grandes, y esa puede ser una razón del por qué tus giros se ven deficientes. ¿No estás a dieta?

Su pregunta me descoloca ya que ella sabe que todas sus patinadoras tenemos un estricto régimen alimentario, es un requisito.

— Si me encuentro en dieta, entrenadora; llevo un plan alimenticio con la nutricionista de la universidad —, espero que Sabrina me diga que no hay problema.

Pero como siempre, ella nos sorprende.

— Ese plan alimenticio... ¿Es hipocalórico?

— Sí señora.

No miento que también me doy mis gustos o antojos pero es muy esporádicamente y siempre voy al gimnasio que hay cerca de mi hogar.

Pero sé que si le digo eso a la mujer que me mira como si en frente de ella estuviera su peor enemigo, sé que me llevaría un regaño muy grande.

— Quiero que me traigas ese plan alimenticio.

Es lo último que dice y me deja con la palabra en la boca.

Agarro mi bolso y busco mis zapatillas, siento como una lágrima baja por mi mejilla derecha pero de inmediato la quito. No quiero que nadie me vea débil.

Tengo un mensaje de Kat diciendo que James está afuera con ella y que si en diez minutos no salgo, él vendrá por mí.

Río ya que sé que Jamie sería capaz de eso.

Escucho risas y volteo mi cabeza hacia los chicos de fútbol americano, veo como todos molestan a Chase y eso me hace voltear los ojos, definitivamente son como niños en cuerpos de jóvenes adultos.

STEP BY STEP [ACTUALIZACIONES LENTAS PERO SEGURAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora