EXTRA 6

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Charli estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. ¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Dixie y a Addison por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado T/n T/a, su T/n. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Charli amaba los suaves labios de la oji-miel.

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que T/n la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Charli tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor. Molly alzaba una ceja, riéndose un poco. Charli evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con T/n, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, sino seguro estaría montando una fiesta de celebración pero a Marc no la agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando T/n se dignará a tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, T/n no podía dejar solos a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Charli sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la oji-miel. Sospechaba de cierta hermana suya alta.

(Nah, fue Molly)

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Charli D'amelio y T/n T/a había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. Charli estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos avellana y sonrisa angelical.

-Estoy frustrada -fue el comentario inútil que hizo la chica castaña.

-¿Por qué? -Dixie estiró los brazos, ella también esperaba a Addi.

-Hace dos días que me he besado con T/n y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces-su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna-. ¿Qué se supone que somos ahora?

-¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas? -la pelinegra tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos-. No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Addi soltera, verdad?

-La haría un favor -rodó los ojos.

-Pff, claro -chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás-. Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo.

-No le deseo tanto mal, Dixie. Espero que no existan dos como tú, con una me basta -Charli movió las manos, esperando que la pelinegra se picara.

-¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía -le dio un golpe en el brazo, la castaña sonrió -. Soy increíble y estoy segura que Addi piensa igual.

Una voz tras ellas respondió, divertida.

-Tienes razón, Dix -Addison sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la pelinegra se mostró en sus labios-. Eres maravillosa -se sonrojó.

-Aww, gracias, Add -la alta le hizo ojitos.

Dixie se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Addison reía como idiota, aún ruborizada. Charli rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacían sentir diabetes nivel III. Si es que existía. De todas formas, eran empalagosas.

RIVALES ‖ Charli D'amelio y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora