EXTRA 2

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-¿Sesión de estudio? -Dixie observaba a su hermana guardar sus libros en el casillero. 

-Eso mismo, Dixie -Charli respondió rodando los ojos. 

Estaban en pleno pasillo, era la última hora de clases. Dixie intentaba convenser a su hermana para que la acompañara a su casa esa tarde. Charli se había negado, en ese mes matemáticas comenzaba a dificultarse y, a pesar de ser inteligente, quería quedarse unas horas en la biblioteca repasando las clases de la semana. Dixie quería tener una noche de películas, pero la castaña insistía en tomar la tarde para los estudios. 

-¿Y en dónde piensas estudiar? -la chica hizo un mohín. 

-En la biblioteca, Dix -al ver los ojos confundidos de su amiga le sonrió divertida-. Si no sabes, es una habitación con estanterías y mesas en donde hay una gran cantidad de libros. 

Dixie la detuvo, alzando la mano frente al rostro de la castaña, torciendo la boca un poco ofendida. 

-Se lo que es una biblioteca, Char -Bufó al escuchar la risa de la catsaña. 

-¿Entonces?

-Me refería ¿No podrías estudiar en mi casa? Es lo mismo -alzó los brazos. 

Charli negó suavemente con la cabeza, colgándose la mochila del hombro. 

-No podría concentrarme. 

-¿Y por qué no?

-¿Tú me dejarías estudiar en completo silencio y sin hablarme una sola vez en toda la tarde? -le dijo alzando las cejas, Dixie mantuvo la boca cerrada-. ¿Ves? Prefiero ir a la biblioteca. 

Dixie aceptó a regañadientes, alegando que aquella tarde planeaba comer un gran razo de helado de fresa y galletas, sin ella. 

La castaña sintió una lagrima caer, ella también quería helado y galletas, pero a duras penas acepto su destino y fue pesadamente esa tarde a la biblioteca. Planeaba vengarse de Dixie, tal vez encerrándola en su baño mientras Charli comía una caja entera de pizza al lado de la puerta. 

Sonrió, más animada con su malvado plan. Esperaba pasar unas horas tranquila en esos días no muchas personas acudían a la biblioteca, así que estaría prácticamente sola. Al llegar a la entrada sintió se su corazón le subía a la garganata, como un acto de reflejo se ocultó detrás de la puerta, respirando rápido. 

Cuando ya esta levemente calmada, aspiró profundo y asomó la cabeza para observar nuevamente. En unas mesas más lejos estaba T/n T/a, de espaldas, pero Charli podía reconocerla. 

Charli sintió la tentación de irse, estudiaría otra tarde y así comería helado en la casa de su hermana. Todo perfecto. Pero ella quería estudiar, no se iba a privar de hacerlo solo porque la tonta de T/n T/a estaba en la biblioteca. Bastaría con ignorarla y ya, no tenía porque senirse cohibida por ella de todas formas. La perdedora era la oji-miel, no ella. 

Con la barbilla en alto y la espalda recta, para mostrase segura, fue hasta una de las mesas junto a la ventana. En ningún momento observó a T/n, no le daría la satisfacción de que la chica de ojos miel fuera consciente de la atención extra que le daba la castaña. Con orgullo abrió su libro de cálculo y empezó a estudiar, anotando las fórmulas. 

Pasaron dos horas, Charli era plenamente conciente de la presencía de T/n a unas mesas frente a ella, pero aún así no había levantado la mirada del libro ni una sola vez. Merecía un premio. Justo cuando ya empezaba a concentrase en la materia, había estado distraída pensando si T/n la había visto, cuando escuchó una silla arrastrase. 

Su cabello cubría su rostro, por ello pudo observar discretamente como T/n se levantaba de la mesa con su mochila, dando por terminada su sesión y planeaba irse a su casa. T/n estaba con los audífonos y la mirada perdida en otro lugar, no parecía haberse percatado de la presencia de Charli en la habitación ni de cerca. A la castaña le molestó como también la hizo sentise aliviada, en partes iguales. 

T/n se estaba yendo, Charli sintió un ridículo implso de llamarla o algo para evitar que se fuera. Pero se mantuvo firmemente sentada, a ella no le importaba. 

Clavó sus ojos en las páginas de números, la siguiente hora estudió perfectamente, ahora sin ninguna distracción. Al día siguiente, en la cafetería, estaba lanzándole miradas asesinas a Dixie por haber comido helado sin ella. ¡Incluso le envió fotos cuando lo hacía, traidora!

La pelinegra olo se reía, al sonar la campana la chica de ojos miel, fue a su clase mientras que Charl prefería ir al baño antes. Se estaba lavando las manos, pensando si llegaría a tiempo a la clase de Historia, cuando la puerta se abrió. Sintió un vuelco en el corazón. Eran las voces de Addison Rae y, obviamente, T/n T/a. 

Su cuerpo reaccionó sin preguntarle, fue hasta una de las casetas y se ocultó en ella cerrando la puerta con pestillo. Para evitar que la descubrireran se subió en el hinodoro, con la tapa cerrada por supuesto. Ni ella misma entendía el por qué se escondía. ¿Por qué tendría que tener pánico de que la vieran? No le interesaba para nada, sea lo que fuera de lo que hablaban T/n con su amiga. Aún así, estuvo atenta a lo que decían. 

-¿Estudiaste algo, al menos? -Addison le decía a la oji-miel, se escuchaba el agua del lavabo-. El examen de inglés es la próxima semana. 

-Intenté, lo juro -Charli contuvo la respiración al escuchar la voz de T/n, sin entender el por qué-. Pero se me dificulta, en verdad prefiero cualquier otra materia. 

-Tendrías que pasar más horas estudiando.

-Ayer estuve toda la taerde con un maldito cuaderno, Addi -T/n suspiró con una voz rendida-. Supongo que ir toda la semana a la biblioteca podría ayudar, ¿no?

-¿Cómo ayudaría? -Addison parecía divertida. 

-Cuando estudio en la biblioteca me siento más inteligente -la oji-miel dijo y pronto se escucharon las risas de la otra, T/n bufó-. ¡No te rias!

-¡Es que es absurdo, T/n! -Después de unos segunds más de risas volvió a hablar-. Si sigues así terminarás todo el año en la biblioteca. 

Estuvieron un rato riéndose entre ellas por la falta de interés de la oji-miel en estudiar inglés, hasta que finalmente se fueron. Charli abrió lentamente la puerta, para asegurarse si estaba sola. Salió rápidamente del baño, de camino a su clase, pensando que seguramente llegaba tarde, nuevamente algo le salía mal por culpa de la oji-miel. Pensaba en no volver a la biblioteca, si lo que decía Addison era cierto, T/n estaría mucho tiempo con ella durante sus sesiones de estudio. Tal vez podría estudiar en... otra parte, para no cruzarse con la oji-miel. Sí, lo mejor era aquella desición. Se lo estuvo repitiendo a sí misma durante la primer hora de historia. Aún así, esa misma tarde se hallaba nuevamente sentada en una de las mesas de la biblioteca, furiosa consigo misma por ir. 

Miraba distraídamente su cuaderno, dando pequeños vistazos a la puerta. Ella había llegado más temprano, T/n aún no aparecía. Al verla llegar se le quedó mirando. T/n estaba con un súeter un poco grande para ella y dando un pequeño bostezo. Fue hasta su mesa, Charli podía verla de frente, y sin darle un vistazo empezó a leer. 

Charli la miraba, como la luz del sol de la ventana tras ella le daba a T/n en el rostro, haciéndola parecer hermosa. Charli sintió un extraño calor en sus mejillas ante esos pensameintos. 

Se levantó inesperadamente y, con cuidado de que la oji-miel no la viera, se escabulló por unas estanterías hasta salir del lugar. Estaba confundida, últimamente siempre sentía esas nuevas sensaciónes con la presencía de la oji-miel. Quería estar lejos de ella. Unos dos días después y Charli siguió asistiendo todas las tardes a la biblioteca, sin comprender por qué a pesar de no querer ver a la oji-miel no podía mantenerse lejos de ella. 


RIVALES ‖ Charli D'amelio y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora