EXTRA 1

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Charli odiaba llegar tarde a clases, menos si era durante su clase favorita, la de inglés. No había dormido muy bien ayer, le costaba pegar ojo en la noche y terminó leyendo sentada en su cama, despertándose más tarde de lo acostumbrado. Cruzó la entrada ezquivando ágilmente a los estudiantes en el pasillo para llegar al salón. Un pequeño pensamiento llegó. 

¿Donde estaba T/n T/a?

Hizo una mueca, sin entender muy bien el porqué debía pensar en ella. Desde el inico de clases le sucedía. De vez en cuano la castaña de ojos avellana, acudía a sus pensamientos. Era absurdo, ella no se implicaba directamente con la chica, simplemente observaba a Dixie fastidiarla a ella y a sus amigas. Nunca intervenía, solo sonreía a su hermana. Además, T/a era de cierta manera... irritante para Charli, su presencía la alteraba. Por ello no la defendía de las constantes burlas que recibía, igual la oji-miel podía defenderse. Y también no quería perderse el adorable rostro que hacía T/n cada vez que peleaba con Dixie. 

Se detuvo en pleno pasillo. 

¿Qué acababa de pensar?

Sacudió la cabeza, debía ser el sueño. Fue nuevamente en camino a su clase, ahora rezando por no cruzarse a la perdedora de T/a en todo el día. Pero la mala suerte le dio una patada mental, al entrar por la puerta y pedir disculpas por su retraso, allí estaba. Suspiró fastidiad, no entendía el por qué, pero en verdad no quería ver a T/n. El único asiento libre era junto a la oji-miel. La castaña estaba pensando en simplemente dejarlo ser, ni que fuera a hablarle. Sólo la tendría que soportar esa clase, era al parecer la única que compartirían hoy. 

Mientras caminaba, varios chicos la miraban embobados, ella sonrió coquetamente ya que en secreto disfrutaba un poco el saber que la encontraban linda. Se fijó brevemente, no quería darle importancía, la oji-miel estaba con el rostro escondido tras un libro alzado. Charli arqueó una ceja. ¿Qué pretendía? Tomó asiento mirando al frente, captando todas las explicaciones de la profesora Raquel. Anotaba los apuntes limpiamente en su cuadrno. 

Después de unos 20 minutos, por la vista periférica, observó un pequeño movimiento a su izquiera. El asiento donde estaba T/n. Sin querer parecer interesada, le lanzó una mirada de reojo, abrió los labios sorpresivamente al verla. El libro que cubría el rostro de T/n había resbalado de la mesa, dejando ver a una oji-miel dormida. Charli se sorprendía. ¿Quién podía dormir en inglés? Si la materia era maravillosa, Charli no podría. 

Aún sabiendo que T/n no la veía le lanzó una mirada de reproche, se sentía indignada, lo demostró apartando el rostro y mirando la clase. Pero una pequeña curiosidad la hizo volver a verla, quería asegurarse de que en verdad ya chica dormía. 

La oji-miel había intercambiado de posición entre sueños, estaba con los brazos cruzados sobre la mesa y la cabeza recostada sobre ellos, con el rostro hacia Charli. La castaña la observó sin darse cuenta, aún con parte de su atención en la clase. T/n dormía con los labios entreabiertos y su cabello ligeramente revuelto por el movimiento, un mechón cubría su frente. Respiraba lentamente y parecía muy tranquila. 

Después de una hora, toda la atención de Charli se la había ganado la imagen durmiente de la oji-miel, ni ella misma se había percatado de aquello. De lanzarle miradas figases había pasado a observarla fijamente, con la barbilla apoyada en su mano. 

Un pensamiento tonto llego a la castaña: T/n T/a era muy linda. Al menos al dormir, Charli se justificó. La observaba descaradamente, su rostro, cejas, labios y ese adorable mechón de pelo cruzándole el rostro. 

Detuvo su respiración rápidamente al ver a T/n arrugando la nariz, sintió un incómodo cosquilleo en su estómago al pensar que la pensar que la oji-miel la pillaria mirandola, pero se removió un poco hasta que finalmente cambió de posición, escondiendo la cara entre sus brazos. Inconsientemente la castaña frunció el ceño, rápidamente frustrada, por no tener visión del rostro de T/n durmiendo. 

Después se dio cuenta de lo tonto que era aquello y decidió volver a ver la clase, un poco confundida por su actitud. Abrió los ojos al ver la pizarra repleta de oraciones y conjuaciones que no entendía muy bien; había perdido el hilo de la clase y por ello no entendía que estaban viendo. Maldijo interiormente e intentó guiarse por su libro de texto. 

-Señorita D'amelio -la llamó la profesora sonriendo. Charli era una de sus mejores estudiantes y necesitaba que diera el ejemplo-. ¿Podría pasara al pizarron para completar la oración?

Charli tragó fuertemente, mirando lo que decía el pizarrón sin tener idea alguna.

-Yo... disculpe profesora. No... entendí muy bien, no sabría cómo... ¿Podría volver a explicarlo, por favor? -dijo con el rostro ardiendo, todos la observaban sorprendidos, y la profesora Raquel se mostraba igual. 

-Por supuesto, veamos si esta vez puede lograr comprender, señorita D'amelio -dijo amablemente dirigiéndose a explicar la conjugación en el pizarrón nuevamente. 

Charli asintió, copiando todo y queriendo dejar de sentir vergüenza por lo ocurrido. A su lado, T/n hizo un pequeño ruidito entre sueños, Charli se obligó a si misma a no voltear a verla. 

Ya a pocos minutos de terminar la hora de Inglés, la peor clase que había tenido hasta ahora, volvió a ver a T/n que, increíblemente, seguía dormida. Charli la fulminó con los ojos, recogiendo sus cosas y queriendo salir lo más pronto posible. Culpando a T/n de lo sucedidos en clases, todo era culpa de ella, la oji-miel le caía tan mal. 

Al escuchar la campana salió de primera, sin importarle ver si la oji-miel despertó, estaba enojadísima con ella. Todos era su culpa, idiota T/a. Aquel pensamiento la acompañó todo el día, incluso aquella noche minutos antes de dormir. Le fue mal en su clase de inglés todo por culpa de T/n T/a y su tierna forma de dormir, arrugando la nariz y haciendo ruiditos adorables. ¿Qué estudiante dormía durante clases? (Demasiados...)

Si la oji-miel hubiera estado despierta en la clase, nada de eso hubiera sucedido. Sí, todo era culpa de ella. Lo que Charli no comprendía era que no tenía sentido echarle l culpa a T/n. Era de ella misma, por lo que, sin ser consciente, comenzaba a sentir por la oji-miel. De todas formas, Charli empeoraría con el pasar de los días, solo quedaba desearle suerte. 






No bueno, acá está el primer extra; como no hay clases ni hoy, ni mañana, posiblemente más tarde públique el siguiente y mañana también. También esperen más actualizaciones el fin de semana. :D

RIVALES ‖ Charli D'amelio y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora