Naruto Uzumaki no tiene nada que perder...
Las personas que más amó, se van a casar. Dicen que el tipo bueno termina último. Entonces, ¿cuál es el punto de ser un maldito caballero?
Tal vez debería solo tomar lo que quiere.
Incluso es esa cosita sex...
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Madera y cuero desgastado. Este lugar es mi santuario.
El falso satén brillante de su minifalda parece fuera de lugar. Sus tacones se tambalean en la gruesa pila de la alfombra. Parte de mi espera que se siente en el sofá, como si fuera a entrevistarla antes de follarla sin sentido. O tal vez ella se ponga a sí misma en la encimera de la cocina, una oferta sexual.
En lugar de eso, de posa frente a la escultura de metal frente al ventanal. Un caballo salvaje galopa, sus cascos chocan, su crin orgulloso en el viento, o eso es lo que parece en su inmovilidad. Ella pasa su mano a lo largo de la curva de su pecho.
"Que bonito."
Cristo... Con su cuerpo ágil y sus ojos cansados del mundo, parece toda una adulta. Pero luego se emociona con los caballos, y podría volver a tener doce años. Es un extraño caso, uno que no debería encontrar atractivo. Incluso como mi cerebro evalúa el sentido ético, mi sangre late con un bajo, latido primitivo. Mía. Ella es mía. Y nada, ni siquiera mí moralidad, la alejará de mí.
"¿De dónde has sacado ésto?"
No tengo que responder. Una galería de arte. Un centro comercial. No debería importarle dónde lo conseguí. Ella es una prostituta. Ponte de rodillas. Eso es lo que debería decirle.
"Lo hice."
Sus ojos se abren. "¿Lo hiciste?"
"No es nada. Un soplete y algo de chatarra que tenía."
"¿De qué estás hablando? Es muy hermoso. Casi puedo sentir su respiración irregular." Traza la curva del pecho del animal con la yema del dedo. Casi puedo sentir la caricia en mis pectorales. Su mano sigue moviéndose, sobre la melena.
"Parece fuego"
"Algunos dicen que el mundo terminará presa del fuego...". es una tontería, es aún más ridículo por el hecho que ella no entenderá. Ella pensará que soy un hippie loco o algo; recitando algo del día del juicio final.
Me mira sin perder el contacto con la escultura. "Otros dicen que entre hielos..."
La sorpresa no evitá que continúe. "De lo que he saboreado del deseo. Estoy de acuerdo con aquéllos que favorecen al fuego."
