15

743 95 16
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy bebiendo el mismo vaso de borbon, que no sabe a nada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy bebiendo el mismo vaso de borbon, que no sabe a nada. Gaara está aquí conmigo. Si tuviera que adivinar, Konan lo llamó. Le encanta tirar de nuestros hilos como si fuéramos marionetas.

Él tiene un vaso de agua, porque tan pronto como termine, tiene que conducir a casa con su esposa y su bebé.

"Lárgate de aquí", digo, apretando las manos alrededor del vaso.

"No hay necesidad de ponerse hostil, mon ami. Y no voy a ninguna parte."

A veces, Gaara es realmente un bastardo. "No necesito un niñera."

"Oui, biensur. No voy a cuidarte. Continue, mon ami"

Juro que se pone más francés cuanto quiere fastidiarme.

"No estoy teniendo una especie de reacción extraña porque Sakura y Sasuke se casaron. Yo la conozco y me preocupo por Hinata, como amiga, así que me aseguro de que está bien."

Hasta ahí. Todo eso sonaba muy razonable.

Lástima que sea un montón de mierda.

Gaara da un suspiro francés y toma un sorbo de agua. (🌝*soupira en fransua*)

El bar está bastante vacío. Es miércoles por la noche, pero incluso así es escaso. Es más que un bar. Es el patio de recreo de los ricos y licenciosos.

"¿Dónde demonios está todo el mundo?"

"Creo que le echaron un vistazo a tú cara y se escaparon asustados."

Me paso una mano por la cara y el pelo. "No soy tan malo."

"Bueno, creo que Konan va a enviarte una factura por ayuentar a sus clientes."

Antes de que pueda responder, la puerta se abre. Nagato entra, trayendo consigo una ola de aire frío y húmedo. Creó que empezó a llover. Ahora estoy muy seguro de que alguien los llamó. Gaara y Nagato son dos de mis mejores amigos.
Junto con Sasuke.

Los cuatro nos reuníamos todas las semanas, sin importar cuán ocupados estuviéramos con el trabajo. Somos palmadas en el hombro y apoyo. Somos rocas estables en un mundo al revés. Incluso teníamos un nombre, siendo los bastardos ambiciosos que somos. El club de ladrones. Porque cada dólar ganado es un dólar tomado de otra persona. Ganamos ese dinero a través de inversiones o edificios en bancarrota, o en el caso de Gaara, acostandose con mujeres ricas para ganar dinero y poder estafar en mesas de póquer.

ClandestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora