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Jungwon de nuevo intento poner un alto a la situación, se había vuelto agotador para el llegar a casa y ver la expresión de cansancio de su madre quien intentaba ocultarlo con una sonrisa sin embargo su cabello desaliñado y sus ojos ojerosos la dejaban siempre en evidencia, no podría soportar un día más viendo esa devastadora imagen.


— Mamá, voy a comenzar a trabajar — Como si hubiese sido algún delito, la mujer lo encaro dejando de lado la comida que estaba preparando.


Su papá también reacciono a aquello, quizás no de la misma forma pero su expresión también cambio ligeramente.


— Solo tienes dieciséis años, tu única preocupación debería y será el colegio y mantenerte sano para tus exámenes — Una última mirada desafiante y Jungwon cuál bebé regañado callo diciendo no continuar con una discusión que tenía perdida desde un principio.


No lo discutiría pero eso no significaba que haría caso.


Al menos quería trabajar para no ser una molestia cuando se trate de obtener sus libros a sabiendas que el sueldo de su mamá a duras penas alcanzaba para la comida de un día.


En un inicio pensó que el trabajo de su madre los sacaría de apuros y no estarían lamentándose día tras día por no llegar con ciertos pagos siendo que la mujer trabajaba en una casa de gente adinerada pero más lejos de la realidad no podían estar, su madre era explotada laboralmente y no se quejaba por el simple hecho de lo complicado que era conseguir un trabajo con la situación económica que atravesaba el país.


Jungwon por unos momentos decidió restarle importancia al dinero, más que nada por su propia salud mental pues de lo contrario perdería la cordura, el joven tomo asiento en una de las blancas sillas de la cafetería donde su mejor amigo lo había citado con la excusa de que le tenía muy buenas noticias.


Era mentira y el pelirrojo lo sabía, había inventado tal cosa porque hacía dos semanas no se veían por el choque de horarios que tenía cada uno en su respectivo colegio pero era una buena oportunidad hacerlo un domingo donde en las tardes se mantenían desocupados.


La puerta del local fue abierta anunciando un nuevo cliente a lo que Jungwon expectante observó la curvilínea figura de Sunoo quien caminaba emocionado hasta llegar a su destino que era frente al menor, esto claramente no sin antes saludarle con un casto beso en la mejilla.


Luego de algunos minutos ambos decidieron ordenar, Jungwon a regañadientes debía aceptar que la cuenta siempre fuera pagada por el mayor y le costaba todavía acostumbrarse a ese tipo de atención aún cuando sabía perfectamente que para Sunoo gastar esa cantidad de dinero era la nada misma.


Ambos se habían conocido hace un año atrás cuando Jungwon quedó atrapado bajo la lluvia y el chico le ofreció su paraguas, desde entonces Yang lo persiguió hasta poder devolvérselo y de una u otra forma terminaron envueltos hasta que hoy en día se habían convertido en mejores amigos, el menor perdía la fé día a día cuando se trataba del ser humano en general pero Sunoo y su familia hacían que todo cobrara sentido y que los días no se sintieran tan grises.


— ¿Por qué estás tan callado? — Rompió el hielo el mayor dejando de lado el café frío que había sido servido minutos antes.

We could have had it all ( Jaywon )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora