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La desesperación ya empezaba a hacerme querer gritarles a todos y entrar de una buena vez a donde estaba Will, pero me estaba conteniendo con todas mis fuerzas.

- ¡Permiso! - una enfermera entró corriendo hacia la sala con unos aparatos en mano y yo no hice más que llevarme las manos a la cabeza.

- ¿Por qué tardan tanto? - vi a mi mamá volver de la cafetería, hace ya un tiempo que estoy solo aquí.

- Mike, tranquilo, ya verás cómo sale todo bien.- Quise gritarle pero me contuve, otra vez.

Una, dos, tres horas más fueron agregadas a la espera. Y nadie decía nada aún, solo seguían entrando y saliendo enfermeras una y otra vez.

- Joyce y Jim se las van a ver conmigo en cuanto pueda denunciar esto.- le escuché decir a mi mamá por teléfono.

Me hace sentir tan bien que me apoye de ésta forma.

No puedo parar de pensar en cómo Will apretaba mi mano y lloraba desconsoladamente, se repite en mi cabeza como si no tuviera un final.

¿Es esto un castigo?

Me da asco el saber que todo esto está pasando por su propia hermanastra.

Quiero vomitar...

- Familia William Byers.

Me paré de inmediato acercándome a la doctora lo más rápido que pude.

- ¿Cómo está él?

- Pudimos parar el sangrado interno y salvar los órganos afectados. Todo esta yendo bien, está estable así que despertara en un rato y podremos darle de alta en unos dos o tres días. Está demasiado bien para haber aguantado tanto antes de venir, buen trabajo.

Cuando se fué me desplome en el piso por fin llorando como si fuera a morir, siento un alivio tan grande, pero no puedo parar de llorar.

Sentí los brazos de mi mamá rodearme y así abrazados me ayudó a ponerme en pie.

- Lo hiciste bien, Mike. Estoy orgullosa de ti, lo salvaste..

Cuando logré calmar mis sollozos me alejé de ella viendo como sacaban a Will en una camilla.

- Estará en... esta habitación.- dijo una enfermera y me tendió un pequeño papel donde estaba su nombre y el número de habitación.- Puedes ir con ellos y usted por favor acompañeme para darle las indicaciones del cuidado.

Mi mamá se fué con ella y yo entré junto a los enfermeros al ascensor, no podía verlo bien ya que lo estaban rodeando, podía ver únicamente su pálida y delgada mano descansando en la camilla.

No tardamos mucho en llegar, ellos entraron y lo estabilizaron para luego salir y dejarme entrar.

Arrastré una silla hacia la camilla y me senté ahí, simplemente observándolo.

Solo ahí me di cuenta de lo delgado que era, los huesos de su clavícula y sus costillas sobresalían de una manera preocupante y se notaban aún por encima de la bata. No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas nuevamente y empezar a llorar, lloré y lloré aún cuando lo tapaba con las mantas.

- Lo siento tanto, por no haberme dado cuenta antes. Solo soy un cómplice en todo esto...- murmuré tratando de ser silencioso. 

Pasé mi mano por su rostro lleno de gasas con delicadeza y luego tomé su mano envolviendola con la mía.

- ¿M-Mike?

- Will, hey...

- ¿Estás llorando? - su voz era débil, casi no podía escucharle.

𝐆𝐚𝐲 | Byler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora