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- Will, pásame esa foto, en la que salen los moretones en tu pierna.

- ¿Esta?

La miré fugazmente y asentí tomando mi celular, una vez me llegó empecé a imprimirla.

- No has dormido mucho...- le escuché decir desde su silla de ruedas.

Por supuesto que no, desde ese día conciliar el sueño es como estar pagando un castigo, ya que en lo único que puedo soñar es en su rostro lleno de lagrimas y sus gritos de dolor.

Encima de eso, empezamos a juntar evidencia del maltrato desde ayer y quiero que todo salga bien.

- No te preocupes, estoy bien.- le sonreí lo más sinceramente que pude y cogí la foto cuando salió. Tomé un pedazo de cinta después y la pegué en la hoja justo debajo de la declaración que había escrito Will de ese día.

Luego me dejé caer en el sofá, notando su mirada de preocupación. Sólo le sonreí otra vez y le indiqué que se sentara en mi regazo. El se acercó con la silla de ruedas y con poco esfuerzo hizo lo que pedí, dejando ambas piernas a cada lado de mi cuerpo y escondiendo su cabeza en mi cuello.

Cada vez le duele menos la herida de la cirugía y eso le ha dado la ayuda para empezar a caminar un poco por si sólo, me hace sentir orgulloso de alguna forma.

- Eres el único, pero el mejor amigo que he tenido, Mike...- Susurró suavemente y yo sonreí.

- Tu también eres el único pero el mejor amigo que he tenido, Will.- Tomé su rostro entre mis manos y di pequeñas palmaditas en sus mejillas.

- Terminemos por hoy, sí? - dijo alejándose un poco.

- Está bien, vamos a darte tus medicinas.- hice que se aferrara a mi y caminé hacia la cocina con cuidado de que no se cayera, lo dejé encima de la encimera y busqué la bolsa que tenía todo dentro.

Vamos a estar solos por un par de días, ya que los demás decidieron ir a Miami a pasar un rato, y como Will no estaba en el mood de salir y necesita a alguien que lo cuide, me tocó quedarme yo.

No me quejo en absoluto.

- Este primero.- dijo señalando un jarabe.

- ¿Este? ¿Por qué?

- Es el que peor sabe.

Reí y lo tomé sacando una cuchara de uno de los cajones, luego lo eché en ella acercándola a su boca. Lo vi poner una mueca de asco que me hizo sonreír.

- Venga, que ese era el peor.

Le di otro jarabe, para luego pasar a las pastillas. Tomé un vaso que estaba detrás de el y mantuve una de mis manos en su cintura mientras lo llenaba de agua.

- Toma.- le tendí el vaso y las tres pastillas, cuando se las tomó abrí la boca indicándole que lo hiciera el, y lo hizo.- Muy bien, ¿Qué te gustaría hacer hoy? - dije finalmente volviendo a tomarlo en mis brazos dándole una de las gomitas que le ayudarían a su apetito y para quitarle el mal sabor de boca que le dejó el jarabe.

- ¿Te parece si vemos películas? Pero me tienes que cambiar el vendaje mientras.

Asentí y lo llevé nuevamente hacía el sofá, lo dejé un rato ahí mientras iba a mi habitación a buscar las cremas y los vendajes. Baje con todo en mano y le vi dándole play a la película apenas llegué.

Me senté a su lado e hice que se recostara, dejando su cabeza en mi regazo. Mientras el estaba entretenido con la película quité el vendaje que cubría su herida ya cicatrizando, tome un algodón limpiándola un poco y luego empecé a aplicarle la crema con cuidado.

- ¿Te duele?

- No realmente, el horario de las pastillas hace que no de tiempo a que me duela.- murmuró más pendiente de la película que de mi.

Sonreí tomando las vendas y empezando a rodear todo su abdomen con ellas, cuando estuvo lo completamente tapado corté el material y puse un pequeño clip para que no se le quitara.

- Ya estás.- el asintió, sin prestarme atención nuevamente. Por impulso, acerqué mi rostro al de él dejando un pequeño beso en su mejilla.

Por fin me hizo caso, mirándome un poco sorprendido. Pero luego sonrió dulcemente tomando mi mano para luego volver a girar su cabeza hacia la pantalla.

Me sentí cansado de repente, sintiendo las pequeñas caricias que hacía en mi mano cerré mis ojos. De un momento al otro ya estaba dormido.

. . .

- ¡MIKE! ¡MIKE WHEELER! ¡MICHAEL! ¡SÉ QUE ESTÁS AHÍ! - esa voz insistente y el sonido del timbre me hicieron despertarme, Will estaba dormido pegado a mí y yo estaba lo suficientemente dormido como para no pensar bien y pararme con su cuerpo abrazandome como un koala.

- ¿Quién es..? - aún con ojo cerrado y otro abierto abrí la puerta y solté una maldición al ver quién era.

Eleven.

- ¿Qué está pasando aquí Michael Wheeler?

Intenté cerrar la puerta pero ella fue bastante rápida como para poner su cartera y entrar.

- ¿Por qué estás aquí? - fué lo único que se me ocurrió decir, ya no tenía de otra así que simplemente deje que se adentrara a la casa, mientras yo dejaba a Will en el sofá para que siguiera durmiendo.

- Vine a arreglar las cosas, pero la que necesita explicaciones al parecer soy yo. ¿Qué hace el marica aquí?

- Jane, si sólo viniste a irrespetar a Will te puedes ir yendo de mi casa.- dije acercándome a ella.

- Está bien, pero podemos hablar? - asentí con la cabeza y le hice una seña con mi mano para que me siguiera afuera de la casa.

Qué error.

Cuando vine a darme la vuelta otra vez ya ella tenía el cabello de Will enredado en sus dedos y empezó a pegarle con su cartera justamente en su abdomen.

- ¡JANE, MIERDA! ¿¡QUÉ ESTÁS HACIENDO?! - la empujé con una furia que nunca había sentido antes, haciendo que cayera en el piso.

Me acerqué rápidamente hacía Will viendo su mirada confundida.

- Hey, estás bien? - no hubo respuesta así que me asusté y no tardé en levantar su sudadera, estaba sangrando, bastante- No, no, no otra vez. Will, escúchame sí? Voy a llevarte al hospital.

- ¿Qué es eso? - dijo ella tratando de acercarse, en su mirada sólo podía ver el miedo.

- ¡Cállate y desaparece de mi vista! ¡Está vez si no te la perdono! - Le grité tomando las vendas que estaban tiradas en la mesa y envolviéndolas a su alrededor para tratar de detener un poco el sangrado.

Lo tomé rápidamente entre mis brazos y corrí hacía afuera, Jane me siguió y se quedó en la entrada de la casa. Dejé a Will recostado en la parte trasera del auto de papá y arranque lo más rápido que pude hacía el hospital.

. . .

𝐆𝐚𝐲 | Byler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora