Capitulo 22

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Jimin escucho los ruidos dentro de la habitación del hospital, sonrisas, lágrimas y emoción, pero no entró, no había un porqué en especial, simplemente no se sentía con ganas de pelear con Minho, cosa que pasaría si entraba, Minho había sido claro, no lo quería ahí, fue a la cafetería y espero hasta que los bebés fueron llevados a las incubadoras.

Yoongi y los demás se reunieron ahí y tampoco se atrevió a acercarse.

Horas más tarde se dio cuenta de que lo que sentía sólo podía llamarse de una manera, remordimiento.

Pero como dice el dicho "hijos de mis hijas, mis nietos, hijos de mis hijos, ¿Quién sabe?"

Preguntó a las enfermeras cuando serían dados de alta pero al no dar su nombre la información no le fue confiada.

Eran las siete de la mañana cuando vio a los padres de Jisung abandonar el hospital, minutos más tarde Yoongi y Ryujin, y finalmente antes de las ocho Minho se había marchado.

No eran horarios de visita así que era comprensible que se fueran, además de que habían pasado toda la noche en el hospital y seguramente estarían cansados, como él lo estaba.

Frente al cristal supo exactamente quienes eran los hijos de Jisung, al final habían terminado llamándolos similarmente a sus padres.

"-Tercer sexo." Leyó en la pequeña placa.

Jimin sonrió, Jisung era tercer sexo, su padre era tercer sexo, él mismo era tercer sexo, no podía estar más orgulloso, no habían muchos de su clase y a pesar de que le hubiera gustado tener, Minho había nacido "normal" como la gente les decía.

Vío a dos enfermeras entrar a la habitación y tomar a los niños y llevárselos, les siguió de cerca hasta que finalmente preguntó a donde los llevaban.

─Tienen que alimentarse.─ contestó una de ellas, entonces tosiendo un poco tratando de quitarse el nerviosismo pidió.

─¿Puedo cargarlo?

La enfermera frunció el entrecejo pero después de aclararles que era su abuelo y mostrar su identificación ella asintió.

Tomó al pequeño Soobin entre sus brazos y sonrió, más de cerca trato de buscarles parecido a alguien de su familia pero decidió que era inútil, todos eran iguales al nacer, después si Minho lo permitía iba a hacerles la prueba de ADN, el único parecido que encontraba era la piel morena pero al final los niños cambiaban conforme crecían.

Soobin sonrió y rodeó su dedo meñique con su pequeña manita, Jimin le sonrió de regreso, luego negó con la cabeza y suspirando le entrego el bebe a la enfermera.

─Gracias.─ dijo y decidió que era hora de volver a casa.

Dos semanas después Jisung sonrió al poder tener por fin a sus bebes en casa y no en el hospital dentro de incubadoras, sus niños estaban perfectamente bien ahora y descansaban en la pequeña cama, ambos vestidos con trajes de pollitos.

Jimin suspiró frente a la ventana de cristal, como todos los días había ido a visitar a los bebes, incluso había conseguido algunos permisos para poder verlos más de cerca sin que Minho se enterara, el menor le había declarado la ley del hielo, pero no sólo eso, le había prohibido acercase a los bebes cuando lo vio en una de sus visitas.

Lo estaba castigando y sabía que estaba en su derecho.

Pero ahora las incubadoras estaban vacías y solas, los niños se habían ido.




𝗘𝗹 𝗰𝗮𝘀𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗮𝘀𝗮 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora