Por un lado tenemos a Tae, un joven autista, que ve el mundo de una manera diferente a los demás. Y que no sabe que es lo que hace que su corazón se altere.
Y por el otro lado está Jungkook, otro joven, pero que en el caso suyo se enamoro a primera...
**Solo para darme a entender, lo que son pensamientos estarán encerrados en estos signos < >.
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Era la mitad del año escolar, los estudiantes que se encontraban en sus respectivos salones recibían las enseñanzas de sus maestros mientras que un joven castaño, un tanto mayor a la mayoría, se encontraba en él tercer piso del edificio en donde los de último año tenían sus clases, además de también estar la oficina del director. Él estaba metido en sus propios pensamientos sin prestar atención a su alrededor, era algo que le pasaba muy seguido, nadie podía adivinar lo que ocurría dentro de su cabeza, pero realmente no era tan complicado, solo había qué ver la dirección de su mirada y conocer un poco sus gustos, así tendrías una idea de lo que puede ser que pase en su imaginación. Ahora miraba el cielo, soñaba con estar saltando en las nubes qué se convertian en esponjosos conejos y jugaban con él a su juego de la infancia favorito "competencia de saltos".
Una señora de unos aproximados 40 años salía de la oficina del director y dirigiéndose hacia él joven distraído —¿Tae?—lo llamaba de una forma tan cariñosa y cálida, más el joven estaba metido en su propio mundo, pensando en aquellos conejos que veía en las nubes, sin logra escuchar aquel llamado.
<Es divertido>—el anhelo del joven por sentirse en las nubes jugando con los conejos, lo hacía sordo a los continuos llamados de aquella dama, hasta que de pronto perdiendo la paciencia que tenía la señora no se contuvo con su tono.
—¡KIM TAEHYUNG! ¿PUEDES POR FAVOR PONERME ATENCIÓN?!! — el chico asustado, respondió alzando la voz también, aunque no le gustase levantar la vos a su madre.
—Mamá, Mucho ruido ¡No grites!—los ruidos fuertes eran lo que más detestaba el joven, y aunque su madre lo sabía, tenía momentos en los que se olvidaba de ese detalle, debido a los momentos de enojo y frustración.
—Pero no me estabas poniendo atención.—se excusó, volviendo a aquel tono cálido y cariñoso con el que lo llamó al inicio.
—Eso es verdad.— el joven reconocía que una vez que se adentraba a su propio mundo, el mundo real ya no le importaba—¿Ya terminaste de hablar con él?—preguntó sin ningún tipo de ánimo, pero con un poco de esperanza de que la conversación que tuvo su madre ahí dentro con el señor, halla sido en vano y que no le permitieran ingresar a ésta escuela.
El desánimode su hijo por saber el resultado de aquella conversación hizo que se llenará de tristeza—... si, ya hable con el director, empezarás clases a partir del lunes, esperemos que esta vez sea diferente a otras escuelas.
La respuesta de su madre lo desánimo, veía que su pequeña esperanza se esfumó—Mmm... ¿No puedo solo estudiar en casa?—El joven realmente no quería ir a más escuelas, ya tenía suficiente del trato de que los demás le daban.
Su madre, algo enojada, le recordó la discusión que habían tenido unas semanas atrás, cuando el chico dejó la anterior escuela—Tae, ya teníamos un trato ¿no?
Recordando algo molesto ese trato, que en su opinión era muy injusto, le respondió un—Si.— algo resentido.
—Ya no quiero más excusas.— le dijo suspirando y rascándose la nuca.
— "Ya no quiero más excusas"— dijo repitiendo sus palabras sin ninguna intención de burla, para terminar con una respuesta obediente—comprendido.
La acción de que repitiera lo que ella dijo, le hizo pensar que le traería problemas si hacia lo mismo con sus maestros, por lo que le advirtió o mejor dicho, aconsejo que no repitiera lo que otros le decian.
—"Cuando entres a clases, será mejor no repetir lo que dicen los demás"— Queria responder obediente una vez más, pero respondió todo lo contrario—Eso... es difícil.—sabía que si le respondía que lo haría, sería mentir, apesar de que el miente algunas vez cuando lo cree necesario, esta vez fue sincero, la mayoría de veces lo era.
Tae es un poco contrario de como describen a los autistas y es que él era uno de ellos, un autista. Razón por la que no le iba bien en otras escuelas.
— Al menos inténtalo.
—" Al men..." _se detuvo a la mitad, para demostrar que al menos se esforzaria —lo intentaré, pero no prometo nada.
La conversación que tenía con su hijo, le traía preocupación—Espero que hagas un amigo.— eso era lo que más anhelaba, si su hijo por lo menos tenía un amigo su preocupación sería menos, ya que tendría alguien que lo protegiera
"Amigos" Tae no quiere tener otra vez a personas que lo trataban mal cerca suyo, porque para él así eran los amigos —Yo no necesito amigos.— dijo con algo de tristeza por haber recordado su pasado.
Ella no sabía todo lo que pasó Taehyung por personas que se hacían llamar sus amigos —Pero, ¿no te sientes solo?
Diferente a como ella pensaba sintió calidez en su peño por la respuesta de su hijo —No, te tengo a ti mamá, no necesito a nadie más.— voltió a ver a su madre, no a los ojos directamente, pero si a su expresión—<Ah, conozco esa expresión, siempre la pone cuándo algo malo me sucede ¿cómo se llamaba?>—esa calidez que ella sintió vino acompañada de un amargo sentimiento, Tae ya había visto mucho esa expresión en su madre—<Cada vez que mis amigos jugaban conmigo y llegaba mamá a recogerme, viendo mi uniforme hecho un desastre, para luego abrazarme y decirme que todo estaría bien > — Aunque la había visto muchas veces jamás supo el nombre de esa expresión, se debatía entre: enojo, tristeza, lástima y miedo, tenía un parecido a esas expresiones pero con algo diferente, aunque siempre tuvo la duda, nunca preguntó, apesar de sus ganas y deseos, por alguna razón se le dificultaba preguntar.
—Mamá no siempre estará presente— respondió la mujer cortando los pensamientos del chico, preguntándose a que se refería con eso.
—¿Por qué? ¿Te irás a algún lado sin mi?—¿de verdad lo iba a dejar? claro, su voluntad nunca sería esa; su fuera su voluntad ella se quedaría toda la vida del chico a su lado hasta que este ya no estuviera vivo, pero sabía que lo más posible es que ella dejara de vivir primero debido a la vejes.
—Todavía no, pero en el futuro... puede que ya no esté más contigo.—no quería decirle directamente que un día iba a morir, era algo que el joven de seguro no podría soportar... ¿tan difícil era para ella confiar en la inteligencia y comprensión del castaño?
—Eso es algo que todavía no a pasado— según él, se refería a cuendo se independisara y tuviera su propia casa y familia, sus pensamientos solo llegaban a formular esa conclusión ya que habia vivido una larga vida en ignorancia debido al miedo de su madre y a la falta de interés por parte de los demás —y para entonces yo ya tendré una familia, por lo que no tengo que tener amigos ahora.
No estaba satisfecha con su respuesta pero si cansada del tema, así que cedió ante el menor —Siempre tienes que tener la última palabra— aún desea que el tenga un amigo en la escuela, pero que no sea muy entrometido.
