Capítulo 4: "Elección "

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Llevaba cuatro días en Londres en los cuáles no hizo absolutamente nada. Su nuevo hogar era un edificio de departamentos, justo frente a una comisaría en el centro de la ciudad, el coche había llegado dos días después y se limitó a vigilar la comisaría durante todo el día. A veces se compraba una hamburguesa y se sentaba en alguna banca del parque que lo separaba de la comisaría, desde ahí podía ver mejor quienes entraban y salían.

Creía que vería a Toni antes de la llegada de Conway, pero jamás vio a nadie sospechoso.

En realidad debía buscar a Gustabo García, si Toni iba a hacerse pasar por él frente a Jack, debía de parecerse mínimo. El día que vio a Gustabo García entrar por la puerta principal de comisaría escupió su refresco. Era como verse en un espejo, a excepción de ese caminado tan delicado que Toni tenía, caminaba como si fuera un gato cruzando una cornisa. Él no caminaba así.

Cuándo lo volvió a ver pudo apreciar que incluso tenía sus tatuajes, al menos los más visibles, este sujeto se lo había tomado muy en serio. Toni hablaba por teléfono mientras que Gustabo lo miraba con la boca abierta. Entonces lo vio subir de nuevo en el coche en el que había llegado y reaccionó, no estaba para mirar, debía de seguirlo como si fuera su sombra.

Con una gorra puesta y ropa casual, se acercó hasta su coche, entró y comenzó a seguirlo a cierta distancia. Después de que tomó un desvío supo a dónde se dirigía y dejó que avanzara más distancia, ese desvío era del aeropuerto, no lo podía perder.

Estacionó el coche en la calle de enfrente, tenía visión directa del coche de Toni y quedó inmóvil cuando su mirada se distrajo en un hombre de traje que discutía con una persona. A pesar de la distancia podía escuchar su voz, aún tenía su terrible carácter, no había cambiado mucho, ahora parecía tener más canas de las que recordaba. Por un instante se preocupó cuando una pelea se extendió hasta su dirección, Conway intentaba golpear ahora a un hombre y lo consiguió, justo delante del coche frente al suyo. Agachó la gorra, pero nadie estaba prestándole atención.

Más lejos Toni estaba riendo junto al otro sujeto, ambos intercambiaron números, ¿estaban coqueteando? Gustabo García jamás coquetearía en público... A no ser que se tratara de Conway o Greco, aún recordaba sus rostros mientras les dirigía un comentario coqueto.

Tanto Toni como Conway subieron al coche del primero y retomaron su camino, al menos hasta que se detuvieron antes de llegar a comisaría.

Hablaban sobre algo que le era imposible escuchar, debía de instalar micrófonos por todas partes si quería enterarse de algo, necesitaba saber qué clase de mierda hablaba Toni con Conway. Debía de estar listo para defenderlo, saber que planeaba Toni, pero sobre todo debía saber porqué Conway había aceptado reunirse con él si sabía que no era Gustabo y sobre todo: si no era consciente de la mentira, ¿por qué aceptó verse con "Gustabo" después de tanto tiempo?

Deseaba que no fuera parte del teatro de Toni, que después de tanto tiempo decidiera volver a su lado, quería escuchar sus razones.  ¡Pero no lo haría sin micrófonos! Estaba seguro que había visto varios en el departamento.

El coche volvió a avanzar, esta vez entraron a comisaría y de nuevo, ¿¡por qué no instaló los malditos micrófonos!? Estaba refunfuñando dentro del auto cuando después de un largo rato los vio salir de comisaría, estaban viendo los coches.

—Vaya coñazo —dijo en voz alta.

Tomó los binoculares de la guantera y empezó a observar lo que hacían, le vendría bien conseguirse un uniforme de policía, algo que le dejara entrar y salir.

—Un minuto... —si Toni podía usar su identidad para engañar a toda una ciudad entonces podría entrar a comisaría alguna vez sin hacer mucho teatro— que cojones, necesito una de esas chaquetas del servicio secreto.

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