Capítulo 29: Novio y novia

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Me senté en la cama de golpe con la respiración agitada y sentía sudor por mi cara. Otra vez la misma pesadilla.

Al sentarme tan bruscamente y de improvisto desperté a Eddie.

— Sam, ¿estás bien? —dijo preocupado tocando mi hombro

Yo me aleje para que no me toque, tenía mucho miedo en ese momento y no pude evitar hacerlo. Era como si me hubiera olvidado de que Eddie estaba ahí.

— Soy yo, tranquila —me dijo dulcemente acercándose de a poco.

Lo mire siguiendo su voz y reconociéndola de inmediato. Pronto rompí en llanto y lo abrace desesperadamente.

Comúnmente cuando me pasaba esto iba directo con Nancy, pero esta vez Eddie estaba aquí y eso me calmaba mucho.

Intente no llorar tan fuerte como las veces anteriores ya que era muy de noche y cualquier ruido se podía oír y alguien podía venir.

— Esta bien, linda, estoy aquí —me decía Eddie abrazándome fuerte mientras acariciaba mi cabeza

Me acerque más a Eddie para abrazarlo mejor, lo abrazaba desesperadamente buscando consuelo y calma.

Lloraba con mi cabeza hundida en su cuello para acallar un poco los sollozos.

Eddie siguió abrazándome y dándome pequeños besos en la cabeza de vez en cuando.

Estuvimos así hasta que me calme.

— ¿Mejor? —me preguntó cuándo me aleje un poco para limpiar mis lágrimas.

— Sí

— ¿Fue una pesadilla? —preguntó agarrando mi rostro entre sus manos ayudándome a secar mis lágrimas

— Siempre es la misma —conteste

Eddie volvió a abrazarme mientras acariciaba mi cabeza.

— Esta bien, Sammy, estoy aquí, nada te hará daño —me susurraba al oído

Al escuchar eso lo abrace más fuerte.

Cuando estuve completamente calmada volvimos a dormir, sin embargo aún sentía un poco de miedo. Dudando y nerviosa me acerque a Eddie y lo abrace por detrás. Eddie se dio cuenta y se volteo para abrazarme mejor.

No entiendo por qué, pero al estar con Eddie y abrazarlo me hacía sentir en paz y en tranquilidad, me sentía protegida.

Llegó el otro día y yo me desperté en el pecho de Eddie, él dormía profundamente. Con cuidado de no despertarlo me senté en la cama para ver la hora en el reloj. Eran las 7:30, temprano para un domingo, seguramente todos dormían aún.

Quería seguir durmiendo junto a Eddie, ni siquiera me quería despegar de él, pero si nos quedamos dormidos y mi madre o mi padre nos encuentra, lo más seguro es que nunca más me dejen ver a Eddie otra vez.

Con pesar desperté a Eddie.

— Buenos días, princesa —me dijo somnoliento

— Hola —le sonreí

Eddie se sentó y se estiró.

— ¿Cómo estás? —me pregunto mirándome

— Mejor —le respondí

— Que bueno, preciosa —me dijo acariciando mi mejilla

— Gracias —le dije disfrutando de su caricia

— No agradezcas eso, soy tu novio y tengo que cuidarte

No pude evitar sonrojarme y él se rio al verme.

Diferente - Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora