Serían las tres de a mañana, el palacio estaba sumido en un intenso silencio, qué llegaba hasta la más recóndita esquina.
Sarijaft despertaba bañada en sudor y con la respiración acelerada, tapada por las gordas sábanas de invierno, que acurrucaban su delgado cuerpo.En un intento de dejar atrás la pesadilla que acababa de tener, pensó en bajar a la cocina, para beber un poco de agua y aclarar su mente.
Sin más hablar, se levantó vagamente y caminó hasta el marco de la puerta, para pulsar el interruptor, pero parándose en seco, trás darse cuenta de la tranquilidad que habitaba en su vivienda.Casi a ciegas, llego por fin hasta la barandilla, que se encontraba a la izquierda de las escaleras y sujetándose con fuerza, como si su vida dependiera de ello, por fin estuvo estática ante el salón.
Simplemente por curiosidad, se acercó ante el gran reloj de cuco para saber la hora en la que se encontraba, pero antes de fijarse en ello, se dio cuenta de la luz que aun desprendía algunas de las inmensas lámparas que colgaban del techo blanco del infernillo." Son las 04:04, qué casualidad." Pensó.
Pronto, salió de su absorción, pues se encontraba escuchando unos pequeños lloriqueos provenientes de la sala, a la que se dirigía.
Sin saber que pasaba, o había pasado, le dirigió una pregunta a la sirvienta:
—¿Qué ha pasado Celâ?
La nombrada al ver quien le dirigía la palabra, aún con temor, la abrazó, como si estuviera buscando algún tipo de calor en sus brazos.
—Cariño, explícame lo que te ha pasado, ¿te puedo ayudar en algo preciosa?
—La puerta, princesa, la puerta me ha hablado, pero yo no lo entendía, era muy confuso, todo se reproducía en mi cabeza como si de una radio se tratase. Yo tengo miedo, alteza.
La mayor le daba pequeños masajes en la espalda, intentando calmar la agonía que su acompañante sufría en ese mismo instante.
—Vallamos a mí habitación, y hablémoslo tranquilamente, ¿Te parece?
La aludida asintió con la cabeza, pero cuando se disponían a salir, un golpe apenas fuerte, se oyó detrás de la puerta.
La horrorizada Celâ, salió corriendo por el pasillo mientras se tapaba los oídos, ella en cambio, se quedó quieta en el mismo sitio desde donde acababa de presenciar lo ocurrido.
Por algún motivo no ocurrido y razonable, no sentía miedo, pero un escalofrío le recorrió el cuerpo al sentir otro nuevo sonido en su oído izquierdo.
Sin pensarlo dos veces, giró su mano en dirección a la "presencia", siendo ahora cierto que no estaba sola. Su mano amoldo, un tipo de pieza redonda, pero la inspección duro poco, pues algo la arrastró hasta estar a unos 3 pasos de la misteriosa de la puerta de la esquina.Esta, observaba perpleja como los 5 candados que obsequiaba, caían de uno en uno.
Sin temor Sarijaft, preguntó:—¿Porqué me siento relajada, porqué no dejo de pensar en que no estoy sintiendo miedo?
Nada respondió, a lo que otra pregunta se escapó de sus labios:
—¿Qué queríais de la otra mujer? Qué buscáis?
Esta vez algo, sí respondió.
—Tú lado oscuro.
Después de eso perdió, todo sentido común.
[°]
El ajetreo que tenían sus tres hermanas la despertó de momento.
—Ya la habéis despertado, sois tontas. Dijo la menor de las mellis.
—¿Porqué estáis armando tanto jaleo? ¿Le ha pasado algo mamá?
—Mamá esta bien, pero...
—La puerta prohibida se ha abierto, cuando la llaves tienen un paradero desconocido.
Soltó de repente Karishet, la mayor de todas.
Entonces lo recuerdos de la pasada noche le albergaron la mente.
—¿Quién fue la primera persona que la encontró abierta?
Dijo la muchacha que ahora se encontraba con los ojos de par en par.
—Papá...
Alguna de las otras 3, susurró.Se tapó la boca mientras cerraba los ojos y las lágrimas caían en total descontrol.
—Y-Yo vi c-co-como se abría la puerta sin siquiera tocarla.
Todas las presentes estaban en shock, pero el ruido de la puerta abriéndose, las saco de sus trances y más cuando la mujer pidió que la Mustir mediana fuese a ver a su padre.
No sabía a lo que se enfrentaba, pero sabía de sobra que muy bien no iba a acabar.
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☾︎ 𝑈𝑛 𝑅𝑎𝑦𝑜 𝐸𝑛 𝐿𝑎 𝑇𝑒𝑚𝑝𝑒𝑠𝑡𝑎𝑑 ☽︎ • 𝓖𝓮𝓷𝓮𝓻𝓪𝓵 𝓗𝓾𝔁 •
Fanfiction♡︎♥︎♡︎ Así se denominaban, los 4 𝑫𝒊𝒂𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔, 4 hermanas con un poder inimaginable sobre un planeta completo. Un planeta que fue inundado por guerras y enfrentamientos. Pero ¿La razón? 𝑺𝒂𝒓𝒊𝒋𝒂𝒇𝒕 𝑴𝒖𝒔𝒕𝒊𝒓, la mediana de las 4 hija...