𝐂𝐥𝐚𝐯𝐢𝐜𝐥𝐞 | 𝐋.𝐒

XXII

—Él es Louis Tomlinson, un socio y amigo. — Presentó Harry al castaño con traje azul marino, éste le tendió la mano al hombre de cabello blanco.

—Tommy Hilfiger, un gusto.

—El gusto es mío.

—¿Necesitas ayuda para convencerme Harry? — Bromeó el hombre de 69 años, el rizado rió levemente.

—Para nada, aunque el señor Tomlinson tiene un poder de consentimiento impresionante.

—¿Oh de verdad?

—No me gusta presumir. — Rió levemente el joven con barba.

—Entonces podría hacer algo por mí a cambio de que su amigo tenga las construcciones de mis tiendas.

—Podría pensarlo si me diera una pequeña introducción al tema. — El empresario bebió de su copa con vino, Louis también bebió de su copa con agua.

—Verás Louis… ¿puedo llamarlo “Louis”?

—Claro, adelante.

—Gracias. Mi hija está apunto de casarse con un hombre que es algo… peculiar.

—¿No le agrada?

—En lo absoluto. Le ofrecí a él una cantidad de dinero que no aceptó, es muy ambicioso.

—¿Quiere que convenza a su hija o a él?

—Quiero dejarlo a él sin una sola esperanza de volver a la familia.

—¿Podría presentarme a los dos?

—¡Claro! Los buscaré y volveré en unos momentos con ustedes. — Se disculpó con una pequeña referencia antes de irse.

—¿Qué vas a hacer?

—Si el problema es el dinero se lo daré.

—Pero es tuyo, y son temas que no te deberían incumbir.

—Tú fuiste quien dijo que tenía un “poder de convencimiento impresionante”

—No debías aceptar si no querías.

—Está bien podré con eso, y va a ayudarte en la constructora.

—No importa eso, no quiero que te metas en problemas por otras personas.

—No lo hago por ellos, lo hago por ti. — Sonrió levemente acomodando la corbata del mas alto.

—Basta de eso.

—La traías mal.

—No hablo de la corbata, hablo de hacer sacrificios por mi.

—Es dinero Harry, se puede recuperar y si no, bueno no importa. — Rió simple.

—Claro que importa.

—Le das mucha importancia al dinero, y eso que tienes demasiado.

—Lo tengo por la importancia que le doy exactamente.

—Para mi no hay nada mas importante que ver feliz a mi novio, y sé que lo serás en cuanto tengas esos contratos, dejame darte un regalo.

—Yo no tengo nada que darte.

—Tú me das todo con respirar. — Harry se sonrojó de manera inevitable. Al ver de regreso al hombre con el que hablaba anteriormente Tomlinson, cubrió su rostro bebiendo de la gran copa de vino. El señor Hilfiger venía con el prometido de su hija; el joven al que debía convencer.

—No hagas nada de lo que te puedas arrepentir — Susurró con la copa aun en sus labios.

—Lo prometo, cariño.