CAPÍTULO 5

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Wei Wuxian se despertó sobre un pecho sólido, con un aroma exquisito a alfa.

Parpadeó cuando vio el rostro de Lan Wangji relajado, dormido en su cama. 

El omega de Wei Wuxian saltaba de alegría al tener por fin al alfa que durante toda su vida había deseado.

Wei Wuxian salió del agarre del alfa y se acurrucó en el otro extremo de su cama mientras volvía a envolverse en una manta gruesa. 

Su vista era todo y nada. 

Su deseo no era sólo el instinto de apareamiento, era algo más profundo. 

Su enamoramiento por Lan Wangji hizo un agujero profundo en su corazón, imposible de rellenar con cuantos alfas él haya intentado. 

Lan Wangji era todo y era nada. 

Las lágrimas picaron en sus ojos mientras trataba de ocultarse. 

Unos fuertes brazos lo atrajeron a un abrazo. 

—Wei Ying, ¿Tienes dolor? ¿Qué puedo hacer?

La voz adormitada de Lan Wangji era tan linda, Wei Wuxian sollozo más fuerte. 

—Quiero... Quiero...  Intento hablar. 

Lan Wangji abrió un pequeño espacio en la manta para verlo. 

Los ojos que el alfa tanto amaba estaban llenos de tristeza. 

—Wei Ying, ¿Puedo entrar? Preguntó y Wei Wuxian asintió. 

La manta se abrió y Lan Wangji se envolvió junto a Wei Wuxian. 

Los brazos de Lan Wangji se sentían bien, su respiración y los latidos del corazón del alfa le daban tranquilidad. 

Wei Wuxian se apego al pecho del hombre y sonrió cuando sintió el peso de Lan Wangji sobre él. 

Dorado y plateado se encontraron en ese instante y Lan Wangji avanzó para besar la frente se Wei Wuxian. 

—Estoy aquí. Susurró. 

—Abrázame Lan Zhan. Pidió el omega. 

Lan Wangji lo abrazó. 

—Más fuerte. 

—Puedo lastimarte. Respondió. 

Wei Wuxian se aferró a él y suspiró. 

—Lan Zhan, mi calor está llegando y me pongo muy triste. Comentó. 

Lan Wangji sostuvo a Wei Wuxian con fuerza. 

Era algo tan íntimo, estaban más cerca de lo que en todo el tiempo de conocerse habían estado. 

El calor de Wei Wuxian finalmente había llegado por completo y Lan Wangji no fue nada indiferente.

Wei Wuxian estaba jadeando mientras trataba de fundirse entre los brazos de Lan Wangji.

—Lan Zhan, Lan Zhan, por favor.

Lan Wangji logró salir de la manta de Wei Wuxian mientras su alfa arañaba su poco autocontrol.

Wei Wuxian se quito el suéter y sus pantalones cortos, quedando sin nada más que con sus calcetines altos.

Lan Wangji sintió como el aire de sus pulmones no era suficiente.

Las pupilas del alfa se hicieron más delgadas mientras recorrían con la vista el cuerpo de Wei Wuxian.

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