6.- Reunión

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Jaz se recostó de lado en el sofá y me hizo una señal para que recostara con ella a lo que acepté rápidamente.

Estuvimos así un buen rato hasta que mi teléfono sonó sobresaltándome, Jaz se había quedado dormida y me tenía abrazado de la cintura, así que como pude me liberé de su agarre, y tomé mi teléfono de la pequeña mesa que había frente al sofá.

Era un mensaje de mi papá que decía que venía en camino y traía pizza para la cena.

Decidí apagar el televisor ya que le quedaban unos diez minutos a la película y ya la había visto un millón de veces así que no me perdería de nada, me giré en dirección a mi hermana y le acomode bien la manta para que no tuviera frío.

Me coloqué audífonos con música a un volumen relativamente bajo y comencé a colocar algunos utensilios en la mesa como vasos y platos mientras esperaba que llegaran mis papás.

Gire una de las sillas y me senté mientras respondía el grupo de WhatsApp que tenía con mis amigos, estuvimos un rato hablando hasta que sonaron unas llaves en la puerta indicando que mis papás ya habían llegado. Al verme me saludaron y yo les devolví el gesto.

—Alan hijo ¿Dónde está tu hermana? —preguntó mi papá mientras dejaba las cajas de pizza en la mesa.

—En el sofá durmiendo. —El se sorprendió.

—¿Por qué ahí?

—Es que cuando llegó yo estaba viendo una película ahí y ella fue a verla conmigo y supongo que el cansancio le ganó.

—Entiendo, de igual forma pregúntale si quiere comer, y si dice que no que vaya a dormir a su habitación, ahí en el sofá se puede resfriar.

Asentí y fui al sofá moviendo suavemente a Jaz para despertarla hasta que lo conseguí, se quitó la manta de encima y se estiró como pudo.

—¿Qué pasa? —Preguntó aún con sueño.

—Nuestros padres acaban de llegar de trabajar y trajeron pizza para comer, preguntan si quieres comer.

—No, gracias, quiero dormir. —Dicho esto se dio vuelta volviéndose a arropar con la manta.

—Ah si, sobre eso. —Comenté. —Papá dice que si quieres seguir durmiendo lo hagas en tu habitación porque acá te puedes enfermar.

—Okei, como sea, guárdame un poco. —Luego de responder se encaminó a pasos lentos hacia su habitación.

Yo por mi parte ordené los cojines del sofá y fui a comer con mis padres.

—¿Qué te dijo? —Preguntó mi papá mientras me servía un pedazo.

—Que quería seguir durmiendo. —Respondí. —Ah y también que le guardemos un pedazo.

Mientras comíamos le pregunté a mis papás como les fue en el trabajo, por lo que me contaron todavía se está reorganizando la empresa, lo que supone más trabajo para ellos, al parecer no era buena idea mudarte de ciudad en las vacaciones pero que más da ¿no?

Luego de que terminaron sus relatos me preguntaron sobre la escuela, en ese momento recordé la autorización que debía firmar mi papá.

—Por cierto, papá, tengo que entregarte algo. —Me paré rápidamente y fui a la sala de estar a buscar mi mochila ya que ahí la había dejado.

—¿y esto es? —Preguntó cuando volví con el papel y se lo entregue.

—Son las autorizaciones de las actividades extracurriculares.

—Ah, entonces ya sabes a cual te unirás supongo.

—Así es, me uniré al club de arte.

—Típico de ti, seguro que la pasarás bien ahí. —Me dijo Gaspi.

Noche estrelladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora