03. Discusiones.

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John sabe que será una noche difícil cuando puede escuchar a Doyoung sollozar dentro de la habitación que se le fue asignada. El favorito del príncipe Kun no puede soportar el dolor de saber que el ahora mismo está disfrutando de una fiesta rodeado de los miembros del harén que intentan hacer todo por llegar hasta su puesto.

-General -habló Taeyong, haciendo una reverencia al príncipe de la luna. -¿Cómo se encuentra nuestro chico?

-Tan solo escúchalo -susurró. -No ha parado de llorar. Taeyong, debiste de prepararlo para estos momentos, se fue al pueblo sabiendo que mi hermano estaría solo con el y ahora que están aquí en la capital las cosas serán diferentes.

-Bien, olvidé especificar eso -suspiró. -El príncipe de la corona pidió ver al príncipe de Cyra en su habitación principal... Sabes lo que pasará.

-No se lo digas -ordenó. -Si pregunta, tu no sabes nada. Ve, anda, tienes que supervisar a Mark.

-Con su permiso, general.

Dentro de la habitación, el favorito del príncipe Kun, aquel que consiguió su título a base de esfuerzo y humillaciones, lloraba desconsoladamente por algo que ya estaba escrito en las reglas de su imperio.

Era un niño cuando llegó al palacio, seguía siendo un niño al momento de que su hijo (y adoración entera) nació. En el palacio Mark era considerado como el hijo del príncipe Kun, su nombre nunca era mencionado, solamente a solas y sin que nadie escuchara, Mark era hijo de Kim DongYoung, campesino del pueblo Anul, hijo de una valiente mujer y un soldado honorable, hermano mayor de la niña más preciosa del mundo.

Sí, estar enamorado de Kun era como viajar sobre las nubes, pero una vez que la realidad del palacio lo golpeó de nuevo, cayó directo al infierno.

El amor de su vida, su príncipe que le juró lealtad y amor eterno, ahora mismo estaba a nada de llevar a su cama a un príncipe bonito del otro lado del mar.

-Solo es un día -se repitió múltiples veces. -Solo un bendito día, el me ama, no nos dejará solos.

-Toc, toc -llamó John, abriendo un poco la puerta. -¿Permiso de entrar?

-Concedido -Doyoung limpió rápidamente sus lágrimas. -¿Sucedió algo con el hijo del príncipe, general?

-Duerme como un angel, tranquilo y en paz -el general se acercó después de cerrar la puerta detrás de él. -Pero tenía curiosidad... Me preocupa escucharte llorar.

¿En qué se estaba metiendo el general? Doyoung sabía perfectamente que estar a solas en una habitación con un hombre era estrictamente penado por las leyes del palacio, sabía que si llegaban a verlo por ahí probablemente John terminaría siendo ejecutado y el asesinado frente a su pequeño hijo.

Pero tener un poco de compañía en esos momentos de dolor se sentía bien, la princesa Krystal aún no llegaba al palacio, ella era la única capaz de comprender un poco su dolor. Esa mujer era su única amiga dentro de ese mundo.

-Le escuché hablar con Taeyong, general, el príncipe a la corona recibirá al príncipe bonito del pueblo Cyra, dormirá en la cama que alguna vez me perteneció -sollozó. -Y si la suerte está de su lado, será uno de los favoritos.

-Príncipe -habló John, limpiando las lágrimas del bonito rostro del doncel. Era la primera vez que Doyoung escuchaba que lo llamaran por ese título que le pertenecía pero se negaban a dárselo. -Príncipe DongYoung, el príncipe de la noche.

-¿De la noche? -preguntó con un poco de confusión.

-Tu cabello tan oscuro como la noche al igual que tus ojos finos -Johnny pasó lentamente su mano por el cabello del pelinegro, acomodándolo detrás de su oreja. -Misterioso, precioso y encantador, con una brisa que te llena de paz el corazón... Príncipe DongYoung, el príncipe de la noche.

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