Capitulo 22

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Hubo uno que otro demonio en el camino hacia el monte akura, pero al llegar kagome visualizo todo lo que tenía en frente, pues todo estaba despejado.

“pero si en este lugar no hay nada” espetó miroku.
Pero shippo que estaba en brazos de kagome, bajo y camino hasta cierta parte del césped y se detuvo, con su fuego mágico azul lanzó hacia lo que parecía a la nada.


Todos que habían visto la acción del kitsune estaban confundidos, pero antes de preguntar pudieron ver cómo un campo de fuerza se abría y mostraba lo que tenía oculto ese lugar.

“kagomecita, en este lugar está prohibido portar armas”

Kagome solo asintió pues confiaba en shippo, por lo que solo dejó su arco y flechas en el suelo. Sango que había visto la acción de su amiga hizo lo mismo, aunque aún desconfiaba del pequeño demonio por lo que se guardo una pequeña arma.

Al entrar todos se quedaron maravillados por el hermoso lugar.

La oji-azul cada vez que avanzaba pudo sentir muchos youkis aunque estos eran muy débiles.

“shippo, ¿qué es este lugar?” preguntó con curiosidad.

“veo que pudiste sentir las energías” respondió “en este lugar viven los hanyos que lograron salvarse de los humanos y yokais”

En ese momento pudieron ver como 4 niños corrían y jugaban, cada uno poseía diferentes rasgos físicos. Pero uno de ellos al sentir que las miradas sintieron miedo.

“¡humanos!” exclamo con terror el menor.

Rápidamente aparecieron varios hanyos que eran los mayores y cuidaban de los más pequeños. Los cuales se pusieron en posición de ataque por sí algún humano trataba de hacerlos daño.

Kagome que había visto todo, no pudo evitar sentirse mal, ver las caras de algunos niños con terror y ver como los más “grandes” que para ella parecía de alrededor de 12 años humanos los trataba de proteger.

“esperen, nosotros no vinimos hacer ningún daño” dijo shippo, poniéndose al frente de todos.

"shippo sabes que esta prohibido traer alguien aqui" espetó uno molesto

Shippo conocía el lugar, ya que el al no ser un yokai con grandes poderes, era necesario para sanar sus heridas la planta milenaria. Por lo que comenzó a conocer con el tempo a los hanyos que habitaban ahí.

Los gruñidos de varios se pudieron escuchar. Cuando ellos necesitaban ayuda de un humano los despreciaban o acababan con su vida, al igual que los demonios.

“KENJI”

El grito de una hanyo hizo a todos voltear y olvidarse por un momento de los intrusos.

“¿Qué sucedió?” preguntó preocupado.

“el veneno que recibió taiki, no le hace efecto la planta milenaria” respondió agitada y con los ojos llorosos.

kenji corrió rápidamente a la pequeña cabaña de taiki, no podía dejar morir a su mejor amigo.

“si taiki muere, la barrera será destruida y será cuestión de tiempo que seamos comida de los yokais” hablo un hanyo menor.

“¿Qué fue lo que le ocurrió a su amigo?” preguntó kagome. “quizás pueda ayudar.”

Vario hanyos miraban con recelo aún a la oji-azul y más aún al ver sus ropas de miko.

“¿usted podría salvar a taiki?” preguntó aquella niña que alertó a todos.

“podría hacer el intento” respondió.

La menor aún con temor, con una de sus manos agarró la manga del ropaje de sacerdotisa llevándosela.
El resto se disponía a seguirlos, pero les prohibieron el paso.

“taiki es el guardián de nuestra raza, el creo el campo para que nadie nos hiciera daño” explico” el es el más fuerte de todos nosotros, sin embargo la noche anterior fue luna nueva y esto causo que el se convierta en humano por lo que el campo de debilita y estamos a disposición de todos los yokais a que acaben con nuestra vida, pero aún así el siendo humano nos trató de proteger y un yokai le inserto su veneno…”

Al escuchar esto kagome se sorprendió, ella jamás había conocido a ningún hanyo, su sensei siempre le dijo que esas criaturas eran sólo aberraciones que un humano y un demonio podían cometer y debían ser exterminados.

Pero ahora al tener uno en frente suyo, no lo veía como su maestra, pudo ver como esta pequeña trataba de calmar su llanto, no era diferente a una niña humana, por lo que solo se agachó y le dio un cálido abrazo.
la menor se había sorprendido por aquella muestra de afecto, pero no dudo en corresponder pues se sentía tan cálido como el de su progenitora.

“haré lo que pueda para salvar a su amigo”
Ella solo asintió y siguieron su camino hacia la cabaña donde kagome pudo sentir el youki errático de ese hanyo por lo que sólo se acercó.

“¿Qué cree que está haciendo?” preguntó fastidiado.
Pero la menor que había jalado la mano de este llamando su atención.

“ella intentará salvarlo”

Kagome se amarro el cabello y con su reiki comenzó a purificar el veneno.

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Mientras tanto con los demás.

Sango estaba preocupada por su amiga, no confiaba en esos hanyos después de todo, se le enseñó que ellos eran seres aborrecibles y sólo era la relación de aquellos humanos que fueron seducidos por un demonio o ultrajado, pero al ver a todos que eran sólo niños pudo sentir hasta cierta lastima, al igual que miroku sólo estaban sentados esperando, pero de repente el campo que resguardada la aldea comenzó a desaparecer.

“esto no es bueno” espetó shippo.

Solo fue cuestión de segundos que comenzará aparecer varios yokais grandes y con aspecto asqueroso.
Miroku que tenía algunos pergaminos comenzó a purificar a varios de estos, al igual que sango sólo poseía una pequeña pero afilada cuchilla comenzó matar uno a uno.

“¡ayuda!” grito una niña aterrada que estaba apuntó de ser comida de uno de esos monstruos.

Al ver cómo aquella híbrida iba ser devorada, recordó las palabras que le dijo kagome se me enseñó ayudar y salvar vidas de los inocentes…shippo es un demonio inocente que no ha hecho ningún mal, sabía que estaba haciendo mal o tal vez no…..
Pero antes que se la devorara, sango le corto el brazo y cargo a la niña.

“sujétate fuerte”

Solo sintió como asentía, tuvo que esquivar habilidosamente los ataques de su contrincante, pero al ya estar cerca de boomerang lo agarró y lo lanzó al mismo tempo que este perdía la vida.

Al bajarla, pudo notar como varios se acercaban cada vez más.

“ve con tus amigos y escóndete” pidió a la menor “su excelencia debemos acabar con todos ellos”

Tanto miroku y sango sabían que esa pelea sería agotadora, pues eran muchos y sería difícil acabar con todos.

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Kagome que tenía sus manos llenas de reiki en el estómago de taiki deshaciéndose del veneno, el cual no era facil, pues le hacia tener una pequeña lucha, el cual ella arremetió con más reiki acabando, pero para recuperar fuerzas el paciente debía tener todo su youki, por lo que la barrera se deshizo. Lo cual hizo preocuparse a kenji.

“ustedes deben quedarse aquí” espetó kagome levantándose, había sentido como la barrera había desaparecido “resguarden a los suyos, yo los protegeré”

“¿Por qué haces esto?”

“mi deber es proteger a todo quien lo necesita” dijo sonriendo “de casualidad, no tendrán un arco o flechas que me puedan prestar”

Al tener todo listo, vio como a lo lejos sus amigos peleaban con los demonios intrusos. Agarró una de sus flechas, apuntó donde comenzaba la entrada del pueblo y disparo a logrando crear un campo de reiki el cual hizo que los demonios que estaban del otro lado fueran purificados.

Y así comenzó a pasar el día, el cual los hanyos se sentían muy agradecidos por aquellos humanos, miroku y kagome crearon un campo de fuerza que sería para mantenerlos a salvos.

La pequeña niña que había salvado sango, le hizo entrega de una pequeña flor, agradeciendo a aquella humana, sango lo recibió con una sonrisa sincera y le dio entrega de su daga para que la aprendiera a usar.
Taiki que se había recuperado, le entregó a kagome una bolsa de tela llena de plantas milenarias agradeciendo por la ayuda brindada.

Ya al retirarse, el grupo se despidió de la pequeña aldea.

“creo que todo lo que me enseñaron esta mal” dijo de repente sango, haciendo que miroku se sorprendiera.

“también pensaba antes así, pero con el tiempo descubrí que los demonios no son tan malos como parecen” dijo kagome sonriendo al saber que su amiga poco a poco dejaba esas ideas que todos los hanyos y demonios eran malos.

“tienes razón” respondió sonriendo.

De los arbustos se comenzó a escuchar un ruido extraño que hizo alarmarse a todos, haciendo que se pongan en posición de ataque. Pero solo apareció una pequeña gatita de dos colas con una de sus patas heridas.

“pobrecita” dijo sango con un deje de tristeza.
Pero al acercarse para ayudarla esta se transformó en un animal más grande, alarmando a todos. Lo cual la hizo retroceder, shippo se acercó con timidez y el felino volvió a su transformación pequeña.

“la nekomata al sentir que shippo es solo un niño lo dejó acercarse porque no percibe ningún peligro de él” dijo miroku al ver lo que había ocurrido “sin embargo la señorita kagome y yo poseemos poderes sagrados somos un peligro”.

“tiene razón el monje” dijo shippo cargando al pequeño felino. “señorita sango usted es la única que podría curarla”

Sango se quito sus armas, se acercó y se agachó a la altura del nekomata y verifico la pata dañada, por lo que solo arrancó una pequeña parte de su ropa y agarró una pequeña rama la cual unió con su patita, logrando que esta se pudiera mover, pero de un movimiento la gatita se abalanzó hacia sango ronroneando.

“ya veo” dijo kagome, logrando que todos la miraran “el ronroneo de nuestro pequeño amigo felino, quiere decir que consiguió una nueva dueña a quien servir” explicó acercándose con un poco de reiki para encender su instinto protector de la nekomata.

Lo cual logró al ver como esta se transformó y se puso en forma de ataque y gruñía con clara intención de matar.

“debes ponerle un nombre”

“kirara, ella no es el enemigo” espetó sango con seriedad, logrando que la felina se transformará nuevamente y vaya a sus brazos.

La peli- azul se acercó a ellas y acarició la cabeza de kirara para que vea que no era su enemiga, igualmente lo hizo miroku.

Y así siguió pasando el tiempo, al llegar al lugar donde se había reencontrado kagome con su amiga de la infancia se despidieron, pues cada una debía seguir con su camino.

“espero volver a verte otra vez kag ” dijo con tristeza.

“si kami-sama lo permite será así” respondió “pero sango sólo espero que no olvides lo que aprendiste hoy sobre los hanyos y los demonios”

“si llegase a pasar algo terrible no dudaré en resguardarlos” prometió.

“opino al igual que mi querida sango, aunque dudo que algo llegase a ocurrir tanto los demonios y humanos viven en cierta paz se podría decir, pero iré a visitar de vez en cuando aquella aldea y brindar mi ayuda”

Kagome satisfecha al escuchar aquello se despidió con un fuerte abrazo de ambos y de la pequeña kirara.

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Cada vez que avanzaba más hacia el bosque que parecía no tener fin, descanso un poco, desde que murió su caballo, tenía que caminar a pie y sobre todo había mandado a shippo ir con su madre para que esta no esté preocupada, aunque se negó ir con el con su magia ya que sabía que el no poseía el suficiente poder para llevarlos a ambos.

Al levantar su vista hacia el cielo veía que pronto atardecería, pero al comenzar a bajar su vista logró visualizar aquel pergamino que se le había caído momentos atrás. Con una de sus flechas apuntó y lo hizo bajar. Al tenerlo en sus manos pudo ver una ruta más fácil para salir de ese bosque.

Trató de memorizar y comenzó avanzar hacia el otro camino, cada vez que avanzaba podía ver ramas rotas, sangre negra derramada por los árboles, ¿Qué había ocurrido ahí? Se preguntó, sabía que ya no podía retroceder había caminado mucho y sobre todo pronto oscurecería.

Sin temor siguió avanzando, pero pudo sentir una ola de poder poderosa. Se había metido en terreno desconocido, pero aún así siguió avanzando, esta vez era su curiosidad.

Cada paso que daba se sentía la tierra temblar y el youki era más fuerte, pero lo que le llamó la atención fue que logró ver a un yokai perro en su forma original, pero este poseía una luna, por alguna razón se le hacia familiar pero ¿de quien?, y al parecer batallaba con un dragón, esto le llamó mucho más la atención, nunca había visto algo como aquello.

Pero sabía que le demonio perro tenía la ventaja, pues claramente se veía que el Dragon estaba perdiendo mucha más sangre y sólo basto un par de segundos para que este terminará muerto. Llevo su vista de nuevo al yokai y vio como este se transformaba en aquel príncipe despiadado de aquella vez, pero este ni bien se transformó cayó al suelo.

No sabía si era su curiosidad o tal vez al verlo lastimado quiso sólo cerciorarse si estaba bien y ayudarlo. Cada paso que daba sentía aún el poder que emanaba a los alrededores de aquella batalla, pero antes de acercarse pudo sentir una energía maligna cerca del cuerpo del -príncipe despiadado- por lo que solo lanzó una flecha purificando lo al instante.

“miko”

Al escuchar aquella voz gruesa, su vista se postró en el demonio que estaba mirándola seriamente.

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Próximo es el capitulo final :,3, lamento la demora espero que les agrade este capitulo. :((

Dato importante:

Después de que inu no taisho mandara asesinar a todos los humanos, tanto miroku y sango también dieron prioridad en buscar a los hanyos de aquella aldea y resguardar los en la aldea de los exterminadores.❤️✨

Contra Todos (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora