Capitulo 24

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Sesshomaru había buscado silencio y tranquilidad, cosa que sabía que en el palacio no lo tendría, no tenía que dar explicación de sus acciones por lo que decidió irse, aunque de cierta manera sentía como alguien lo seguía lo que ocasiono que lo asesinara. El único lugar donde podría tener cierto silencio era el bosque y lejos del oeste, por lo que optó ir por aquel lado del bosque que no había ido por un tiempo.

Descendió y el aroma de aquella miko llegó a su nariz, la observó de reojo, para ser miko era muy despistada y peor aún bajando la guardia. Se sentó en uno de los árboles y observo el cielo nocturno.

Pero no sabía si fue por su curiosidad o había pensado en voz alta, cuando vio aquella miko que había vuelto a la realidad, por aquel sobresalto.

“hola sesshomaru” dijo kagome con clara emoción en sus palabras.

Sin siquiera darse cuenta que su saludo había molestado de cierta forma al yokai.

¿sesshomaru? Como era posible que esa humana le hablara como su igual, era muy insolente o le faltaba modales al igual que carecía de educación. Decidido que mejor era ignorarla.

Kagome solo frunció el ceño, para ser un príncipe carecía de modales, pero aún así volvió a recostarse.

“desde la última vez que nos vimos pasó un largo tiempo” soltó de repente.

El albino está ves dirigió su mirada hacia ella, él estaba en ese lugar para estar en silencio, pero aquella miko no paraba de hablar. Aún no entendía ¿Por qué no la había matado?, muchos morían bajo sus garras por pequeñeces, si se atravesaban en su camino ya sean demonios o humanos, todos terminaban igual, muertos.

Sin responder nada a la humana optó por irse, no tenía nada que hacer ahí. Escucho claramente como la humana se despedía…patética, pensó.

Kagome aún ahí recostada en el pasto vio como el se iba.

“muy hablador como siempre” río ante eso.

Y opto mejor ir al templo.

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al día siguiente antes que los rayos del sol arribarán, sesshomaru entró por la ventana a su habitación. Pero no bastó ni un segundo cuando escucho como tocaban su puerta.

“adelante” ordeno.

“príncipe sesshomaru, su señor padre solicita verlo en el campo de entrenamiento” dijo un soldado.

El no dijo ninguna palabra y fue al campo de entrenamiento, topando se con los sirvientes que se inclinaba al verlo, en algunos veía el temor y sonrió ante eso, como debía ser.

Al llegar vio como su inútil hermano y su padre entrenaban o mejor dicho como este último lo llenaba de golpes a Inuyasha. Vio la cantidad de sangre que brotaba el menor, ya se esperaba la clara intervención en 3, 2, 1….

“INUYASHA” espetó con horror una yokai de cabello negro, ojos marrones y una franja en su mejilla roja “mi señor por favor le pido que no mate a nuestro hijo” pidió arrodillándose y con lágrimas en sus ojos.

Inu no taisho al escuchar el grito de su concubina, sólo le dio un certero golpe a Inuyasha haciendo que este cayera al suelo.

“vete” ordenó a la yokai, isayoi.

Ella reverencia y se fue al harem, esperaría el castigo de su señor por haber interferido e aquella pelea.

Sesshomaru sólo miró con aburrimiento, siempre era lo mismo cada vez que Inuyasha entrenaba y derramaba sangre esa concubina aparecía pidiendo piedad…era estúpida.

Contra Todos (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora