Era un suave 21 de septiembre, ya había pasado una semana desde aquel roce entre ambos machos. El ambiente se sentía nostálgico en aquella isla, y no era para menos. El otoño estaba a la vuelta de la esquina y los isleños ya estaban preparándose para el cambio de temperatura. La canela podía percibirse en el aire opacando las fragancias de frutas ligeras a cada hora, tomando posesión de el espíritu isleño. Varios grupos de aquellos torcidos del juntaban de a 4, 5, e incluso 8 para festejar en los bares, restaurantes e incluso en sus propias casas con unas botellas. Eran gente humilde y sencilla, no necesitaban mucho para ser felices...
[Ares pov]
Me encontraba en mi taller arreglando unas cuantas reliquias que encontré en la costa hace unos días. Después de unos minutos me dispuse a levantarme para rellenar mi masculino esófago con el tierno calor de un café caliente recién preparado, bueno... no cualquier café, quería específicamente un capuccino. No me había dado un capricho así últimamente así que pensé que me lo merecía. Me levanté, dejando el destornillador y la caja musical oxidada y rota encima del escritorio en el que me encontraba. Luego caminé relajado hacia la pequeña cocina de mi taller... bueno, no tenía una casa muy grande así que no me tomó más de 15 segundos llegar. Ya ahí, puse a calentar el agua, saqué una taza roja con una flor pintada a mano. La miré por unos segundos, ni siquiera recordaba cómo la había conseguido, no le di más vueltas y busqué el capuccino entre los cajones de mi cocina. Entre esa búsqueda recordé el hecho de que mi capitán a día de hoy no se había aparecido para dirigirme la palabra, bueno, casi me rompe el cuello pero... realmente el enojo se me había pasado hace unos cuantos días. No estaba preocupado por supuesto, no creo importarle tanto como para que esté triste por este hecho de todos modos... era algo triste de pensar pero también lo más realista al fin y al cabo. Entre tanto pensar me di cuenta de otro detalle. —...¿Mh?— arquee una ceja con incredulidad mirando a la nada, dirigí mis ojos hacia el interior del cajón, ¿Ya no tenía capuccino? No, ni siquiera eso, no tenía té, pan, café normal, provisiones... Vaya, que no tenía nada. —Oh... ¿Cuándo fue la última vez que salí a comprar?— dije para mi mismo sacando la mano de aquel cajón, revisando rápidamente los demás. Tampoco había nada. —...Bah, qué remedio— sin seguir dando vueltas, agarré mi chaqueta. Oohonono esperen, hubiera tomado mi chaqueta, no obstante, está la tenía el capitán, yo mismo se la había regalado junto mi pañoleta favorita. —Oh... cierto.— dije en un tono apagado, bueno, ahora tendría que comprar una chaqueta, una pañoleta y comida. Si no quería morir de inanición o hipotermia claro. Agarré una bolsa de doblones que había recolectado durante estos meses y me dirigí a la puerta, abriéndola con la mano derecha, inmediatamente después sentí los fríos vientos de una noche de un recién llegado otoño. Subí los hombros de golpe y mis piernas se juntaron, cielos, realmente se sentía el frío en las noches por la costa. Miré una última vez dentro de su casa, viendo un viejo reloj pintoresco en un mueble, cerca de una televisión antigua. Eran las 8:42 PM exactamente. —...Definitivamente podría volver en 20 minutos...— pensé en voz alta, haciendo una pequeña nota mental de aquel recuerdo. Cerré la puerta detrás de mi, encontrándome con ese mar tan familiar, moviéndose lento, sereno y frío. La marea empezaba a subir mientras el reflejo de la luna parecía danzar con deleite en las olas... Huff, estoy sobre analizando las cosas de nuevo. Dejé de distraerme y caminé algo rápido hacia el centro. Erta extraño... me sentía algo observado, quizás solo estoy demasiado hambriento, sea como sea no me iba a detener a analizar mi entorno de nuevo. Primero me dirigí a la tienda de ropa de paso... en serio me estaba dando frío, mientras antes tuviera la ropa mejor. Entre a la tienda y- oh, un segundo... ¿Esas son calcetas de cangrejos?
[Skorpio's pov]
Había estado siguiendo al canalla desde la playa... Y no pongan esa cara, no es lo que parece... al principio iba a ir a su casa... de nuevo... a disculparme... como la última vez (mira que linda cola tengo Ares discúlpame y podría ser tuyaWNN). Pero Justo lo vi salir, caminando algo desabrigado... recordé que Ares no usaba chaquetas, por ende solo tenía la que me había regalado a mi... y yo ni siquiera la había tocado. Eso me siento sentirme un poco mal, genial, ahora tengo aún más ganas de disculparme. Empecé a perseguirlo en silencio, esperando el momento perfecto para hablarle y acercarme, pero mientras más tiempo pasaba... más tenso y sin vergüenza me sentía. Había pasado una semana desde nuestro incidente y aún no le había dirigido la palabra... cielos, esto no iba a ser fácil en lo absoluto. Para cuando me di cuenta lo había perdido de vista, ¿Dónde se podría haber metido? Miré todos los negocios y calles aledañas... y no había rastro de él. Solo habían algunos isleños los cuales rogaba porque no me saludaran, no quería que Ares escuchara que estaba cerca, quería hablarle personalmente... pero no podría si no encontraba pronto. Me quedé unos minutos más... no, fue una hora, vamos, no podía ser tan difícil encontrar a ese canalla... ¿No? Quizás estoy demasiado nervioso... y luego, de repente, lo sentí en frente mío. No había venido de frente... estaba pasando justo frente a mis narices. Pude sentir su aroma... tan natural y varonil. Sus cabellos se revolvían con el pasar del viento... tan guapo- oh cielos, no de nuevo... ya ni siquiera estoy borracho como para estar pensando estas cosas. Oh, oh no no no no, ¿Se está yendo? ¡Pero si ni me saludó! Maldito canalla... ¿Como se atreve a pasarme por alto?
ESTÁS LEYENDO
Ayuda son las 7 de la mañana 🦂🦀✨
FanfictionCarajo chorizo que chistosos los torcidos 👐✨