Yelena se acerco a ella para besarla pero Kate se alejó dejando a la rubia confundida - ¿Kate?- Ya puedes ir a buscar a cualquier otra para besar tranquila - dijo Kate caminando hacia el coche. Caminó unos metros y se dio vuelta para agregar - Cuando termines sólo tienes que silbar porque yo ya te pertenezco. Puedes hacer lo que quieras conmigo me tienes en la palma de tu mano - siguió caminando.
Yelena se apuro para alcanzar a la pelinegra – ven acá idiota - le dijo cariñosamente mientras agarraba su brazo para traerla hacia ella - yo sólo beso a jugadoras de básquet, con el pelo negro, altas y con un ego enorme – jugaba la rubia
-Yo tengo el pelo negro - dijo Kate y Yelena asintio.
-Juego al básquet -afirmo
- Y muy bien dicen - agrego la fotógrafa haciendo sonreír a la otra chica.
- Y también soy alta – se media con su mano
- No es que tenga un problema con eso - de paso Yelena aclaraba.
- Mmmm pero me falta el ego, bueno supongo que será alguna otra - Kate se encogió de hombros - Nos vemos luego entonces - trató de irse y digo trató porque al primer paso que intentó dar, Yelena la rodeo con sus brazos nuevamente.
Se miraron, se sonrieron, se miraron, se sonrieron... se besaron. A diferencia de los anteriores besos, este no lo inició ninguna, fue sincronizado, mutuo, fue... fue perfecto, tan perfecto que quien hubiera pasado en ese momento por ese lugar no hubiera visto dos personas besándose, hubiera visto una sola figura, no había espacio que las separara.
Llegando al departamento de Yelena
Kate y Yelena iban de la mano caminando por el pasillo que terminaba en el departamento de la rubia.
- ¿Está mal que aun no nos hayamos despedido y yo ya este extrañandote? - le preguntó la pelinegra a su acompañante.
-¿No vas a entrar conmigo? - preguntó en un tono decepcionada Yelena agachando su cabeza
-Yel... mírame por favor - la rubia alzó sus ojos -¿tú sabes que va a pasar si yo entro cierto? - preguntó Kate dando por hecho la respuesta de, la pronto por ser, su chica.
-Lo sé... - afirmó- pero es que la noche fue muy corta y mañana sales para Indiana y... y no quiero que te vayas ¿no puedo atarte a la pata de mi cama ni siquiera? - bromeo la rubia.
- Mmm, depende... ¿si me tiro al piso y giro sobre mi misma me rascarías mi pancita? - Kate siguió el jueguito del perro. Levantó sus manos saco su lengua e imitó a un perro jadeando.
- Por supuesto que si. Y si me miras con tus ojitos de perro mojado te rasco detrás de la oreja - Yelena alzaba su mano y rascaba a la pelinegra en el lugar mencionado haciendo reír a la otra mujer
- Gracias... Gracias por esta noche - termino el juego. Yelena mirando a su pelinegra a los ojos - Gracias por todo en realidad - acarició el brazo tatuado que se había convertido en la nueva obsesión de la fotógrafa.
-Si alguien tiene que agradecer soy yo a ti, por aceptar salir conmigo - Kate tomó la mano de la otra chica y la beso -Lena... tú... yo...
-Ey - la rubia tranquilizaba a Kate -Estoy aquí ¿sí? Dime.
Kate suspiro - ¿podemos desayunar juntas mañana, es decir tu, Beth y yo? No quiero que tomes esto como una presión ni nada sólo que como me voy por unos días quería ver a Beth antes y...
-Kate, Kate para – puso un dedo en su boca - Por supuesto que quiero. Además a tu hija le va a encantar verte antes de que te vayas - dijo imaginando la cara de la niña.
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Cuando, donde y como el amor quiera
FanfictionKatherine Bishop, es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su forma de mujeriega irrumpe en New York sin saber que un encontronazo con una rubia, mandona idiota le va a cambiar...