- Hola - saludo Yelena -Estas muy bonita - halagó a la pelinegra que simplemente llevaba puesto un pantalón ajustado negro acompañado con una remera del mismo color y su pelo suelto en ondas.-Yelena - tomó su mano y la beso - si algún día dejo de sonreír, por favor recuérdame este momento. Al lado tuyo las demás somos simples espectadoras de tu belleza - Subió su cabeza y se encontró con los ojos más hermosos que alguna vez puedan existir.
Yelena se ruborizaba ante las palabras de Kate pero en ningún momento rompió la conexión visual. - ¿Te hicieron sufrir mucho? Se lo pesados que pueden ser cuando quieren - pregunto la fotógrafa que al parecer estaba al tanto de la hostigación que iba a sufrir la pelinegra.
- ¿Tu sabias? - La rubia asistió - Oye, pudiste haberme avisado que un comité me iba a estar esperando preferiría tirarme a un pozo lleno de estrellas de reality que volver a pasar por lo mismo. Por cierto tu hija a heredado tu mirada asesina - Le dijo en voz baja a Yelena mirando de reojo a la rubia pequeña.
- Bueno al menos algo de mi hay en ella, últimamente es toda un mini tu. Por cierto tienes prohibido seguir enseñándole a conquistar chicas - por fin lo dijo.
- ¿Prohibido? Pero si yo no le enseño, la niña tiene un don nato, caen rendidas a sus pies. Yo sólo soy como el profesor Xavier de los X-men, sólo entreno su talento.
- Si solo la entrenas entonces supongo que "Kate dice que debemos a ayudar a damiselas en peligro" es parte del entrenamiento ¿cierto? - pregunto Yelena alzando su famosa cejada.
- Al parecer la parte de no le digas a tu madre lo que yo dije no la capta muy bien todavía - se defendió la pelinegra mirando a su hija que se escondió detrás de sus abuelos.
- Y el jueguito de ponerle puntos a las mujeres... ¿Lo inventó Beth también? - Era Natasha la que esta vez se metía en la conversación. La venganza del 9 se hacía presente. La rusa se ganó una mirada de "si te agarro te mato" por parte de la deportista - Eeee...
-Uy alguién se acaba de ganar un 8 - comentó Peggy
- A propósito - interrumpió Yelena - ¿porque yo no tengo puntaje?- la curiosidad mató a Lord Tugbigton.
- Beth cariño ven aquí- Kate llamó a su hija cariñosamente esquivando la pregunta de la rubia mayor. Que esta niña no sabe cuando cerrar la boca.
- No mami mejor me voy a dormir que ya se me pasó la hora permitida, ¿cierto mamá? - Beth no iba a caer en las garras de su madre.
- Si mejor ve a dormir pequeña cobarde - le dijo Yelena a su hija - y no creas que tú te vas a escapar de la respuesta, sea como sea me vas a decir mi puntaje - presionó a la pelinegra.
- ¿Sea como sea? Mmmm eso me gusta - insinuó Kate sin darse cuenta que todavía estaba rodeada de gente.
-Hija si no quieres que tu padre vuelva a interrogar a Kate será mejor que se vayan - apuró Melina al ver la cara de su marido ante este último comentario de la pelinegra.
- Si creo que es mejor que nos vayamos - Anunció Yelena a su acompañante - Adiós a todos - saludo la rubia.
- Hasta luego - saludó Kate esquivando la mirada del hombre mayor
- ¡Espera mami! - Beth corrió y salto hasta su reciente madre - ¿Mami aunque esté prohibido me vas a seguir enseñando a conquistar chicas? - le susurró la pequeña a la mayor
- Dalo por hecho bicho bolita. Nadie nos prohíbe nada a nosotras ¿cierto? - conteso Kate
- Mmm - pensaba la niña - creo que mamá nos puede prohibir cualquier cosa – la lógica de la pequeña era acertada.
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Cuando, donde y como el amor quiera
Hayran KurguKatherine Bishop, es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su forma de mujeriega irrumpe en New York sin saber que un encontronazo con una rubia, mandona idiota le va a cambiar...