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La mañana del sábado llegó con bastante rapidez. Llamé a Chenle para pedirle que me diera un aventón y le dije la razón, se rió. Fuerte. Creo que nunca se había reído tanto de mí.

—¿Terminaste de reír ya? —pregunté con el ceño fruncido, pero él sólo soltaba más inhalaciones y respiraciones pesadas.

—¡Oh, pobre chico! —dijo riendo todavía—. De verdad harías cualquier cosa por dinero. —excepto bailar desnudo delante de una multitud.

—Mira, tengo que hacer lo que tenga que hacer para sobrevivir. Así que si ya terminaste de reír a costa de mi miserable existencia, ¿podrías darte prisa? —dije, pero él se echó a reír mientras respondía antes de colgar. Suspiré y eché un vistazo a mi reflejo en el espejo de cuerpo entero. Vestido con jeans un poco viejos y una camisa a cuadros, pensé que era bastante apropiado para limpiar una casa. No cualquier casa, sino que la casa de mi jefe. Mierda, realmente hago cualquier cosa por dinero.

Agarré mi bolso y las llaves de la casa cuando escuché la bocina del auto de Chenle. Sam se sentó junto a la puerta y me miró con la cabeza hacia un lado. —¿Qué? Estoy haciendo esto para que puedas tener una mejor comida. —le espeté, salí del edificio y bajé las escaleras hacia el auto de Chenle. Cuando me vio, se echó a reír de nuevamente. Lo golpeé después de que me puse el cinturón de seguridad. Todo el mundo era un cretino al parecer.

—¿Puedo preguntar qué es tan condenadamente gracioso? —dije fastidiado. Él negó con la cabeza sin dejar de reír mientras conducía.

—Simplemente me sorprende que ese tipo tenga la audacia de pedirte que limpies su casa con la promesa de que te va a pagar extra. Quiero decir, ¿acaso no basta que te trate como un esclavo en el trabajo? —tenía razón. Bufé y me pasé la mano por el cabello despeinándolo.

—Bueno, técnicamente es mi trabajo hacer lo que dice ya que soy su secretario personal. —dije, aunque sonara como una absoluta ridiculez. Chenle se encogió de hombros y miró a su GPS que tenía programada la dirección a la casa del príncipe diablo. 

—Está bien, si tú lo dices. Pero si se pone demasiado exigente, siempre hay un lugar disponible en mi trabajo. ¡Hombre, te ves increíble con corbata! —exclamó Chenle, tratando de animarme. Rodé los ojos. 

—Lo tendré en mente. 

Se quedó en silencio durante el resto del viaje. Cuando miré por la ventana, estábamos delante de un edificio de apartamentos de lujo. Se parece mucho a los lofs de la cuidad de Nueva York.

—Bueno, este es el lugar. ¡Mierda! este tipo debe estar tapado en dinero. La renta aquí es como de 4.000.000 de wons. —especuló mi amigo, mirando de reojo el edificio. Ah, ese dinero era un año de mi sueldo al ritmo que iba.

—Entonces supongo que debo tener cuidado, ¿eh? —subí las cejas y le di las gracias por el viaje, le dije que tomaría el autobús de vuelta. Me levanté con resignación, y caminé hacia el edificio donde un hombre vestido con un traje abrió la puerta y me sonrió cortésmente.

—Buenos días, Na. Usted debe ser el nuevo sirviente del joven Lee. —saludó el hombre. Yo asentí.

—Aunque es sólo temporal. Um... ¿puedo preguntar cómo lo sabe? —curiosee. Él metió la mano en su bolsillo y sacó una foto. Era la misma que había puesto en mi currículum.

—El señor Jeno dejó esto conmigo esta mañana antes de irse. —dijo mientras me enseñaba con detenimiento la foto— Su suite está en el último piso así que por favor tome el ascensor. —¡bueno, estoy maldito! El tipo era realmente escandaloso en todo el sentido de la palabra. ¡Podría sólo haber dado mi nombre!

Devil BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora