CAPÍTULO DOS

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N/A: Estos primeros capítulos van a ser un poco cortos porque se trata más que nada de escenas domésticas, pero cuando empiece la acción van a tener que prepararse para leer jajaja.

¡Espero que disfruten!

(Quiero agradecerles de paso por haber esperado, sé que muchas de ustedes llevan tiempo esperando la segunda parte, que ha cambiado un montón)






Nesta intentaba leer su novela sin mucho éxito.

El ruido a su alrededor no le habría importado, de no ser porque sabía que los causantes de todo ello podían terminar lastimados si no prestaba la suficiente atención.

No es que no confiara en Cassian, pero no confiaba en Cassian.

Su pareja no era la niñera más fiable, en especial desde que tenía la capacidad de caer rendido ante los caprichos de dos niños de seis años. Nyx y Dhara sabían exactamente que cables tocar para que su tío accediera a todo lo que le pedían, sin importar cuán peligroso podía resultar. Nesta todavía podía recordar aquella vez en que habían convencido al guerrero mejor entrenado de la corte para que los llevara atados a la cintura mientras volaba a través de la ciudad.

En esa ocasión, mientras fingía prestar atención a la escena erótica de su libro, Nesta vigilaba a los tres ilirios.

Nyx parecía muy ocupado pintando con sus dedos. Lo que estaba dibujando no tenía ni pies ni cabeza, pero el pequeño se entretenía más ensuciando de pintura verde la alfombra de su madre que creando arte.

Dhara, por otro lado, pasaba su tiempo fingiendo atacar sus juguetes con una espada de madera. Uno a uno, los osos, muñecas y demás fueron cayendo a los pies de la pequeña, que tampoco dejaba de gritar 'Hurra' cuando le daba a alguno en el pecho.

A su lado, Cassian la instruía en la forma correcta de mover la muñeca, a pesar de que la niña no le prestaba atención. Cuando él se ponía especialmente insistente, ella lo golpeaba en la cabeza.

Nesta decidió que podía dedicarse por fin a la lectura, en vista de que nada malo estaba sucediendo.

No consiguió pasar la pasión ardiente de los protagonistas cuando los gritos comenzaron.

Dhara había dejado caer su espada sobre el lienzo de Nyx, lo que había provocado la cólera del príncipe. Aún con las manos manchadas de verde, se había lanzado sobre su prima gritando.

La niña había aleteado para alejarse, pero ni siquiera había conseguido despegar sus pies del suelo cuando la cara se le llenó de pintura y las manos de Nyx le jalaron del pelo.

Cassian intentó levantarse de su posición en el suelo, pero tropezó con un perro de madera y cayó de bruces sobre el desastre que Nyx había hecho en la alfombra.

Nesta dejó a un lado su libro y se alejó del sofá. Con las manos entrelazadas detrás de la espalda, caminó hacia la escena y se detuvo justo a los pies de todo el caos. Espalda recta, mirada serena y voz lo suficientemente autoritaria como para causar miedo, habló:

―Deténgase ahora mismo.

Como si hubieran escuchado al mismísimo rey de Hyberno, los dos niños dejaron su pelea a la mitad. Nyx pegó un saltó y cayó sobre su trasero al lado de un tarro de pintura que había caído. Dhara voló hasta el lugar opuesto de la sala, flexionando sus alas detrás de la espalda.

―Lo sentimos, tía Nesta ―dijeron al unísono, bajando la cabeza―. No lo volveremos a hacer.

―Bien ―respondió ella, mirando a su pareja―. Y tú, levántate que pareces un imbécil.

Una corte de espadas y coronas ― AzrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora