[IX] Lenguaje Lobuno

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Pero no se lo iba a decir.

Beom se estresa de pasar tiempo en casa cómo si de estar en una cuarentena se tratase, pero no podía salir en la noche cómo acostumbraba después de lo sucedido con la manada de Yeonjun, solo tenía a su fiel amigo Soobin quien lo actualizaba sobre el caso con los licántropos.

—Intenté contactarme con Jungwon—Soob le decía desde la comodidad de su casa—. Pero parece que se retiraron las personas del clan antes de invierno.

—¿Abandonaron la institución? —pregunta Beomgyu.

—Parece que sí, se está desplomando el edificio —dice Bin—. Pero no creo que sea algo de hace tiempo, de hecho estoy seguro que antes de esto alguien estuvo ahí, lo visité antes de la puesta del sol.

Todo resultaba tan confuso, se suponía que, aunque ellos eran más solitarios, los vampiros cómo Soob tenían más contactos con los de mayor ambiguedad, incluso Beomgyu siendo un sangre pura de lejos había mantenido algunas conversaciones con ellos salvando al introvertido de Bin junto a otros vampiros de la corte, pero pensar que simplemente desaparecieron o lo abandonaron le daba un mal sabor de boca.

—Ah... Mierda—maldice en voz baja—. Mantenme actualizado de esto, trataré de salir, pero cualquier cosa que suceda házmelo saber.

—Claro—afirma este—. Iré con Kai al parque de diversiones esta noche, así que tengo que colgar.

—Ughh, ¿un parque? Que cursi —dice en un tono burlón—. Bien, te llamo después.

Soob había cortado esta vez, dejando a Beomgyu en su propia burbuja de paz en aquel día lluvioso, agradeciendo que las nubes cubriesen por completo al sol para apreciar de vez en cuando el día sin temor a quemarse con los rayos de luz.

Justo entonces una sensación agradable se manifestó, olor a ciruelas que provenían de la cocina le llamaron la atención. Por mera curiosidad había seguido su olfato hasta encontrarse al pelirrojo concentrado en preparar la comida del día.

—¿Tyun?—pronuncia su nombre llamando la atención de este.

—Oh, hola—dice con una sonrisa—. Espero que no te importe que haya usado tu horno, quería agradecerte por dejarme dormir en tu cama unos días.

Colocándose guantes, el licántropo saca una tarta de ciruelas en perfecto estado, sus dotes culinarios habían asombrado a Beomgyu.

—Oh, no te preocupes! ¿Cómo va tu herida? Te veo mejor de ser honesto—dice recargando su cuerpo contra el comedor.

—Pensé que quedaría cedado, por suerte ya puedo moverme—levanta un poco su camisa, en su abdomen marcado el rasguño más profundo había desaparecido casi por completo.

—Lamento eso, realmente no sabía cómo podría reaccionar la medicina en los lobos—dijo Beom—. Por cierto, ¿has visto a Yeonjun?

—Está afuera—señala hacia las cortinas cerradas, Beomgyu se acerca y mira de lejos al chico sentado bajo el umbral.

Yeonjun había pasado la mañana leyendo, extrañamente calmado a comparación de su intrépida personalidad igual que la de Beomgyu, quien había desistido a ser tan hablador estos días y más delante de aquellos lobos.

—Creo que le gustas.

—¿Ah?

—A Yeonjun, le gustas—aclara Tyun—. Lo conozco y sé cuando está enamorado, pero no digas que yo te lo he dicho, no sería lo correcto.

Beomgyu se pone inesperadamente nervioso, no era algo que le sorprendía, de hecho, lo suponía.

Pero creía que eso era una atracción más que la palabra gustar, incluso amar resultaba pesado para él. Kang no parecía el más preocupado de que Yeonjun estuviera en realidad enamorado de un vampiro.

Sangre Pura | YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora