[VI] Eterna Confesión

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El único lugar donde podían sanar a Kang, era el departamento de Beomgyu.

Con cuidado de no ser ruidosos fue un martirio lograr meterse los tres por la estrecha puerta antes del amanecer. Al llegar a la sala del vampiro, Beomgyu cerró la puerta.

—Si algún vecino me jode, será tu culpa— aún con los nervios de punta, baja a Tae en sus brazos y lo lleva hasta la cama, recostándolo en silencio.

—¿Crees que estará bien?—pregunta Yeonjun, más preocupado por Kang que las molestias que pudieron haber causado.

—No lo sé... —toma un vendaje y cubre su herida—. Ha perdido mucha sangre en el trayecto, tendrás que limpiarlo por mi antes de que no pueda controlarme.

Beom aprieta su nariz con los dedos impidiendo que el olor siguiera intensificándose hasta que llega a la cocina, si Tae seguía sangrando no sabía por cuánto más Beom lograse resistirlo.

Tenía que preparar medicina, con un poco de hierva buena y una pizca de especias junta la miel y lo bate con cuidado, termina virtiendo el líquido en una taza de mármol, toma una aguja y pincha su dedo dejando caer solo una gota de sangre.

Los vampiros no podían bombear su propia sangre al estar prácticamente su corazón frío y sin palpitar, sin embargo, almacenaba en su sistema líquido muerto que no podía derrochar con facilidad pues se generaba lentamente. Era más espeso y oscuro, llegando a un violeta tenue a comparación del de los humanos o los lobos, su única virtud, por supuesto, era usar esa magia vampírica para los remedios caseros, pero no estaba seguro si a los lobos le haría efecto.

Yeonjun por su parte pasaba la venda por las zonas más afectadas de rasguños y mordidas, Tyun había perdido la consciencia al desangrarse pero poco a poco la estaba volviendo a recuperar.

—Mh...—gime de dolor al abrir sus ojos—. ¿Hyung...?

—¡Tae!—exclama feliz de que haya despertado—. Pensé que iba a perderte,  pero si sigues viendo una luz porfavor no la sigas.

Trata de reír, no obstante, carraspea de dolor cuando este toca su abdomen, de inmediato Yeon aparta su mano.

—No te preocupes...—suspira y ladea su rostro formando una sonrisa en sus labios—. No iba a dejar que te hicieran daño, sigues siendo mi amigo después de todo.

—¿Aunque casi te matan por mi culpa?

—Ah, no seas un idiota...—ambos sueltan una risa—. Tengo que salvarte la cola o sino me quedo sin mi hermano mayor.

Aunque ambos no sean hermanos de sangre, Yeon creía que Kang era el hermano menor que siempre pudo haber deseado tener. Abraza con cuidado a Kang después de eso, aún vendado y sin fuerzas había tratado de corresponder a su muestra de afecto.

Justo en ese instante Beomgyu llega, sosteniendo la taza y viendo por el rabillo del ojo a ambos antes de entrar a la habitación en cuanto notaron su presencia.

—Beomgyu-ah —aulla Yeonjun al verlo pasar, este se sienta en la orilla de la cama y le entrega a Tae su taza.

—Tómalo de a poco, te sentirás mejor después—recomienda inclinando de a poco el platito.

Kang tenía sus dudas de un inicio, mas por el aroma abrumador que su lobo se negaba a ingerir o el simple hecho de que se tratase de un vampiro y aún no entendiera porqué Yeonjun confiaba tanto en él, aún así, por mera obligación decide dar un trago lento acostumbrando a su paladar.

—Ugh, sabe horrible—hace un gesto desagradable —. ¿No hay otra form-

—No, no hay—interrumpe Beomgyu—. No me desprecies mi medicina, la sangre de murciélago es la más efectiva.

Sangre Pura | YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora