Una chica con un pasado que ocultar desde Fontaine se encuentra manejando asuntos turbios. Tras bambalinas, crea una imagen propia de una aspirante a detective. Esa fachada le permite realizar trabajos inimaginables para la isla de Watatsumi.
Shika...
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Habías pasado toda la primera parte de la madrugada instalándote en tu nueva casa. Haber dormido durante ese tiempo sonaba como un lujo, además de que las ansias de preparar tu nueva misión te impedían conciliar el sueño.
Pasaste los últimos minutos antes de tu hora de entrada a la estación policial aplicándote un tratamiento facial para que las ojeras no aparecieran en tu rostro.
Caminaste tranquilamente hacia tus destino, mintiéndote alerta de cualquier cosa que estuviera fuera de lugar. Según tu informante, por el momento Inazuma estaba en calma, pero pronto afrontaría una discordia interna. Su consejo: alejarte de lugares con muchos soldados de la Comisión Tenryou.
—¡Buenos días (T/N)!— saludó Wasui con su habitual carisma y amabilidad. Te causaba curiosidad saber cómo era capaz de mantener una sonrisa tan amplia sin padecer de dolor muscular facial. —Hola Wasui, ¿te dieron un caso dificil hoy?— devolviste el saludo con una mínima sonrisa que mostraste solo unos segundos, únicamente con el propósito de mantener las apariencias. —Haha...si que eres buena notando los detalles. No son exactamente complicados, pero hay demasiados. Si tan solo tuviera el talento de Shikanoin, podría resolverlos todos en una jornada.— dijo apenado de sus propias habilidades.
Te limitaste a asentir, luego tomaste los libros de una pequeña estantería que habías colocado y empezaste a leerlos. Eran súmante aburridos—en si las leyes y procedimientos de investigación eran tediosos.
—¡He llegado, mis colegas! Apuesto a que me han extrañado~.— escuchabas la voz de Heizou de fondo haciendo sus salutaciones.
Jugabas con la pluma entre tus manos, distrayéndote en el continuo clack que obtenías al chocar la punta con la superficie de la mesa. Aunque tus ojos repasaban las oraciones escritas en el papel, tu mente divagaba a las preparaciones de tu siguiente movimiento. —Ayer pasé la noche con una linda chica.— Heizou se inclinó sobre tu figura, reposando uno de sus codos sobre la mesa y sosteniéndose en la silla con su otra mano. —Espero que la chica no haya pasado un mal día.— cesaste de gozar el rítmico tapetear que producías con tu pluma. Llevaste tu mano hacia tus labios para apoyarte, intentando reubicarte en la lectura. —¿Sabes sí habrá sana y salva a su hogar? Ella era como un sueño, y no quisiera que alguien más pusiera sus dedos a su alrededor.— el sonreía mientras daba cumplidos, no lo habías volteado a ver, pero simplemente podías sentir su sonrisa por sobre tu hombro.
Hogar. Nunca te referías de esa manera al edificio donde solías descansar cuando no tenías a donde ir. Te habías convencido de que Teyvat era tu hogar, y al mismo tiempo que te rehusabas volver a tu primer hogar.
—Pues ella es muy real, y estoy segura de que sabe defenderse.— respondiste luego de soltar la pluma y guardarla en su respectivo estuche.
Luego de ayer, sabias que cualquier cumplido o formulación verbal que saliera de parte del Doushin, eran solo mitad-intencionado. La otra mitad solo quería conseguir cualquier información comprometedora que aliviara su escepticismo.
