Una chica con un pasado que ocultar desde Fontaine se encuentra manejando asuntos turbios. Tras bambalinas, crea una imagen propia de una aspirante a detective. Esa fachada le permite realizar trabajos inimaginables para la isla de Watatsumi.
Shika...
Te sentaste en el lugar habitual dentro de la comisaría: junto a una estantería de archivos. Tu fachada de aspirante policial demandaba puntualidad, así que te encontrabas en la estación mucho más temprano que la mayoría.
Aprovechaste el momento de solitud para colocar el orbe de ardiente rojo como accesorio de cuello. A diferencia del elemento de tu visión, este te permitiría alejar cualquier trabajo que realizarás con Hydro.
Te habías enterado que el Doushin a cargo te tu homicidio era nadie más que Shikanoin Heizou, intentarías acercarte para favorecer aún más tu propia imagen. El plan aún se encontraba en la primera fase, su aptitud como detective llegaría a la luz dependiendo qué tan lejos excavaba en tu trampa.
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—¡Buenos días (T/N)! Te levantas tan temprano...¿tendré que hablar con alguien para que no sean tan estrictos contigo?— bromeó Heizou sonriente mientras chasqueaba su dedo y lo colocaba bajo su mentón para enfatizar sus habilidades parlantes.
Tal y como esperabas, luego de enterarte que el Doushin pasaba la mayoría del tiempo ausente de la comisaría, finalmente te reencontrabas con el. Levantaste tu vista de tu estudio fingido y ofreciste una sonrisa suave, antes de volver a enfocarte de los escritos.
—No tienes que molestarte. Si leo mas, seré una mucho mejor oficial.— explicaste señalando una pila de al menos 6 libros a tu par. Claramente invocados pero específicamente elegidos.
Heizou suspiró resignado, jaló la silla del escritorio más cercano y la arrastró hasta colocarla a la par tuya. Se sentó con las piernas abiertas y usando sus brazos de apoyo sobre la mesa, leyendo al mismo tiempo lo que repasabas.
—Ser un detective no es solo estudiar los casos; debes utilizar tu ingenio.— te indicó tapeando inofensivamente tu ceño. —Claro, aunque si quieres ser tan buena como yo resolviendo misterios, deberás ser yo.— sonreía orgulloso, casi no se notaba el engrandecido ego por los halagos.
—¿Y como adquiriste tu experiencia?— preguntaste cambiando la página, ignorando su último comentario. —¿Experiencia? ¡Hah!— rió como si hubieras contado un chiste. —La experiencia es lo que usan de excusa las personas para cubrir sus errores. Mi talento es...algo con lo que nací.— movía su mano que no servía de apoyo a modo de estimular comprensión.
No podías medir el esfuerzo que ponías para evitar que tu ceja cediera ante el tic de desagrado. Talvez para los Doushin tan reconocidos y sumergidos en leyes era muy difícil hablar coherentemente acerca de sus métodos.
—Ya, pero hablando en serio.—levantó su dedo índice como si dijera que estaba apunto de decir lo más importante. —Para atrapar a tu enemigo, debes estar un paso adelante. ¡Prever el siguiente movimiento de un criminal y capturarlo con las manos en el acto el lo más gratificante!—
Aunque hablaba con una inocente sonrisa, podías percibir cierta malicia en su habla. Este tipo no estaba bromeando con lo de desenmascarar la verdad.
