5- Jaula

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—No, (T/N).— escuchaste decir a Heizou por la enésima vez, reprochándote lo mismo por 20 minutos. —Esa no es, ya la probaste. Ademas, así no funciona el mecanismo.—

Tu, (T/N), la empoderada, lujosa, e intocable (T/N), te encontrabas siendo abofeteada con las indirectas de "tonta" y "novata" por un pelirrojo que jugaba al genio.

Estaban encerrados ambos en lo que suponías era algún tipo de guarida mecánica. 'Encerrados' no llegaba a cubrir exactamente la situación actual. Era más preciso decir: atrapados dentro de una habitación blindada por mecanismos letales, y enjaulados en un espacio limitado—excluido de la civilización.

Incluso tu acompañante tenía la osadía de clasificar la ocurrencia como "divertido".

Creíste que la propuesta hecho por el respetado Doushin consistía en, si no era el caso de homicidio, algún caso relevante. Resulta que, se refería a encontrar la salida de una lugar al que convirtió en habitación de escape.

Arrastraste la yema de tus dedos sobre unos engranajes del cobre, probando su manera de funcionamiento

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Arrastraste la yema de tus dedos sobre unos engranajes del cobre, probando su manera de funcionamiento.
—¡No no no no no!— reaccionó Heizou al ver lo que insinuabas. —No toques ahí, ocasionarás que alguna de estas trampas nos aplaste como dos hojas.—

Retiraste tu mano de aquel peculiar rincón y te cruzaste de brazos. Allá yacía recostado el oficial, viviendo el momento de su vida, relajado, el tan desvergonzado individuo sin intención alguna de proporcionar en lo más mínimo su asistencia.

Te deslizaste en la pared metálica hasta tocar el suelo, frustrada. Ni siquiera podías deshacerte del detective de la mejor manera que conocías, porque entonces significaba que igual estarías atrapada.

—Maldición.— murmuraste por lo bajo, tomando tu cabello con ambas manos y echándolo hacia atrás.
—¿Dándote por vencida ya?— se acercó hasta ti y se arrodilló frente tuyo. Te sonreía de lado, sentías como jugueteaba con su pronunciación en diversión. —Yo me se la salida. Es muy fácil si me lo preguntas a mi en realidad.—

Levantaste tu mirada vacía, mirando hasta a través de su alma una vez que confesó lo anterior.
—¿Tenías la manera de salir, y simplemente de quedaste ahí parado?— preguntaste sin expresión alguna.
—¡Oh vamos!— rió el chico. —¿Que tiene de divertido terminar rápido? Le da más intensidad al juego no saber cómo escapar~.—

Dejaste escapar una risa indignada bajo tu aliento, luego te atuviste a no hacer más que voltearte y recargar tu cabeza sobre la pared. Si no hubieras estado atada al personaje de una ciudadana cualquiera, hubieras pateado su cuerpo hasta estar satisfecha. No, golpearlo hasta el borde de su vida no bastaba. Sería castigo suficiente hacerlo atravesar todas las torturas existentes.

"¿Estarás satisfecha hasta entonces?" Jurarías escuchar la voz de Su Señoría impactar contra tu cabeza. Apretaste tu puño, resguardando cualquier emoción de subir a la superficie.

Una Verdad y Dos Mentiras // Heizou x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora